Te has parado a pensar alguna vez, si cuando haces el amor, en realidad estás cambiando SEXO POR AMOR.
Quizás te haya sorprendido la pregunta pero, muchas personas, más de las que imaginas, han cambiado en alguna ocasión sexo por amor.
E incluso, me atrevería a retarte a comprobar que tú también lo has hecho en alguna ocasión. ¿Te atreves?
Las señales más claras para saber si tienes tendencia a dar sexo para recibir amor y cómo dejar de hacerlo, para tener una Relación Consciente.
La primera posibilidad es que estés o hayas estado en una relación infeliz, en la que sin embargo, el sexo es o era espectacular.
La segunda posibilidad es que al principio el sexo era fantástico y por algún motivo ahora no sientes ningún deseo por tu pareja.
En ambos casos estabas o estás cambiando sexo por amor.

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¿Estás en una relación infeliz con buen sexo o no sientes deseo por tu pareja?
Si estás en una relación infeliz en la que el sexo es estupendo, te diré que estás mirando al futuro, es decir, das sexo para que te amen en el futuro como tú necesitas.
Sin embargo, si estás en una relación en la que no sientes deseo por tu pareja, entonces estás mirando al pasado, es decir, has dejado de dar sexo porque no te han amado en el pasado como tú necesitabas.
Si estás en una relación infeliz con buen sexo
Aunque parezca mentira, una relación sexual satisfactoria puede darse en una pareja infeliz.
Es importante recordar que el orgasmo constituye una descarga de tensiones, tanto físicas como emocionales.
Mientras que hay personas que evitan el contacto sexual con su pareja cuando hay conflictos y tensiones en la relación,
hay otras personas a las que en circunstancias similares, el sexo les resulta una manera estupenda de liberar gran parte de esa tensión.
Aunque esta liberación solo sea pasajera.
Cuando estás en una relación infeliz o tienes una pareja que no es adecuada para ti, el encuentro sexual puede ser el único aspecto gratificante de la relación,
y la única manera efectiva de relacionarte con el otro o con la otra.
De hecho, el grado de descarga sexual que experimentas guarda una relación directa con el grado de malestar que sientes con tu pareja.
Muchas parejas, tengan una relación sana o no, experimentan un contacto sexual particularmente bueno después de una pelea.
Por tanto, después de un conflicto hay dos elementos que aportan al sexo la intensidad y el éxtasis especiales que sientes.
- Uno es la DESCARGA DE TENSIÓN.
Con frecuencia, más de lo que imaginas, utilizas el sexo para aliviar la tensión y presión de tus emociones.
A veces el deseo de sexo no tiene nada que ver con el sexo en sí mismo, sino que es el resultado de un alto nivel de emoción.
El orgasmo, con su torrente de excitación en forma de placer, te permite liberar la carga emocional o tensión.
El sexo es una fuente de emociones y también puede utilizarse para liberar emociones a nivel superficial.
Es decir, el sexo genera y libera emociones.
Así, durante el sexo se desarrollan dos procesos:
- Por un lado, debido al alto grado de excitación, se deposita tensión en el organismo, lo que puede provocar un aumento del nivel de emocionalidad. Es cuando el sexo genera emociones.
- Por otro lado, durante el orgasmo liberamos las tensiones que hemos acumulado y almacenado durante el día. Es cuando el sexo libera emociones.
Por supuesto, no generamos ni liberamos estas emociones de forma intencionada, sino que son consecuencia del tipo de sexo tenso y estimulante que practicamos en nuestra sociedad.
Tanto si eres mujer como si eres hombre tiendes a liberar tensiones de emoción durante el orgasmo.
Los hombres lo hacen en mayor medida, ya que eyaculan con más facilidad y más frecuencia, mientras que las mujeres a menudo tienen dificultades para alcanzar el orgasmo, lo que les imposibilita liberarse de sus tensiones.
- Otro de los elementos que hacen que el sexo después de una pelea sea algo especial, es el GRAN ESFUERZO que pones para que el sexo funcione.
Sin darte cuenta tratas de conseguir restablecer el vínculo de la pareja, que se ha visto amenazado por la pelea.
El hecho de que la pareja disfrute una experiencia sexual especialmente placentera y satisfactoria, da la sensación de que la relación está bien.
Y entonces puedes llegar a pensar:
“Mira qué unidos estamos,
qué cariñosos podemos ser,
qué bien podemos hacernos sentir,
realmente debemos estar juntos”.
Y cosas por el estilo que te hagan reafirmarte del por qué continuas en esta relación infeliz.
Como ya sabes, cuando el sexo es muy gratificante en el aspecto físico, tiene el poder de crear lazos profundos entre dos personas.
Y a la inversa también es verdad.
Es decir, cuando nos relacionamos con una pareja que no es un desafío tan grande, es posible que al sexo le falte fuego y pasión.
Esto se debe a que no estás en un estado constante de excitación por tu pareja y a que no necesitas el sexo para demostrar nada.
Por eso, una relación más fácil y tranquila te puede resultar algo insulsa.
Sobre todo si la comparas con relaciones tempestuosas anteriores.
Esta comparación te lleva inconscientemente a la conclusión de que la tensión, la lucha, el dolor y el drama realmente equivalen al “verdadero amor”.
Si tu deseo sexual ha desaparecido
Esto no quiere decir que no ames a tu pareja o que no desees tener pareja, sino más bien que sientes que tu pareja no te ama como tú necesitas o que piensas que no hay nadie para ti.
Con cada beso y con cada caricia, trataste de comunicarle a tu pareja lo especial que es y cuánta admiración y adoración sientes por ella.
Dentro de ti, tenías la certeza de que, una vez que descubra tu amor, se transformaría en su verdadero yo y despertaría a todo lo que quieres y necesitas que sea.
El sexo al principio fue bueno porque pusiste mucha energía para hacerlo funcionar, para hacerlo maravilloso.
Y con cualquier reacción positiva que lograbas, te alentaba a esforzarte más y más.
Sin embargo, llegó un momento en el que te diste cuenta de que tu pareja no te daba lo que tú necesitabas y entonces te cerraste.
Cada encuentro sexual llevaba toda tu energía para cambiar a la otra persona y cuando viste que no lo conseguías, que las cosas no eran como tú habías imaginado, tiraste la toalla.
Para no sufrir, simplemente te cerraste.
Dejaste de desear a la otra persona para no sufrir por lo que NO te podía dar.
Si no te vinculas, no sufres.
Sin embargo, no eres consciente de que cuando le niegas el sexo al otro, en realidad, te lo estás negando a ti.
No estoy diciendo que castigues a tu pareja sin sexo conscientemente, todo lo contrario.
Es algo que sucede de forma inconsciente.
Es tu forma de protegerte frente al dolor de no ser amado o amada como tú necesitas.
En ambos casos cambias sexo por amor
Como puedes ver estas dos posibilidades a la hora de cambiar sexo por amor son dos caras de la misma moneda y de hecho a veces, van una detrás de la otra.
Al principio la relación es apasionada y llena de conflicto y después se pasa a una relación tranquila pero sin pasión.
Es decir, has pasado de un extremo al otro completamente.
Por eso es importante que te preguntes las siguientes cuestiones para ver si tienes tendencia a dar sexo para recibir amor.
Piensa sobre todo no en el momento en el que estás ahora, sino más bien cuando inicias una relación:
- ¿A menudo, le das más importancia a cuánto te ama o te necesita tu pareja, más que a cuánto la amas tú?
- Cuando tienes relaciones sexuales con tu pareja, ¿buscas cómo hacer para que te ame o te necesite más?
- ¿Te consideras una persona promiscua?
- ¿El sexo es una de las herramientas que usas para manipular o cambiar a tu pareja?
- ¿Te parecen excitantes las luchas de poder en la pareja?
- ¿Te comportas de manera seductora para conseguir lo que quieres y te sientes estupendamente cuando da resultado y muy mal cuando no es así?
- ¿Cuándo no consigues que tu pareja haga lo que tú quieres, hace que te esfuerces aún más?
- ¿Confundes angustia, miedo y dolor con amor y excitación sexual?
- ¿A la sensación de tener un nudo en el estómago la llamas amor?
- ¿Te excitas a partir de la excitación de tu pareja?
- Si no tienes el desafío de una relación no gratificante, ¿te inquietas?
- ¿No te atraen sexualmente las personas con las que no luchas porque te parecen personas aburridas?
- ¿Buscas parejas con menor experiencia sexual que tú para tener el control?
- ¿Anhelas la intimidad física pero temes sentir tu necesidad de afecto por lo que buscas la distancia emocional creada y mantenida por la tensión en la relación?
- ¿Sientes miedo cuando tu pareja te acompaña emocional y sexualmente llegando incluso a huir o alejarte de ella?
Si has contestado que sí a alguna de estas preguntas es muy probable que tengas tendencia a cambiar sexo por amor.
¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres hombre?
Es importante que sepas que hombres y mujeres funcionamos de manera diferente aunque ambos podemos cambiar sexo por amor.
Ahora vamos a ver qué hacer en cada caso.
Si eres hombre tienes tendencia a utilizar el sexo para liberar tus emociones porque has aprendido y estás condicionado a no mostrar tus emociones, lo que te causa un alto nivel de estrés.
Tienes tanto corazón y sentimiento como una mujer, sin embargo, mostrar tus emociones puede hacerte sentir débil y poco viril.
Esto hace que te veas forzado a echar a un lado tus auténticos sentimientos y a dejar de atender tus necesidades y sensibilidades.
Cuando eyaculas experimentas cierto tipo de relajación, es una relajación negativa, porque te quitas un peso de encima, solo temporalmente.
La auténtica relajación es la experiencia de sentirte empoderado, más vital, más abierto y amoroso.
Es difícil que te sientas renovado y conectado con el amor después de eyacular, es posible pero es raro.
Lo más normal es que te sientas cansado, un tanto vacío y alienado, por lo que prefieres darte la vuelta y dormir.
Si eyaculas de forma consciente podrás permanecer relajado y presente en ese instante, pudiendo indicar a tu pareja lo que te está sucediendo y acompañando la experiencia en todo momento con la respiración, el movimiento y el sonido.
Después de una eyaculación consciente puedes tener una experiencia de expansión y empoderamiento.
Un hombre descubre su verdadera masculinidad centrándose en el amor y manteniendo toda emoción fuera de su expresión sexual.
Para que liberes tus emociones acumuladas es preciso que practiques ejercicio a diario.
Cuando tu nivel de estrés y emoción disminuye, podrás permanecer más presente durante el sexo, lo cual incrementará tu capacidad de hacer el amor durante más rato.
También podrás decidir conscientemente cuándo quieres eyacular.
Utiliza tus genitales para el amor no para tu gratificación, convirtiéndolos así en órganos generativos y el sexo se convertirá en un encuentro para dar vitalidad, no para descargar tensión.
¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres mujer?
Por otro lado, si eres mujer he de decirte que has de tener cuidado porque tú puedes absorber las tensiones masculinas.
El hombre se derrama en ti dejando sin darse cuenta su tensión emocional y tú como mujer lo absorbes.
Esto afecta a tu propio cuerpo de emoción, por eso es importante que le ayudes a retrasar al máximo su eyaculación.
Has de estar atenta a no contribuir a que esto ocurra estando presente en tu cuerpo.
Tu propia tensión sexual puede provocar que él se derrame sin ningún control.
Las tensiones acumuladas en tu vagina además, pueden activar la eyaculación del hombre.
Otra forma que tienes de contribuir a liberar su tensión emocional es estimulando tu clítoris durante la penetración.
Cuando liberas tu tensión a través de tu clítoris, desciende un torrente de excitación sexual que puede hacer que el hombre eyacule de improviso.
Las tensiones acumuladas en el cuello del útero se activan debido a una potente estimulación y excitación sexual, y esta tensión extrae también la eyaculación del hombre.
Por eso es frecuente que un hombre eyacule unos segundos antes de que la mujer alcance su clímax.
En caso de que seáis una pareja de mujeres igualmente se trata de no liberar tensión a través del sexo de fricción y sobre todo evitar tocar la cabeza del clítoris para así hacer que el encuentro dure más y podáis conectar a un nivel más profundo y amoroso.
Cuando una pareja empieza a hacer el amor de forma consciente evitando el sexo emocional, el estado emocional de la mujer cambia de forma asombrosa.
Ella se siente más receptiva, más cariñosa, más amada, más serena, más satisfecha, menos susceptible, menos propensa a disgustarse y por tanto, más presente en acompañar sus sensaciones.
El hombre se siente menos irritable, nervioso o agresivo, más centrado, más asentado en su cuerpo, más presente y consciente, más relajado y cariñoso.
Ahora ya conoces todo lo que necesitas saber para dejar de cambiar sexo por amor y compartir una sexualidad consciente que enriquezca tu relación de pareja.
Confío que ahora que tienes esta información cambies tu forma de dar y recibir amor de tu pareja presente o futura.
Porque el solo hecho de practicar una sexualidad consciente, será el inicio de la transformación de tu relación y de tu vida.
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