¿CÓMO LA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE MEJORA TU LÍBIDO?

alimentacion consciente mejora el líbido

La alimentación es nutrición y la nutrición está relacionada con la madre, con la energía femenina, la forma en que tu madre te nutrió influye directamente en la manera en que hoy te alimentas. La madre también tiene que ver con las emociones, si te sentiste cuidada o cuidado por tu madre, esto se muestra también en la forma en la que comes. Ser consciente de esto te ayudará a mejorar tu conexión con la vida, con tu disfrute, con tu gozo y con tu placer. Esto es por lo que se da tanta importancia a la alimentación consciente.

Si te detienes a pensar en la forma en la que llevas tu alimentación, te darás cuenta que depende de tu estado emocional. Comer con prisa hace que no te fijes en lo que estás comiendo o que incluso, ni siquiera sepas si realmente tienes hambre o es un deseo de comer por comer.

Te invito a reflexionar conmigo sobre tus hábitos de alimentación y te daré las claves sobre CÓMO LA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE MEJORA TU LÍBIDO, tener una alimentación consciente y transformará tu sexualidad.

Alicia Amezcua - Propósito de vida

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En tu alimentación ¿comes por hambre o por deseo?

El deseo nace de la necesidad, cuando sientes deseo por algún alimento en concreto, tu cuerpo te está mostrando una necesidad. Si sientes hambre el cuerpo te pide alimento.

Si sientes deseo de comer sin tener hambre, tu cuerpo te está pidiendo que atiendas alguna de tus emociones. Te voy a poner un ejemplo:

Entre comidas sientes que te apetece comer algo, párate un momento y pregúntate, ¿me comería una manzana? si la respuesta es afirmativa, tienes hambre, si lo que te apetece es un dulce o patatas fritas o cualquier otra cosa procesada, entonces estás sintiendo deseo, sin hambre; en ese momento crucial, revisa cómo te sientes.

¿Sientes aburrimiento? ¿Quizás es cansancio? ¿Tal vez, incertidumbre? ¿Puede que sea frustración?

Pregúntale a tu cuerpo ¿Qué estás sintiendo en este momento? ¿Qué tratas de gestionar a través de la alimentación? ¿Qué estás tratando de compensar? ¿Por qué te estás premiando? si realmente has hecho un esfuerzo ¿Con qué te estás premiando?  ¿Con algo rico? o ¿Con algo SANO que además esté rico?

Ésta es la mejor forma que conozco para darme cuenta cuándo estoy gestionando mis emociones a través de la comida. El poder siempre es tuyo. Tú decides si te dejas llevar por tus emociones o si atiendes de forma consciente lo que estás sintiendo.

¡Solo tú puedes decidir cómo hacerlo!

La práctica del Mind-FOOD-ness o Alimentación Consciente te invita a estar presente en  tu cuerpo y en cómo te nutres. La alimentación es un acto que no solo es necesario para seguir viviendo, sino que es uno de los grandes placeres de la vida. ¡Saborear  lo que comes es saborear la vida!

¿Cuánta satisfacción te da la alimentación?

Otro tema importante es lo satisfecha o satisfecho que estás con tu vida, y esto lo ves claramente, observando la cantidad de comida que ingieres. Nos han enseñado culturalmente que no debemos dejar nada en el plato, de hecho, si en tu infancia no te lo comías todo, es muy probable que hayas escuchado eso de “Este niña/o es muy mala/o para comer” incluso puede que se lo hayas dicho a tus hijas o a tus hijos, por eso, inconscientemente en la mayoría de las ocasiones, sigues comiendo sin hambre.

Te voy a dar 2 trucos que a mí me funcionan y que hacen que mi mente no entre en conflicto con la alimentación.

  • El primero es dividir la comida en 2 platos, primer plato por ejemplo, verduras y segundo plato, proteínas. Esto hace que sienta que estoy comiendo dos cosas distintas y que saboreé cada una por separado. Si lo mezclas todo en el mismo plato, al tercer bocado no distinguirás un alimento de otro. Todo parecerá lo mismo.
  • El segundo truco consiste en utilizar dos platos de postre, uno por cada tipo de alimento. Esto hace que efectivamente te comas todo lo que hay en cada plato, pero las cantidades serán mucho menores. Por lo que después, no tendrás esa sensación de pesadez y somnolencia.

Cuando pongas en práctica estos trucos de alimentación consciente te darás cuenta que tu nivel de satisfacción con la alimentación aumenta, sin tener que atiborrarte de comida que no necesitas. Lo mismo ocurre con tu vida.

¿Cuánto estás tragando que no necesitas? cómete la vida de a poco, saborea cada situación, cada momento sin estar pensando en el siguiente.

De ti depende caer en la insatisfacción continua, queriendo siempre más y más o gozar con las pequeñas cosas que ya tienes en tu vida. Ábrete a la abundancia de lo que es, en vez de vivir en la escasez de lo que puede llegar a ser.

¿Te genera placer preparar tu alimentación?

Comer es un acto de amor hacia ti, hacia tu cuerpo y hacia la vida. Es un momento gozoso y puede llegar a ser incluso orgásmico. No obstante, la mayoría de las veces te verás llevando la alimentación de forma automática, como algo más que tienes que hacer en el día.

Te invito a que disfrutes comprando la comida, que disfrutes preparándola, que pongas toda tu creatividad en ello, que aprendas nuevas formas de cocinarla, que pongas atención al espacio donde comes, a la decoración y para ello, lo mejor es evitar distracciones como la tele, el móvil o el ordenador.

También puedes disfrutar del olor, saborea cada bocado, mastícalo lentamente, disfruta de su textura.

Convierte el momento de la alimentación en un encuentro amoroso contigo, recréate con tus cinco sentidos, deléitate en el placer de comer y no estoy hablando solo en el almuerzo, hazlo en el desayuno, al mediodía y en la cena.

Si llegas con mucha hambre la tendencia es a engullir y la propuesta es disfrutar dándote  placer poco a poco. Comer además, es un acto social, quedas con tu pareja, con familiares y con amistades para comer y esto te produce placer.

Cuando comes sola o solo es probable que te cueste hacerte de comer y que cojas cualquier cosa de la nevera para satisfacer tu apetito. Prepararías con ilusión algo rico para compartir con alguien, pero que no lo haces para ti.

¿Tu alimentación muestra a tus energías femenina y masculina en equilibrio?

Toda persona necesita de la alimentación para tener energía para vivir, en cada ser habitan dos energías:

  • Masculina: Es la que te permite hacer cosas.
  • Femenina: Es la que te permite sentir y disfrutar al no hacer nada.

Es muy importante que además de la alimentación saludable, le des otro tipo de alimento a tu cuerpo, se trata del descanso. Por eso te invito a hacer un ayuno de al menos 13 horas cada día, por ejemplo, cenar a las 8 p.m. y desayunar a las 9 a.m.

Este descanso es fundamental para el cuerpo y es aún más sorprendente, durante este tiempo es cuando más peso se pierde. No es una dieta, se trata de que te des cuenta que gastas energía también cuando no haces nada, es energía femenina. Te invito a que te peses por la mañana al levantarte, después de hacer pipí y siempre a la misma hora. Pésate también por la noche antes de acostarte y después de hacer pipí y también a la misma hora.

Para equilibrar tus dos energías dentro de ti, has de ser consciente del valor que tiene para tu cuerpo el no hacer nada y que el descanso es otra forma de nutrirlo de forma consciente. Como pasarán varias horas antes de que te acuestes, el sueño será más profundo y reparador y al día siguiente te sentirás vital.

Tu deseo sexual, tu libido depende de tu alimentación.

Cuando aparece el deseo es un síntoma claro de que tu cuerpo te está pidiendo placer. Puedes darte placer a través de la alimentación no saludable o puedes dártelo a través de la comida sana. Si además esta comida sana te la das en la cantidad y en los tiempos adecuados, te das permiso para descansar. Tu deseo sexual se despierta como por arte de magia. Si comes mal y en mucha cantidad, sientes cansancio y apatía sexual. Si apenas comes, tampoco tendrás energía para hacer el amor.

Cuando te alimentas de forma consciente hay tanta energía en ti, que tu fuego interno comienza a encenderse. Te sientes con más vitalidad, con más energía y con mayor deseo sexual. 

Puedes además, añadir a tu alimentación super-alimentos naturales como la Maca Andina para aumentar tu libido. Hay muchas personas que toman alcohol para desinhibirse en los encuentros amorosos. Sin embargo, es necesario que sepas que aunque el alcohol puede producir al principio sensación de euforia y excitación, también hace que las sensaciones orgásmicas sean más livianas, genera sequedad vaginal en la mujer, así como falta de erección o eyaculación precoz en el hombre.

Con una alimentación consciente descubrirás cómo tu cuerpo responde de manera increíble, a medida que lo vayas cuidando con una alimentación sana y amorosa. Despertarás tu deseo sexual, tus orgasmos serán más profundos, te sentirás más húmeda y lubricada si eres mujer y tus erecciones serán más duraderas y podrás controlar con mayor facilidad tu eyaculación si eres hombre.

Ahora ya conoces todo lo que necesitas saber para mejorar tu deseo sexual a través de la alimentación consciente. Porque el solo hecho de nutrirte de forma sana, será el inicio de la transformación de tu relación y de tu vida.

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SEXO POR AMOR

Te has parado a pensar alguna vez, si cuando haces el amor, en realidad estás cambiando sexo por amor.

Quizás te haya sorprendido la pregunta pero muchas personas, más de las que imaginas, han cambiado en alguna ocasión sexo por amor.

Me atrevería a retarte a comprobar que tú también lo has hecho en alguna ocasión. ¿Te atreves?

Las señales más claras para saber si tienes tendencia a dar sexo por  amor:

  • La primera posibilidad es que estés o hayas estado en una relación infeliz, en la que sin embargo, el sexo es o era espectacular.
  • La segunda posibilidad es que al principio el sexo era fantástico y por algún motivo ahora no sientes ningún deseo por tu pareja.

En ambos casos estabas o estás cambiando sexo por amor.

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¿Estás en una relación infeliz cambiando sexo por amor?

Si estás en una relación infeliz en la que el sexo es estupendo, te diré que estás mirando al futuro, es decir, das sexo para que te amen en el futuro como tú necesitas.

Sin embargo, si estás en una relación en la que no sientes deseo por tu pareja, entonces estás mirando al pasado, es decir, has dejado de dar sexo porque no te han amado en el pasado como tú necesitabas.

Aunque parezca mentira, una relación sexual satisfactoria puede darse en una pareja infeliz.

Es importante recordar que el orgasmo constituye una descarga de tensiones, tanto físicas como emocionales.

Existen personas que evitan el contacto sexual con su pareja cuando hay conflictos y tensiones en la relación,

Hay otras personas a las que en circunstancias similares, el sexo les resulta una manera estupenda de liberar gran parte de esa tensión.

Aunque esta liberación solo sea pasajera. Estas cambiando sexo por amor.

¿Qué pasa cuando estás en una relación infeliz y das sexo por amor?

Cuando estás en una relación infeliz o tienes una pareja que no es adecuada para ti, el encuentro sexual puede ser el único aspecto gratificante de la relación,

De hecho, el grado de descarga sexual que experimentas guarda una relación directa con el grado de malestar que sientes con tu pareja.

Muchas parejas, tengan una relación sana o no, experimentan un contacto sexual particularmente bueno después de una pelea.

Por tanto, después de un conflicto hay varios elementos que aportan al sexo la intensidad y el éxtasis especiales que sientes.

Uno es la DESCARGA DE TENSIÓN.

Con frecuencia, más de lo que imaginas,  utilizas el sexo para aliviar la tensión y presión de tus emociones.

A veces el deseo de sexo no tiene nada que ver con el sexo en sí mismo, sino que es el resultado de un alto nivel de emoción.

El orgasmo, con su torrente de excitación en forma de placer, te permite liberar la carga emocional o tensión.

El sexo es una fuente de emociones y también puede utilizarse para liberar emociones a nivel superficial. Es decir, el sexo genera y libera emociones. Sin darte cuenta estas cambiando sexo por amor.

Así, durante el sexo se desarrollan dos procesos:

  • Por un lado, debido al alto grado de excitación, se deposita tensión en el organismo, lo que puede provocar un aumento del nivel de emocionalidad. Es cuando el sexo genera emociones.
  • Por otro lado, durante el orgasmo liberamos las tensiones que hemos acumulado y almacenado durante el día. Es cuando el sexo libera emociones.

Por supuesto, no generamos ni  liberamos estas emociones de forma intencionada, sino que son consecuencia del tipo de sexo tenso y estimulante que practicamos en nuestra sociedad.

Haces un gran esfuerzo cuando cambias sexo por amor

Otro de los elementos que hacen que el sexo después de una pelea sea algo especial, es el gran esfuerzo que pones para que el sexo funcione.

Sin darte cuenta tratas de conseguir restablecer el vínculo de la pareja, que se ha visto amenazado por la pelea.

El hecho de que la pareja disfrute una experiencia sexual especialmente placentera y satisfactoria, da la sensación de que la relación está bien, y entonces puedes llegar a pensar: “Mira qué unidos estamos, qué cariñosos podemos ser, qué bien podemos hacernos sentir, realmente debemos estar juntos”.

Como ya sabes, cuando el sexo es muy gratificante en el aspecto físico, tiene el poder de crear lazos profundos entre dos personas, y a la inversa también es verdad, es decir, cuando nos relacionamos con una pareja que no es un desafío tan grande, es posible que al sexo le falte fuego y pasión.

Esto se debe a que no estás en un estado constante de excitación por tu pareja y a que no necesitas el sexo para demostrar nada, por eso, una relación más fácil y tranquila te puede resultar algo insulsa, sobre todo si la comparas con relaciones tempestuosas anteriores.

Esta comparación te lleva inconscientemente a la conclusión de que la tensión, la lucha, el dolor y el drama realmente equivalen al “verdadero amor”.

¿Tu deseo sexual ha desaparecido y ahora cambias sexo por amor?

Esto no quiere decir que no ames a tu pareja o que no desees tener pareja, sino más bien que sientes que tu pareja no te ama como tú necesitas o que piensas que no hay nadie para ti.

Con cada beso y con cada caricia, trataste de comunicarle a tu pareja lo especial que es y cuánta admiración y adoración sientes por ella.

Dentro de ti, tenías la certeza de que, una vez que descubra tu amor, se transformaría en su verdadero yo y despertaría a todo lo que quieres y necesitas que sea.

El sexo por amor al principio fue bueno, porque pusiste mucha energía para hacerlo funcionar, para hacer el sexo maravilloso.

Y con cualquier reacción positiva que lograbas, te alentaba a esforzarte más y más.

Sin embargo, llegó un momento en el que te diste cuenta de que tu pareja no te daba lo que tú necesitabas y entonces te cerraste.

Cada encuentro sexual llevaba toda tu energía para cambiar a la otra persona y cuando viste que no lo conseguías, que las cosas no eran como tú habías imaginado, tiraste la toalla.

Para no sufrir, simplemente te cerraste.

Dejaste de desear a la otra persona para no sufrir por lo que no te podía dar.

Si no te vinculas, no sufres y empiezas a cambiar sexo por amor.

Sin embargo, no eres consciente de que cuando le niegas el sexo al otro, en realidad, te lo estás negando a ti.

No estoy diciendo que castigues a tu pareja sin sexo conscientemente, todo lo contrario.

Es algo que sucede de forma inconsciente.

Es tu forma de protegerte frente al dolor de no ser amado o amada como tú necesitas y te refugiaste teniendo sexo por amor.

Posibilidades a la hora de cambiar sexo por amor

Al principio la relación es apasionada y llena de conflicto y después se pasa a una relación tranquila pero sin pasión. Las dos caras de la moneda cuando cambias sexo por amor

Es decir, has pasado de un extremo al otro completamente.

Piensa sobre todo en el momento que inicias una relación:

  • ¿A menudo, le das más importancia a cuánto te ama o te necesita tu pareja, más que a cuánto la amas tú?
  • Cuando tienes relaciones sexuales con tu pareja, ¿buscas cómo hacer para que te ame o te necesite más?
  • ¿Te parecen excitantes las luchas de poder en la pareja?
  • ¿Te comportas de manera seductora para conseguir lo que quieres y te sientes estupendamente cuando da resultado y muy mal cuando no es así?
  • ¿Cuándo no consigues que tu pareja haga lo que tú quieres, hace que te esfuerces aún más?
  • ¿Confundes angustia, miedo y dolor con amor y excitación sexual?
  • ¿A la sensación de tener un nudo en el estómago la llamas amor?
  • ¿Te excitas a partir de la excitación de tu pareja?
  • Si no tienes el desafío de una relación no gratificante, ¿te inquietas?
  • ¿No te atraen sexualmente las personas con las que no luchas porque te parecen personas aburridas?
  • ¿Buscas parejas con menor experiencia sexual que tú para tener el control?
  • ¿Anhelas la intimidad física pero temes sentir tu necesidad de afecto por lo que buscas la distancia emocional creada y mantenida por la tensión en la relación?
  • ¿Sientes miedo cuando tu pareja te acompaña emocional y sexualmente llegando incluso a huir o alejarte de ella?

Si has contestado que sí a alguna de estas preguntas es muy probable que tengas tendencia a cambiar sexo por amor.

¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres hombre?

Es importante que sepas que hombres y mujeres funcionamos de manera diferente aunque ambos podemos cambiar sexo por amor.

Si eres hombre tienes tendencia a utilizar el sexo para liberar tus emociones porque has aprendido y estás condicionado a no mostrar tus emociones, lo que te causa un alto nivel de estrés.

Tienes tanto corazón y sentimiento como una mujer, sin embargo, mostrar tus emociones puede hacerte sentir débil y poco viril.

Esto hace que te veas forzado a echar a un lado tus auténticos sentimientos y a dejar de atender tus necesidades y sensibilidades.

Cuando eyaculas experimentas cierto tipo de relajación, es una relajación negativa, porque te quitas un peso de encima, solo temporalmente.

Es difícil que te sientas renovado y conectado con el amor después de eyacular, es posible pero es raro, lo mejor es dejar de cambiar sexo por amor.

Lo más normal es que te sientas cansado, un tanto vacío, por lo que prefieres darte la vuelta y dormir.

Si eyaculas de forma consciente podrás permanecer relajado y presente en ese instante, pudiendo indicar a tu pareja lo que te está sucediendo y acompañando la experiencia en todo momento con la respiración, el movimiento y el sonido.

Después de una eyaculación consciente puedes tener una experiencia de expansión y empoderamiento.

Un hombre descubre su verdadera masculinidad centrándose en el amor y manteniendo toda emoción fuera de su expresión sexual.

Cuando tu nivel de estrés y emoción disminuye, podrás permanecer más presente durante el acto, lo cual incrementará tu capacidad de hacer el amor durante más rato.

Utiliza tus genitales para el amor no para tu gratificación, convirtiéndolos así en órganos generativos y el sexo se convertirá en un encuentro para dar vitalidad, no para descargar tensión.

¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres mujer?

Si eres mujer, he de decirte que has de tener cuidado porque cuando das sexo por amor, tú puedes absorber las tensiones masculinas.

El hombre se derrama en ti dejando sin darse cuenta su tensión emocional y tú como mujer lo absorbes.

Esto afecta a tu propio cuerpo de emoción, por eso es importante que le ayudes a retrasar al máximo su eyaculación.

Has de estar atenta a no contribuir a que esto ocurra estando presente en tu cuerpo.

Las tensiones acumuladas en tu vagina además, pueden activar la eyaculación del hombre.

Otra forma que tienes de contribuir a liberar su tensión emocional es estimulando tu clítoris durante la penetración.

Cuando liberas tu tensión a través de tu clítoris, desciende un torrente de excitación sexual que puede hacer que el hombre eyacule de improviso.

Las tensiones acumuladas en el cuello del útero se activan debido a una potente estimulación y excitación sexual, y esta tensión extrae también la eyaculación del hombre.

Por eso es frecuente que un hombre eyacule unos segundos antes de que la mujer alcance su clímax.

En caso de que sean una pareja de mujeres igualmente se trata de no liberar tensión a través del sexo de fricción y sobre todo evitar tocar la cabeza del clítoris para así hacer que el encuentro dure más y podáis conectar a un nivel más profundo y amoroso.

Cuando una pareja empieza a hacer el amor de forma consciente evitando el sexo emocional, el estado emocional de la mujer cambia de forma asombrosa. Esto se debe a que ya no es sexo por amor, es amor consiente.

Ella se siente más receptiva, más cariñosa, más amada, más satisfecha, menos susceptible y por tanto, más presente en acompañar sus sensaciones.

El hombre se siente menos irritable o agresivo, más centrado en su cuerpo, más presente, consciente y cariñoso.

Ahora ya conoces todo lo que necesitas saber para dejar de cambiar sexo por amor y compartir una sexualidad consciente que enriquezca tu relación de pareja.

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SANA TU HERIDA DE INJUSTICIA DESDE EL PLACER

Injusticia

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana es la herida de INJUSTICIA. Para saber si llevas la herida de INJUSTICIA en ti responde a estas preguntas, las primeras preguntas son para el caso de que no tengas pareja y las siguientes para el caso de que sí tengas pareja:

Si en este momento no tienes pareja:

  • ¿Te cuesta encontrar la pareja perfecta?
  • ¿Los demás te ven como una persona inaccesible?
  • ¿Te cuesta mostrar tus sentimientos?
  • ¿No encuentras pareja por falta de tiempo?
  • ¿Eres una persona seria y te cuesta soltarte el pelo?
  • ¿Atraes parejas que son injustas contigo?

Si en este momento tienes pareja:

  • ¿Sientes que tu relación está bien y no entiendes por qué tu pareja piensa que tenéis problemas? 
  • Si eres mujer, ¿Te cuesta llegar al orgasmo e incluso puedes llegar a fingirlo?
  •  Si eres hombre, ¿Tienes dificultades con tu erección o te cuesta controlar tu eyaculación? 
  • ¿Te molesta ir a ciertos sitios sin tu pareja? 
  • ¿Te comparas con tu pareja?
  • ¿Crees que tu pareja es una persona estupenda y que no la mereces?

Si has contestado positivamente a alguna de estas preguntas quédate hasta el final porque te voy a dar claves para sanar tu HERIDA DE INJUSTICIA desde el placer.

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Causas de tu herida de injusticia

Esta herida de injusticia se da habitualmente con el progenitor del mismo sexo. Si eres mujer con tu madre y si eres hombre con tu padre.

  • Si viviste la relación con este progenitor como una relación fría o distante.
  • Si fue una relación en la que creías que no podías expresar lo que sentías o lo que pensabas.
  • Si este progenitor fue autoritario, crítico, exigente o te juzgó severamente.
  • Si fue demasiado intolerante contigo.
  • Si te regañaba por cualquier cosa.
  • Si esperaba mucho de ti y estas expectativas te resultaban prácticamente imposibles de alcanzar.
  • Si remarcaba principalmente tus errores.
  • Si no te valoraba o no te reconocía.

Creciste con la sensación de no ser valorada/o como te merecías. Te sentiste inútil, por no haber podido alcanzar lo que esperaba de ti. Tuviste que madurar demasiado pronto. Por eso llegaste a creer que no eras digna/o de su amor, de su reconocimiento y así creció la herida de injusticia.

Para soportar el dolor de esta herida de injusticia, te creaste el personaje de la rigidez. Tratas de controlar lo que sientes, tratas de no mostrar tu sensibilidad, das la impresión de ser una persona fría; te proteges con este personaje y no te das cuenta de que al final te comportas como se comportaron contigo. Ahora eres tú quien controla y quien es injusta/o con las demás personas.

Las 2 sensaciones principales que sueles tener son:

  • No sientes el aprecio o el reconocimiento de los demás.
  • Sientes que te dan más de lo que mereces.

Estas ideas que haz creado desde la herida de injusticia, te han llevado a desarrollar un cuerpo bien proporcionado, mantienes la espalda recta, mostrando así tu rigidez y perfección. Habitualmente te cruzas de brazos para protegerte. Cuidas tu peso y harás todo lo posible por mantenerte delgado/a, para ser perfecto/a.

Temes que te toquen física y emocionalmente. Por eso puedes desarrollar problemas en la piel como dermatitis o alergias.

También tienes tendencia a sufrir contracturas musculares debido a tanta exigencia y rigidez.

No te permites ninguna emoción o sentimiento y aunque en el fondo eres una persona muy sensible, te cuesta reconocer lo que sientes. Con la herida de injusticia has ocultado tanto tu sensibilidad para protegerte, que ahora te cuesta conectar con tus emociones. Y lo que más te cuesta es decir lo que realmente sientes. Tienes problemas para gestionar tu sufrimiento pudiendo llegar incluso a negarlo, como si no existiera.

Intentas ser una persona importante. Te muestras con fuerza y poder.

También puede que seas un fanático/a del orden. Eres perfeccionista por lo que solo confías en tu forma de hacer las cosas. Te gusta dar órdenes y dirigir.

Por otro lado, con la herida de injusticia, evitas los conflictos, porque no eres flexible. Ante una situación conflictiva, tratas de ocultar los problemas o los resuelves por ti mismo/a.

Habitualmente sientes que te falta tiempo. Esto se debe a que tardas mucho en hacer cualquier tarea ya que tratas de hacerla perfecta. Pierdes mucho tiempo.

Tienes dificultades con las figuras de autoridad porque sientes que te exigen y que son duras contigo.

Valoras mucho tener éxito pero, no tanto por el logro del objetivo cumplido, sino por el reconocimiento. Ganar algo para ti te hace sentir merecedor/a. Perder te hace sentir que no vales.

Te esfuerzas mucho. Para ti el éxito solo es fruto del esfuerzo. No crees en la suerte. Te cuesta recibir algo sin habértelo ganado. Y si lo recibes, no lo disfrutas porque no te parece justo.

Te da miedo equivocarte o fallar. Te exiges tanto que tratas de solucionarlo absolutamente todo, llegando incluso  a resolver cosas que no te corresponden.

Cuando llevas la herida de injusticia, siempre tienes muchas tareas por hacer. Y no te paras ni a preguntarte si te gustan hacerlas o no.

Eres una persona disciplinada y obediente. Te pones objetivos y los cumples aunque te vaya la vida en ello.

Te resulta difícil pedir ayuda o delegar tareas. Sobre todo porque buscas la perfección y crees que nadie lo hará como tú.

Te cuesta divertirte. No te permites hacer cosas que solo te den placer a ti. Te cuesta muchísimo no hacer nada porque lo ves como una pérdida de tiempo. Prefieres no divertirte antes que hacer el ridículo.

Logras contener todas las emociones excepto la ira. Cuando algo no está a tu gusto atacas con toda tu rabia. Aunque en realidad con quien estás enfadada/o es contigo. Te flagelas echándote la culpa por no haber visto venir la situación. Con la herida de injusticia, el estrés y el enfado son dos características que están muy presentes en ti, sobre todo el enfado.

Te resulta muy difícil dar y recibir amor. Estás siempre pensando lo que vas a decir para hacerlo perfecto y no equivocarte. Por eso, te cuesta ser espontáneo/a. Das la impresión de ser una persona fría, calculadora y poco o nada afectuosa.

Sientes que no te aprecian por tu verdadero valor. Por eso, crees que no recibes lo que te mereces. O te sientes mal cuando recibes más de lo que crees merecer.

Tus reacciones tienden a la autodestrucción. Tienes miedo a equivocarte y buscas la perfección, lo cual hace que sientas cansancio y frustración. Buscas la perfección tanto en los demás como en ti. Te cuesta recibir cumplidos y tampoco te los haces a ti mismo/a. Eres muy exigente y controlador/a.

Estás todo el tiempo haciendo cosas. Piensas que vales por lo que haces no por lo que eres. Crees que para conseguir lo que quieres, has de esforzarte mucho. Tienes un gran sentido del deber. Lo que hay que hacer, lo que se debe hacer. No te permites el error.

Tiendes a exagerar por lo que muchas veces eres muy injusta/o. El sentido de la justicia para ti es muy importante. Todo lo valoras como bueno, malo, correcto o incorrecto. Eres muy extremista, o todo o nada. Eres una persona injusta con los demás y contigo mismo/a.

Con la herida de injusticia, elpensamiento inconsciente es “No puedo sentir sin sufrir y por eso no puedo ser yo mismo” y “Tengo que hacerlo todo perfecto”.

Pautas de comportamiento en tu relación de pareja si llevas la herida de injusticia

Si has sufrido la herida de INJUSTICIA es muy probable que sigas alguna de estas 5 pautas de comportamiento cuando inicias o estás en una relación de pareja:

Te cuesta admitir que tienes dificultades con tu pareja.

Aunque te acabes de conocer con tu pareja o aunque lleven años juntos, no ves problemas en tu relación. Sientes que todo está bien y no entiendes por qué tu pareja piensa que tienes dificultades.

En realidad, evitas los problemas porque temes el conflicto. Por eso prefieres no hablar,  te desconectas de tus emociones para no sufrir.

Crees que las diferencias en la relación de pareja se resolverán con el tiempo. Prefieres pensar que todo está bien y que si hay algo mal, se arreglará. Y si ves que no se arreglan, tratarás de resolverlas tú, buscando una solución racional. La cuestión es no implicarte emocionalmente.

Te cuesta negociar con tu pareja porque eres muy radical en tus posturas. Además, da la impresión de que nada te afecta porque te muestras insensible.

Tu pareja te dice con frecuencia que no te implicas en la relación y te niegas a buscar ayuda para resolver los conflictos. Piensas que si es tu pareja quien ve los problemas, es el/ella quien necesita ayuda, porque tú estás bien.

Te controlas para parecer la pareja perfecta.

Cuando algo te disgusta lo reprimes para que no se note. Sin embargo, el tono de tu voz  refleja tu disgusto. Si tu pareja por ejemplo te pregunta: ¿Te pasa algo? Le respondes diciendo “No pasa nada” o simplemente cambias el tema. Por mucho que quieras evitarlo, el tono de tu voz  y tus gestos muestran lo que realmente estás sintiendo.

Tienes una gran capacidad para controlar tus emociones. No te permites ser espontáneo/a para no equivocarte. Estás pendiente de todo lo que dices y haces con el fin de que tu pareja no se dé cuenta que te afecta lo que está sucediendo.

Tienes ideas preconcebidas de lo que debe ser una pareja. No te permites la libertad dentro de la relación y tampoco se la permites a tu pareja. El deber es más importante que el placer. Hacer lo correcto socialmente es fundamental para ti, y cuando tu pareja quiere algo diferente, te parece injusto que no piense como tú.

Tu nivel de exigencia no solo afecta a tu pareja, sino también a ti mismo/a. Es muy probable que te metas en situaciones que no te agradan, para ti lo importante es hacer lo correcto. Quieres ser perfecta/o. aunque esto te genere mucha frustración. Puedes incluso llegar a enfadarte y no saber por qué.

Te cuesta dar y recibir amor de tu pareja.

Te cuesta recibir amor de tu pareja porque piensas que no lo mereces. Tampoco te permites demostrarle tu amor. Reprimes tus emociones y por tanto tus señales de afecto por miedo a sufrir.

Tu pareja te ve como una persona fría y poco o nada afectuosa. No te das cuenta que cuando actúas así, eres injusto/a con tu pareja y también contigo. Porque en realidad lo que estás haciendo es reprimir tus sentires.

No te gusta cuando tu pareja es fría contigo. Por eso intentas, mostrarte cálido/a pero no es algo natural, se nota que es algo forzado. Como intentas mostrar tu calidez, crees que eres una persona afectuosa y no entiendes por qué tu pareja te considera insensible.

Solo cuando hay un conflicto piensas que deberías haber actuado de otra forma. Mostrando más cariño y cercanía, pero la realidad es que en otra ocasión lo vuelves a hacer igual.

Habitualmente haces regalos que crees que le gustarán a tu pareja, sin embargo no es así, porque piensas en cosas útiles, en vez de regalar lo que despierte tus emociones o las de tu pareja.

Te cuesta mostrar tu vulnerabilidad por eso tratas de no conectar con tus emociones. Te preocupa lo que los demás piensen de ti. Tienes el concepto de que ser buena persona es dar amor por eso tratas de no mostrarte insensible, porque entonces dejarías de serlo.

Le pides a tu pareja que sea afectuosa contigo porque te cuesta amarte o darte afecto. Cuando tu pareja no se muestra afectiva, te cuestionas lo que tú has hecho mal para provocar esa reacción en tu pareja.

Te cuesta disfrutar plenamente de tu sexualidad.

Hasta en el placer sigues controlando, conviertes el acto amoroso en un encuentro mental. Estás pensando lo que hay qué hacer y cómo hay que hacerlo para que sea perfecto.

No fluyes con tus emociones y tu cuerpo se tensa, se pone rígido. Aunque aparentemente pareces una persona sensual por tu forma de vestir y de seducir, pero en realidad, eres una persona rígida.

Te muestras con la frialdad de una Mantis Religiosa. Te gusta seducir y atraer aunque después puedes rechazar sin pestañear, sobre todo si sientes que estás perdiendo el control.

Pones altas expectativas en el encuentro sexual y te decepcionas fácilmente cuando no se da como tú esperabas, sobre todo porque son expectativas muy altas y prácticamente imposibles de cumplir.

Además, tienes ideas de lo que sí se puede o lo que no se puede hacer en el acto sexual. Esto limita tu libertad para explorar nuevas sensaciones y nuevas formas de hacer el amor.

Si eres mujer y te cuesta llegar al orgasmo fingirás haberlo alcanzado para mostrar lo perfecta que eres haciendo el amor. Si eres hombre te costará controlar tu eyaculación o tu erección porque tu cuerpo expresa de este modo tu rigidez emocional. Cuanto más quieras controlar el placer menor será tu capacidad de gozar y disfrutar.

Atraes a personas que son mejores que tú y esto te genera inseguridad.

Si tu pareja es una persona muy guapa o atractiva te parecerá injusto que esté contigo porque te sientes en deuda al no poder ofrecerle lo mismo. De este modo y de forma inconsciente, saboteas la relación porque no es justo para ti recibir más de lo que mereces.

Ves a tu pareja mejor que tú y esto te hace creer que la gente se preguntará por qué te ha elegido a ti. En realidad lo que te está pasando es que tú crees que eres peor que tu pareja.

Te enfadas cuando tu pareja habla de tus defectos porque te duele que no te vea perfecta/o.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de injusticia desde el placer?

Te cuesta admitir que tienes dificultades con tu pareja.

Las diferencias generan conflictos, sin embargo, cuando empiezas a darte cuenta que donde está el conflicto está la oportunidad de sanación, todo cambia. Las diferencias con tu pareja solo te muestran las partes de ti que no puedes ver.

Hay 4 clases de características en ti:

  • Las cualidades de las que eres consciente y te gusta mostrar.
  • Las cualidades de las que eres consciente pero no te gustan y tratas de esconder para que los demás no las conozcan.
  • Las cualidades de las que no eres consciente pero cuando aparecen te gustan.
  • Las cualidades de las que no eres consciente y cuando aparecen no te gustan y te hacen sentir mal.

Eres consciente de las dos primeras y al llevar la herida de injusticia tratarás de controlar lo máximo posible las segundas. Es decir, tratarás con todas tus fuerzas que la gente no las vea.

La tercera y la cuarta son cualidades inconscientes, éstas solo las podrás descubrir a través de otra persona. La mejor persona para mostrártelas es tu pareja, tu espejo.

Lo que te gusta de tu pareja es lo que llevas inconscientemente tú, solo puedes ver lo que eres. Son cualidades y valores que tú también tienes pero que aún no te has permitido explorar.

Igualmente lo que no te gusta de tu pareja, está mostrándote  aquello que escondes de forma consciente o de lo que huyes de forma inconsciente. Pero, por mucho que trates de no verlo, está ahí y te pertenece.

El mejor modo de autoconocimiento y de desarrollo personal es mirarte en tu pareja. Cuanto más te veas en ella, más flexible te volverás.

Te controlas para parecer la pareja perfecta.

Ya eres un ser perfecto, no tienes que demostrar que lo eres. Eres perfecto con tus luces y con tus sombras. Deja de parecer para empezar a ser. Mostrarte tal cual eres es el reto.

Solo un ser divino puede ver a otro ser divino. En Tantra, practicamos la mirada amorosa.

Mírate en el espejo y trata de verte, de ver tú esencia, de ver la divinidad que hay en ti.

Solo un ser divino puede ver a otro ser divino. Mírate después en el espejo que es tu pareja. Mírala a los ojos y descubre quién eres realmente.

Suelta el control de la mente, acércate a tu corazón y pregúntate, ¿Cuáles son los verdaderos deseos de mi corazón?

La mente es pensamiento, el corazón es emoción. El cuerpo es sensación, la mente puede engañarte; el corazón a veces también, sin embargo, el cuerpo es sabio. Ábrete a la sabiduría de tu cuerpo y siente tus pensamientos. Siente tus emociones en él, deja de parecer y comienza a SER.

Atrévete a salir de tu zona de confort, disfruta, haz el ridículo, suéltate el pelo, date permiso para meter la pata, date permiso para ser tú.

Te cuesta dar y recibir amor de tu pareja.

Has blindado tu corazón. Sentiste tanto dolor que te protegiste cerrándote al amor. En un corazón cerrado no puede haber dolor pero tampoco sentirás placer, gozo o disfrute.

Sana tu herida de injusticia siendo justo o justa contigo.

Permítete salir de esa cárcel, la cárcel que tú misma/o creaste. Date permiso para vivir, date permiso para amar y ser amada/o. No solo se trata de abrir tu corazón, también tienes que sentir dentro de ti que mereces el amor.

Deja de esforzarte por ser cariñoso o cariñosa. Deja de abrazar y comienza a pedir abrazos, deja de besar y comienza a pedir besos, deja de acariciar y comienza a pedir caricias. No eres menos por pedir; cuando abrazas, escondes tu necesidad de ser abrazado/a. Deja de esconderte y simplemente, pídelo.

Cuando empiezas a pedir muestras de amor a tu pareja y tu pareja a ti, ambos se están mostrando vulnerables, de este modo ambos pueden empezar a dar y recibir amor sin miedo. Siendo vulnerable conectas con el amor que hay en ti, cuanto más conectas con el amor, más amor atraerás a tu vida.

Te cuesta disfrutar plenamente de tu sexualidad.

En Tantra y Sexualidad Consciente, una de las cosas que más practicamos es el soltar el cuerpo, dejar la mente a un lado, no esperar nada del encuentro sexual, no buscar el orgasmo, ni la erección.
Simplemente estar ahí, presente para ti y para tu pareja, esperando a sentir qué es lo que tu cuerpo quiere, esperando a que sea el cuerpo quien tome el control y no la mente.

Cuando sabes esperar, cuando pones la mente de tu lado, al servicio del amor, empieza a suceder, sucede la experiencia del amor; tu ser se abre, tu placer se amplía hasta límites insospechados.

Aprender a meditar en el cuerpo, aprender a ser consciente de cada caricia, de cada mirada, de cada sensación. Aprender a poner la mente de tu lado, a tu servicio. Son prácticas milenarias que funcionan.

Da igual el nivel de estrés al que estés sometido/a, da igual lo mental que seas, da igual que hoy pienses que no es posible para ti. Te aseguro que cuando te comprometes contigo, tu sexualidad se abre como una flor.

Atraes a personas que son mejores que tú y esto te genera inseguridad.

Cuando piensas que una persona es mejor que tú, te estás enfocando en lo que te falta, no en lo que eres. Si te comparas con tu pareja puedes sentir admiración o puedes sentir envidia. En realidad, es lo mismo. En ambos casos admiras cualidades que valoras de tu pareja.

La admiración te puede servir como inspiración  y como te he dicho antes, solo puedes ver en tu pareja lo que tú eres. Pero probablemente estas cualidades positivas que estás viendo en tu pareja no las reconozcas en ti; y no las reconoces porque te dijeron que a ti te faltaron y te lo creíste. Es hora de desmontar estas ideas limitantes.

Si ves que tu pareja es una persona atractiva, busca el atractivo que hay en ti, si ves que tu pareja es una persona inteligente, busca la inteligencia que hay en ti.

No se trata solo de repetirte una y otra vez lo atractiva/o o lo inteligente que eres. Se trata de sentirlo en todo tu ser.

Aprovecha para conocerte y valorarte a través de las cualidades de tu pareja. Cuando sientas envidia, te estás enfocando en lo que crees que te falta, comprueba si alguna de esas cosas que te dices hoy, tienen que ver con los mensajes que recibiste en el pasado. No hagas tuyos estos mensajes que te limitan a ver lo que realmente eres.

Si te has sentido identificada puedes aprender a superar tu herida de injusticia con mi Curso Online de Heridas Emocionales

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SANA TU HERIDA DE TRAICIÓN DESDE EL PLACER

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana es la herida de traición.

Para saber si llevas la herida de traición en ti responde a estas preguntas, las primeras preguntas son para el caso de que no tengas pareja y las siguientes para el caso de que sí tengas pareja:

Si en este momento no tienes pareja:

  1. ¿Te traicionaron en alguna de tus relaciones anteriores?
  2. ¿Sientes que no te puedes fiar de nadie?
  3. ¿Necesitas controlarlo todo?
  4. ¿Te aseguras de que la otra persona cumpla con su compromiso?
  5. ¿Te das cuenta con facilidad cuando te están mintiendo?
  6. ¿Atraes parejas que te traicionan?

Si en este momento tienes pareja:

  1. ¿Sientes que tu pareja no se compromete tanto como tú en vuestra relación?
  2. ¿Ayudas a tu pareja con sus asuntos?
  3. ¿Tu pareja te miente?
  4. ¿Mientes a tu pareja?
  5. ¿Te cuesta confiar en tu pareja?
  6. ¿Tu pareja te engañó en el pasado y ahora te cuesta confiar en ella?

Si has contestado positivamente a alguna de estas preguntas quédate a ver este vídeo hasta el final porque te voy a dar claves para sanar tu herida de traición desde el placer.

Alicia Amezcua - Propósito de vida

Sana tu alma desde el placer y disfruta de la vida que mereces

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Causas de tu herida de traición

Esta herida de traición se da principalmente con el progenitor del sexo opuesto. Se da cuando, el progenitor del sexo opuesto ha traicionado al progenitor del mismo sexo. Si tu padre le fue infiel a tu madre y tú eres niña, es muy probable que lleves esta herida. Si tu madre le fue infiel a tu padre y tú eres niño, es muy probable que lleves esta herida. Lo viviste como si te estuviera traicionando a ti.

También se puede dar cuando sentiste que tu padre o tu madre te dejaron de lado al nacer por el nacimiento de un nuevo bebé, por tu nueva hermana o hermano. Puedes sentir que tus padres te han traicionado:

  • Si te hicieron promesas que nunca cumplieron
  • Si te generaste expectativas que no pudieron cumplir
  • Si eligieron a otra persona en vez de a ti

Esto provocó en ti un sentimiento de desconfianza. Sentiste que no merecías la lealtad o el compromiso.

Para poder sostener este dolor creaste el personaje del controlador. Cuando llevas la herida de traición, necesitas controlarlo todo para evitar que los demás te traicionen.

Para poder controlar has desarrollado un carácter fuerte. Con este carácter tratas de asegurarte que los demás mantengan sus compromisos y sean fieles y responsables contigo.

Has desarrollado un cuerpo muy fuerte que muestra tu poder. La forma de tu cuerpo dice de ti que eres muy responsable y que se puede confiar en ti. No fuiste un niño/a gorda, sino fuerte. Como pensabas que no ocupabas mucho espacio en la vida del progenitor del sexo opuesto te hiciste  grande.

Así se ve en ti la herida de traición

Tu fortaleza proviene de ti mismo/a. Haces todo lo posible por ser una persona responsable, fuerte, admirada, respetada y así sentirte orgullosa/o de ti.

No aceptas la traición o la deslealtad. Eres una persona desconfiada, ya que no te permites confiar en nada ni en nadie. Pero si eres tú quien no cumples tus compromisos inventarás cualquier razón lógica e incluso puedes llegar a mentir para justificarte.

Sin embargo, para los demás nunca hay justificación suficiente. Y como lo tienes todo bajo control, la mentira puede llegar a ser casi perfecta. Incluso buscas que el otro tenga la culpa. Y a pesar de que tu mayor miedo es la mentira, buscarás de manera inconsciente situaciones en las que acabarás siendo traicionado/a.

Con la herida de traición, esperas cosas de la gente  para poder comprobar si cumplen tus expectativas o no. Como son expectativas muy difíciles de alcanzar, por tu alto nivel de perfeccionismo, cuando no las consiguen, te sientes traicionada/o.

Necesitas controlarlo todo por lo que te cuesta relajarte. Vives con estrés continuamente. Te asustas si la otra persona no accede a tu control.

Te gusta llevar siempre la razón. Tus opiniones son tajantes y te cuesta ceder. Llegando a ser cruel, muy dura/o y sobre todo, muy exigente. Y esperas que los demás acepten tu opinión sin rechistar. Te gusta tener siempre la última palabra.

¡Las personas con herida de traición tienen la mente muy rápida!

Haces lo que sea necesario, incluso eres capaz de manipular porque odias perder el control. Una forma de manipulación es hacer creer que estás ayudando a los demás, cuando en el fondo tu intención es más de control que de ayuda. No soportas la incertidumbre.

Tienes una agilidad mental increíble. Por eso, huyes de personas con carácter fuerte como el tuyo o de personas de mente rápida porque tienes miedo a perder el control. Eres una persona muy inteligente y te impacientas con personas que no lo son tanto o que tienen dificultades para aprender. Esta agilidad mental te permite hacer interpretaciones aceleradas sobre lo que dice o lo que hace la otra persona.

Eres una persona puntual y te molesta muchísimo la gente impuntual. Tratas de controlar hasta el tiempo.

Tampoco te gustan las personas que hacen trampas, porque sientes que no te puedes fiar de ellas.

Cuando le debes algo a alguien tratas de saldar tu deuda lo antes posible, para mostrar que eres una persona en la que se puede confiar.

Cuando la herida de traición esta en ti, el pensamiento va por delante, por eso utilizas expresiones como “yo ya lo sabía” o “te lo dije”.

Puedes tener cambios de humor drásticos pasando del amor al odio en segundos, sobre todo cuando pierdes el control. Eres una persona muy sensible. Por eso te duele tanto cuando una persona no cumple con sus compromisos. Von la herida de traición, te cuesta abrirte a los demás porque tienes miedo a ser vulnerable y que los demás te traicionen y te hagan daño. Tus altibajos emocionales hacen que te vean como una persona inestable. Y por tanto, poco o nada confiable, justo la imagen que no quieres mostrar.

Cuando estás en pareja tratarás por todos los medios de no romper la relación, porque la separación la vives como un fracaso. Sientes que la relación se ha escapado de tu control.

Pautas de comportamiento en tu relación de pareja si llevas la herida de traición

Si has experimentado celos en tus relaciones, es muy probable que hayas sentido la traición en tu infancia. Tienes fobia a las mentiras, a la traición y a las infidelidades.

Tu capacidad de imaginación es alucinante sobre todo para imaginar lo peor. Te justificas diciendo cosas como “Piensa mal y acertarás”.

El pensamiento inconsciente desde el que te muestras es: “No puedo confiar, porque si confío me traicionarán”

Si has sufrido la herida de traición es muy probable que sigas alguna de estas 5 pautas de comportamiento cuando inicias o estás en una relación de pareja:

  1. La herida de traición, hace que no confíes en tu pareja y tratas de que no vea tus puntos débiles

Lo que más te cuesta es confiar en tu pareja y mostrarte tal y como eres, porque te da miedo que te controle o se aproveche de ti. Evitas compartir con tu pareja tus debilidades o las cosas que no te gustan de ti. No te gusta que tu pareja te diga lo que haces mal y por eso mientes o escondes aquello que crees que a tu pareja no va gustarle. Odias que tu pareja esté pendiente de ti porque crees que lo que quiere es controlarte.

Nunca pides ayuda porque te gusta mostrar lo fuerte que eres y das la impresión de que puedes con todo. Haces las cosas a tu manera y cuando tu pareja te da su opinión defiendes tu postura a capa y espada.

Cuando tienes la herida de traición, tienes grandes expectativas sobre tu pareja y le exiges que las cumpla. Quieres que reconozca todo lo que haces pero esperas que lo haga por voluntad propia porque eres incapaz de pedírselo.

Buscas indicios de que tu pareja siente atracción por otras personas o de que te es infiel. Y provocas conflictos en la relación poniendo continuamente a prueba a tu pareja.

  1. Manipulas para controlar a tu pareja.

Eres el mejor o la mejor en el arte de la manipulación.

  • Te enfadas para que tu pareja esté pendiente de ti.
  • Le haces chantaje emocional para que vea cuánto te preocupas por la relación.
  • Lloras o gritas para llamar su atención.
  • Mientes si es necesario para que no se dé cuenta de que tratas de controlarle o controlarla.
  • Seduces para salirte con la tuya y llevar así siempre la razón.
  • Te quejas y amenazas esperando que tu pareja confiese su traición. De este modo evitas admitir que necesitas saber que te ama y que tienes miedo a que te traicione.

Temores a una nuevo pareja cuando la herida de traición está en ti.

Te da miedo y rechazas el compromiso. Si has sufrido traición en relaciones anteriores, ahora te cuesta comprometerte con una nueva pareja. No se puede romper un compromiso si no te comprometes. Eliges no comprometerte porque te da miedo que tu nueva pareja te traicione o porque te das cuenta de que tú no puedes cumplir este compromiso.

Cuando la herida de traición está en ti, te sientes atrapada/o en una relación que requiera compromiso. Crees que tu nueva pareja te puede traicionar. Pero como para ti romper un compromiso es un fracaso, temes quedarte en esa relación. Para que esto no ocurra, mejor ni empezar. Por eso antes de romper un compromiso, prefieres no comprometerte.

Sin embargo, quieres que tu nueva pareja se comprometa contigo y si no lo hace te sentirás traicionado/a. No te quieres comprometer pero si no te llama o no te escribe un whatsApp lo vives como una traición y dices cosas como “no se puede confiar en nadie”. No eres consciente del nivel de tu exigencia, en comparación con lo poco que das.

Das la impresión de que eres una persona independiente pero en el fondo escondes tu temor a que la relación acabe debido a la herida de traición.

Ayudas a tu pareja en todos sus asuntos pero en realidad lo haces para controlar lo que hace. Como eres tú quien se ocupa de sus cosas, piensas que tu pareja sin ti no podría hacerlo, por lo que tienes la idea de que es una persona débil que te necesita. Sin embargo, esta forma de ayudar a tu pareja esconde tu miedo a que te traicione y te aseguras de este modo que cumpla con el compromiso que tiene contigo. Tu necesidad de controlar a tu pareja es tu verdadera debilidad.

La herida de traición hace que quieras tener la razón en todo.

Eres capaz de mentir con tal de conseguir lo que quieres.

Odias las mentiras en una relación, sin embargo, no te das cuenta de cuánto mientes porque es tal tu nivel de control que incluso llegas a creer que tus mentiras son ciertas. Lo más importante para ti es salirte con la tuya y para ello, eres capaz de transformar la verdad con tal de tener razón.

Le dices a tu pareja lo que crees que quiere escuchar, con la intención de conseguir algo a cambio. Te comprometes con cosas que desde el principio sabes que no vas a cumplir.

Si tu pareja te coge en una mentira, darás mil excusas antes de confesar que has mentido. Y si tu pareja no te cree, te sientes traicionada/o, porque no puedes entender por qué no te cree.

Creerte tus propias mentiras es la mejor forma de seguir teniendo el control y sobre todo, de seguir teniendo la razón. Al final, consigues que tu pareja no confíe en ti y que crea que siempre le estás engañando.

¿Atraes a personas que te traicionan cuando llevas la herida de traición?

Es probable que en tus relaciones anteriores te traicionaran y aunque no lo hicieran o no pudieras demostrarlo, nunca llegaste a confiar plenamente en aquellas parejas. Ahora seguirás teniendo la sensación de que tu nueva pareja te engaña y por eso pones más atención en todo lo que hace o dice.

Te pones a la defensiva tratando de protegerte continuamente del posible dolor que esta pareja pudiera hacerte. Igualmente si sigues con una pareja que te traicionó en el pasado, por mucho que hayas dicho que la perdonabas, no puedes confiar en ella.

La Ley de la Atracción dice que atraemos lo que somos. Atraes relaciones que no se comprometen contigo porque en el fondo tú todavía no puedes comprometerte con ellas, ya que llevas la herida de traición.

Temes el compromiso porque temes la separación. Por esta razón, si en tu vida aparecen parejas que te traicionan o que no desean comprometerse, es una señal para que te des cuenta de que eres tú quien no quiere comprometerse o de que estás dispuesto/a a traicionar al otro.

Puede que en este momento solo quieras tener encuentros sexuales sin compromiso, pero aunque tu nueva relación quiera lo mismo que tú, en el momento que no le apetece hacer el amor contigo, piensas que te está rechazando y te sientes traicionado/a.

Como esta herida se da con el progenitor del sexo opuesto es importante que veas si lo tienes idealizado/a. Si es así, inconscientemente estarás comparando a todas tus parejas con este progenitor y nunca darán la talla. Cuando tu pareja no cumple tus expectativas, te decepcionas.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de traición desde el placer?

  1. Si no confías en tu pareja y tratas de que no vea tus puntos débiles

El control es un proceso de la mente. Es un acto egóico. Querer controlar a algo o a alguien es querer controlar la vida. Es ponerte por encima de la vida. Dejar de controlar es aceptar la vida tal y como es.

La confianza en la vida la da la madre y si tu madre no pudo o no supo dártela, ahora es el momento de hacerte responsable de ti. De que tu madre interna con todo su amor incondicional le dé la confianza a tu niña/o interior. Solo desde la confianza podrás ser tú y podrás abrirte al Amor.

Experimenta la vulnerabilidad en tu cuerpo y serás consciente de:

  • Que no pasa nada por ser, que eran solo ideas locas de tu mente
  • Que cuando abres tu corazón lo que te devuelve el otro es amor y más amor
  • Que ser un NO para alguien, no significa que haya algo malo en ti
  • Que tu gran fortaleza reside precisamente ahí, en tu vulnerabilidad
  1. Si manipulas para controlar a tu pareja.

Diferencia entre manipulación e inspiración. Antes de tratar de manipular con tus palabras o tus acciones para conseguir que la otra persona haga lo que tú quieres, te invito a que pruebes a ser su inspiración.

Inspirar a alguien es darle una bocanada de aire fresco. Es decirle que hay otras formas de estar en la vida. Muéstrale con tus palabras y con tus actos cómo ser amor e inspirarás a tu pareja a ser el amor de su vida y de la tuya.

Aun si llevas la herida de traición, muestra los verdaderos deseos de tu corazón y ábrete a recibir los verdaderos deseos de su corazón. Alcanza el nivel de intimidad más profundo abriéndote a amar y a ser amada/o.

  1. Si temes y rechazas comprometerte con una nueva pareja.

Tú decides dónde quieres estar, ¿en el miedo o en el amor? Si estás en el miedo solo encontrarás miedo. Si estás en el amor a ti llegará amor a raudales.

¿Qué pasaría si digo la verdad? Un pensamiento frecuente si la herida de traición está en ti.

eres capaz de mentir con tal de conseguir lo que quieres.

La mentira es la ausencia de verdad. Busca tu verdad, la verdad más profunda e íntima que hay dentro de ti. Vive desde tu verdad. Muéstrate al mundo desde tu esencia.

  • ¿Cuánto te mientes?
  • ¿Cuánto te escondes?

Cuando estés diciendo una mentira pregúntate, ¿Qué pasaría si dijese la verdad?, ¿Qué es lo peor que pueda pasar? Ese es tu verdadero miedo. Si dejas de pensar eso, si dejas de darle poder a ese miedo, ¿crees que ahora podrías decir la verdad?

Por ejemplo:

Si quieres tener sexo, di que quieres tener solo eso y nada más. Si quieres tener amor, di que quieres tener amor. Si no quieres tener sexo, dilo también. Si no quieres compartir tu amor con esa persona, dilo, porque esa es tu verdad. Deja de traicionarte y de mentirte cambiando sexo por amor o amor por sexo o cualquier otra cosa por la que hoy creas que necesitas mentir.

Atraes a personas que te traicionan o evitan comprometerse contigo.

Como te he comentado antes la Ley de la Atracción dice que atraemos lo que somos. Cuanto más te comprometas contigo, más personas comprometidas atraerás. Cuánto más estés en el amor, más personas en el amor encontrarás. Esperas que el otro cambie, o que la suerte te sonría con esa persona ideal que solo existe en tu cabeza.

Practica la compasión, la compasión no es sentir pena. Es amar poniéndote en el lugar del otro. Ten compasión de ti, ámate sin condiciones. Ten compasión del otro y ábrete a amar sin condiciones. Así lleves en ti la herida de traición, esto es posible, no es una utopía.

Solo cuando eres amor, cuando vives en el amor, atraes amor consciente a tu vida.

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SANA TU HERIDA DE HUMILLACIÓN DESDE EL PLACER

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana es la herida de humillación.

Para saber si llevas la herida de humillación en ti responde a estas preguntas, las primeras preguntas son para el caso de que no tengas pareja y las siguientes para el caso de que sí tengas pareja:

Si en este momento no tienes pareja:

  1. ¿Sientes que no atraes a una pareja por tu físico, pero sí por tu carisma?
  2. ¿Muchas personas te dicen, yo no me imaginaba que fueses así?
  3. ¿En un grupo destacas por tu simpatía y don de gentes?
  4. ¿Rechazas tu propio cuerpo y te preocupa lo que el otro va a pensar de ti?
  5. ¿Tienes dificultades para disfrutar de tu sexualidad?
  6. ¿Atraes parejas que se avergüenzan de ti?

Si en este momento tienes pareja:

  1. ¿Sientes que si no fuese por ti, esta relación ya hace tiempo que se hubiera acabado?
  2. ¿Te ocupas de todo y de todos?
  3. ¿Tu pareja te manda a callar?
  4. ¿Tu pareja te ridiculiza delante de otras personas en tono de broma?
  5. ¿Sientes que tú tienes la culpa de que tu pareja te humille?
  6. ¿Te avergüenzas de tu pareja?

Si has contestado positivamente a alguna de estas preguntas quédate a ver este vídeo hasta el final porque te voy a dar claves para sanar tu herida de humillación desde el placer.

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Causas de tu herida de humillación

Uno de tus padres o ambos se avergonzaban de ti y esto lo notabas a través de sus palabras o sus gestos. Te criticaban por tu aspecto físico o por tu comportamiento. Te comparaban con otras personas, especialmente con tus hermanos/as o con otras niñas/os.

Se creó en ti una sensación de culpa y de vergüenza que te ha llevado a sentirte indigna/o.

Mostrabas un comportamiento rebelde. Te metías en problemas haciendo cosas no permitidas. Generabas situaciones de forma inconsciente para que te regañaran y te compararan con otros niños/as que no se comportaban así.

Experimentaste humillaciones, comparaciones, fuiste ridiculizada/o por tu aspecto físico. Tuviste experiencias de todo tipo de abusos, incluyendo el abuso sexual, situaciones que provocaron la herida de humillación.

Sufriste vergüenza por tus actitudes y comportamientos durante la infancia.

La relación con tu madre fue de mucho amor por eso tratabas de hacer todo lo posible para complacerla, para no avergonzarla, pero esto no siempre lo conseguías. A la vez puede que quisieras resolverle todos los problemas a tu madre, ayudando esto a formar tu herida de humillación.

La apariencia física y la herida de humillación

En la herida de rechazo el niño o la niña suele tener una apariencia física delgada para que no le vean, para huir del mundo. Sin embargo, en la herida de humillación se da todo lo contrario. La apariencia física es de sobrepeso, de acumulación de grasa, porque necesita ocupar más espacio que los demás.

Considerabas que valías menos, que tenías algo malo, que eras una persona sucia o mala, por eso construiste un caparazón, aumentando así de peso.

Otra causa que pudo provocar tu herida de humillación, puede ser que haya secretos embarazosos en la familia y aunque sea algo secreto, es decir, que no los conozcas de forma consciente, te avergüenzas inconscientemente de los secretos familiares.

Eras un niño/a graciosa que le gusta hacer reír a los demás. Pero, si critican su sentido del humor también se siente humillada/o.

Para sobrellevar el dolor de esta herida de humillación  te creaste el personaje del masoquista. Has tolerado dolor, humillación y no te has sentido merecedor/a. Aprendiste a castigarte porque te castigaron cuando eras pequeña/o.

Aprendiste a humillarte antes de que lo hicieran otras personas. Y por eso, buscas situaciones de humillación de forma inconsciente. Te castigas a ti misma/o creando situaciones humillantes.

Te pones en un lugar donde otras personas pueden utilizarte o aprovecharse de ti. Cuando llevas la herida de humillación, te pones en último lugar porque los demás siempre están para ti antes que tú y así refuerzas que eres una buena persona, una buena amiga/o, una buena pareja.

¿Cómo te relacionas contigo mismo cuando llevas la herida de humillación?

Esta herida de humillación afecta a tu relación contigo, es decir, no afecta a tu relación con otras personas. Si alguien hace un comentario desagradable sobre ti, sobre tu forma de vestir o sobre tu peso, no se lo tienes en cuenta. Al contrario puede que te burles de ti misma/o e incluso estés de acuerdo con el comentario.

Percibes que todo el mundo te rebaja, te avergüenza o te compara y llegas a convertirte en una persona sumisa en determinadas situaciones. Llegas incluso a sentir placer al sufrir. Ya que necesitas estar atado/a a otras personas y cargar con los problemas de los demás.

Te haces cargo de otras personas en exceso. Llegas a olvidarte de ti para ocuparte de los demás. En realidad, lo que te pasa es que sientes mucha culpa y por eso te sacrificas tanto por los demás. Con la herida de humillación no te cuidas ya que los demás siempre son más importantes que tú.

Deseas ser libre. Tu gran deseo es la libertad pero justamente es lo que más miedo te da, porque crees que en un estado de libertad puedes crear situaciones donde te ves más humillada/o. Quieres sentirte libre pero después cuando está sola/o compras demasiado, comes demasiado, bebes, deseas, gastas, trabajas demasiado, y después te avergüenzas de lo que has hecho. Y te dices cosas como soy gorda/o, soy floja/o.

La relación con tus padres suele ser muy complicada. Tratas de satisfacerles, pero en el fondo esto te hace sentir una gran carga y responsabilidad que no te corresponde.

Pautas de comportamiento con tu pareja cuando llevas la herida de humillación

Las necesidades de tu pareja son más importantes que las tuyas:

Das la imagen de ser una persona independiente y odias que te controlen. Prefieres ser responsable de todo antes que depender de lo que haga tu pareja.

Para ser una buena pareja te ocupas de todo. Pones las necesidades de tu pareja por delante de las tus verdaderas necesidades. Dedicas mucho tiempo y esfuerzo para que la relación vaya bien, pero en realidad no te das cuenta de que lo haces para no tener tiempo para ti.

Este esfuerzo te genera cansancio físico y emocional, por eso te quejas de hacerlo todo y de que tu pareja no hace nada, sin darte cuenta de que eres tú misma/o quien se ha creado estas obligaciones.

Cuando le haces todo a tu pareja, sin darte cuenta te vas poniendo por encima de ella y le haces sentir que no podrá hacer nada sin ti. Y para aumentar esa humillación se lo cuentas a todo el mundo para que sepan lo que tú haces. No te das cuenta de que en vez de ponerte al servicio, estás cayendo en la servidumbre al hacerlo todo tú, así se manifiesta la herida de humillación.

Tratas de no decir nada que perjudique a tu pareja y justificas su comportamiento:

Piensas que eres poco o nada importante. Este pensamiento te lleva a ponerte por debajo de tu pareja.

Sientes culpa por lo que disgusta a tu pareja de ti e incluso eres capaz de cargar con la culpa de lo que hace o dice tu pareja. Te haces responsable de todo, por eso cuando algo sale mal, la culpa es tuya, por no haber prestado más atención, por no haber adivinado sus necesidades o deseos.

Te sientes desconectada/o de tu sexualidad por la herida de humillación

En tu educación has recibido mensajes que relacionan la sexualidad con el pecado, con lo obsceno o te han dicho que es algo sucio, de lo que incluso es mejor no hablar. Es probable que en tu adolescencia controlases tu deseo sexual para no avergonzar a tu madre.

Puede que tus primeros encuentros amorosos no hayan sido experiencias placenteras, por lo que piensas que el sexo es algo desagradable.

Fantaseas con una vida sexual muy diferente a la que vives, pero con la herida de humillación, no te atreves a reconocerle tus verdaderas necesidades sexuales a tu pareja. Esto te lleva a hacer cada vez menos el amor, ya que necesitas algo que tu pareja no puede darte y esperas a que lo adivine. Y al mismo tiempo, te encierras en ti y no te permites expresar lo que deseas de verdad.

Tienes fantasías sexuales de las que nunca hablarías con nadie, ni siquiera con tus amistades más íntimas por vergüenza. La herida de humillación te hace sentir vergüenza de casi todo.

Sientes vergüenza de tu cuerpo pero no haces nada para cambiarlo. Tienes dificultades con tu sexualidad debido a la vergüenza que sientes de mostrar un cuerpo que a ti te desagrada, porque no te parece sensual. Crees que si tuvieras mejor cuerpo disfrutarías más del sexo y del amor.

Sustituyes el placer sexual por el placer de comer. Después te sientes mal por ello y te culpas. Con la herida de humillación entras en un círculo de comida y culpa que en el fondo te lleva a privarte de sentir placer porque piensas que tú no lo mereces.

Tienes deseo y eres una persona muy sensual, pero a la vez sientes que no mereces experimentar ese placer y engordas auto castigándote.

Quieres libertad, pero cuando llevas la herida de humillación no te la permites.

Para ti lo más importante es sentirte libre y hacer lo que quieras cuando quieras. Que nadie te controle. Sin embargo, de forma inconsciente, cuando llevas la herida de humillación, te niegas la libertad sobre todo en la relación de pareja.

Una de los principios fundamentales de la libertad es poner tus necesidades por encima de todo. Con la herida de humillación, esto es lo que más miedo te da, porque crees que no se puede ser libre en una relación de pareja. Ya que una buena pareja para ti, es quien lo hace todo por la otra persona. Y esto significa poner atención a las necesidades de tu pareja y olvidarte de ti. Por eso te las ingenias para no ser libre en tu pareja.

Si tu pareja te da libertad, no pasando tanto tiempo contigo, entonces tú buscas ocupaciones  o compromisos que hagan que tu pareja reclame tu atención y sin darte cuenta, generas conflictos entre vosotros porque te vas al otro extremo.

Te ocupas de tu pareja en exceso o te ocupas de otras personas también en exceso, la cuestión es no ocuparte de ti.

Atraes a personas que te hacen sentir vergüenza o que se avergüenzan de ti.

  • Puedes enamorarte de alguien que coquetea con otras personas sin ningún pudor delante de ti poniéndote en evidencia.
  • Puedes estar con una persona que bebe demasiado o grita o crea situaciones incómodas que te hacen sentir vergüenza.
  • Puedes estar con una pareja que no dice que estáis juntos porque le da vergüenza decir que está contigo.
  • Tu pareja puede decirte que te comportes o que hables de una determinada forma porque se avergüenza de lo que haces o dices.

También puede que sientas que tu pareja se avergüenza de tu aspecto físico.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de humillación desde el placer?

Si las necesidades de tu pareja son más importantes que las tuyas: Una de las herramientas que se trabajan en Tantra es la NO DUALIDAD, que sirve para mostrarte que en una pareja no hay partes separadas, sino que una pareja funciona como una unidad. En cada miembro de la pareja existen dos polaridades, una polaridad yang o masculina y una polaridad ying o femenina. Ninguna de las dos es más importante que la otra, ambas son igual de esenciales para el buen funcionamiento de la relación.

En ocasiones, al tener la herida de humillación, te relacionas con tu pareja desde la polaridad masculina, es decir, te encargas de hacer todo por el otro. Sin embargo, tu polaridad femenina, que es la parte con la que sientes, con la que te conectas con los verdaderos deseos de tu corazón, la reprimes o directamente la abandonas.

Esta polaridad ying es igual de importante que tu polaridad yang. Por eso es necesario dejar de hacer por el otro, como un acto de amor en sí mismo a ti y a tu pareja. De esta manera tus dos polaridades se equilibran.

Además, cuando estás más en una polaridad que en la otra, la relación también se desequilibra porque solo un miembro de la relación da y el otro recibe. Negándole por tanto, a tu pareja que pueda hacer algo por ti. Es una forma de castrar su energía dadora, su energía masculina.

En una relación de pareja sana es esencial que tus dos polaridades estén en equilibrio, al mismo tiempo que permites que las dos polaridades de tu pareja lo estén. Si solo das tú, tu pareja sentirá que nunca va a poder compensarte, por lo que se rinde, tira la toalla y ni siquiera lo intenta. Sin embargo, su necesidad de dar sigue presente por lo que simplemente en vez de darte a ti, se lo dará a otra persona, a su trabajo, a sus aficiones o a cualquier otra cosa en la que sienta que lo que tiene para dar es bien recibido.

La herida de humillación hace que siempre justifiques tu pareja.

Tratas de no decir nada que perjudique a tu pareja y justificas su comportamiento: Con lo que haces te pones por encima, mientras que con lo que piensas te pones por debajo. Es importante que diferencies entre responsabilidad y culpa. Cada persona es responsable de lo que dice y de lo que hace. Mientras que la culpa es un concepto judeo cristiano que te limita por temor al castigo.

Te ha dolido tanto cuando te castigaban en el pasado, que crees que eres culpable de todo lo que haces e incluso de cómo tu pareja reacciona, cuando haces o dices algo. Sin embargo, la realidad es que tú eres responsable de tus actos y tu pareja es responsable de los suyos.

No obstante, lo que tú haces le sirve a tu pareja para crecer y lo que tu pareja hace te sirve a ti en tu evolución. Cuando eres capaz de verte como una maestra/o en tu relación, dejas de tener miedo a perjudicar a la otra persona.

Mostrarte tal y como eres te lleva a dos caminos, por un lado muestras tu vulnerabilidad y por otro lado, permites que tu pareja muestre la suya.

La herida de humillación hace que actúes desde un personaje y como reacción tu pareja se mostrará también desde su personaje. Creando de este modo un alto grado de insatisfacción para los dos y poco a poco irás buscando a otras personas con las que verdaderamente puedan ser.

La sexualidad y la herida de humillación

¿Cómo puede ser la sexualidad algo sucio o pecaminoso cuando es el germen de la vida?

Tú no estarías hoy aquí, si no fuese por un acto sexual entre tu padre y tu madre. Gracias a ese acto sagrado de amor, se produjo tu concepción. Por tanto, el acto sexual en sí mismo es un momento sagrado, generador de vida.

Además, en el momento de tu nacimiento fue la primera vez que penetraste una vagina, saliste del útero para entrar en la vagina de tu madre y de ahí cruzar la puerta de la vida. Es una experiencia tan sublime que algunas mujeres han llegado incluso a sentir éxtasis durante el nacimiento de su bebé.

Sin embargo, en nuestra religión se ha desvirtuado tanto el momento de la concepción como el momento del parto y esto lo vemos en la virginidad de María, con su inmaculada concepción, sin mácula, sin pecado y por supuesto, el parto ni se menciona.

Si en tu caso la desconexión de tu sexualidad no viene por creencias limitantes externas, sino porque no aceptas tu cuerpo y te avergüenzas de él, es importante que comprendas que tu cuerpo es el hogar sagrado de tu alma, es el templo donde tu alma habita. Honrar tu cuerpo es dar gracias por la vida. Gracias a tu cuerpo puedes sentir con tus 5 sentidos. Puedes oler, ver, saborear, oír y tocar. Si no tuvieras cuerpo, esto no sería posible.

No importa lo grande que sea, ni la forma que tenga, si cumple los estándares de la moda o no, lo importante es que estás sana, que estás sano y por tanto, que puedes disfrutar de la vida. Tenemos cuerpo para disfrutar del placer de vivir. Si niegas tu placer, te estás negando a la vida.

Tu padre y tu madre te dieron la vida, y la mejor forma de reconocerlos, de honrar la vida que te viene de ellos, es disfrutándola plenamente. Esto significa disfrutando con todo tu ser, incluido tu maravilloso cuerpo, el templo de tu alma, aunque en ocasiones la herida de humillación no te deja sentirlo así.

Con la herida de humillación limitas tu libertad

Limitas tu libertad por el bien de la relación:

Para que realmente haya intimidad en la relación de pareja es necesario que exista el apego sano, la común-unión de la pareja. Cuando ésta se da, la pareja se siente como una unidad, no hay separación entre ellos.

Y para que no te pierdas en las necesidades de la otra persona y dejes a un lado tus propias necesidades es fundamental que aprendas el desapego sano. La libertad de ser, sin sentirte encadenada/o, esposada/o a tu pareja.

  • Cuando el desapego ocurre desde el amor, no renuncias al otro, sino que te unes a tu esencia.
  • Cuando el apego ocurre desde el amor, te fundes en el otro para conectar conjuntamente con la esencia.

Son dos caminos para llegar al mismo sitio, por eso uno, no es mejor que el otro. Sino que ambos son necesarios para la verdadera conexión de almas, para que forméis una verdadera unión trascendental.

Atraes a personas que te hacen sentir vergüenza o que se avergüenzan de ti:

Cada persona que llega a ti es una oportunidad de autodescubrimiento. Cuando te encuentras con una persona que se avergüenza de ti o cuando sientes vergüenza por lo que hace o dice la otra persona, observa qué ocurre dentro de ti desde la herida de humillación.

Existen 3 posibilidades:

  • La primera es que te esté mostrando una parte de ti de la que tú misma/o te avergüenzas.
  • La segunda opción es que te muestra lo que no te estás permitiendo hacer, es decir, esa persona dice o hace algo que tú no te permites por vergüenza.
  • Y la tercera es que te está enseñando algo con lo que tú no estás bien en tu vida.

Vive con ilusión cada nueva relación. Observa, descubre, indaga sobre ti, no desperdicies esta oportunidad. Cuanto más practiques, más fácil te será determinar en función de qué sientes esa atracción por esa persona.

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SANA TU HERIDA DE ABANDONO DESDE EL PLACER

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana, es la herida de abandono. Para saber si llevas la herida de abandono en ti y buscas sanidad para el alma, responde a estas preguntas, las primeras preguntas son para el caso de que no tengas pareja y las siguientes para el caso de que sí tengas pareja:

Si en este momento no tienes pareja:

  1. ¿Continuamente buscas el amor pero cuando lo encuentras, huyes o lo saboteas?
  2. ¿En el pasado estuviste en una relación de dependencia y ahora te da miedo intimar por si vuelves a caer en lo mismo?
  3. ¿Conoces a alguien que no te gusta demasiado pero si se aleja, empiezas a querer que te elija?
  4. ¿A menudo piensas que no vas a encontrar a nadie?
  5. ¿Te da miedo quedarte solo/a para siempre?
  6. ¿Has probado con muchas personas pero ya estás harta/o por lo que prefieres dejar de buscar pareja?

Si en este momento tienes pareja:

  1. ¿Sientes que no recibes de tu pareja la atención que necesitas?
    ¿Sientes que tu pareja no te quiere lo suficiente?
  2. ¿Estás cansada/o de hacer un drama por cualquier discusión con tu pareja?
  3. ¿Te preguntas qué tienes tú de malo para que tu pareja no te quiera?
  4. ¿Dices SÍ a muchas cosas cuando en realidad quieres decir NO?
  5. No sabes si estás enamorada, lo único que tienes claro es que no quieres perderle/a.

Si has contestado positivamente a alguna de estas preguntas quédate a ver este vídeo hasta el final porque te voy a dar claves sobre CÓMO SANAR TU HERIDA DE ABANDONO DESDE EL PLACER

Alicia Amezcua - Propósito de vida

Sana tu alma desde el placer y disfruta de la vida que mereces

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Causas de tu herida de abandono:

La herida de abandono, normalmente se da en los primeros años de la vida. Es una de las heridas más profundas y dolorosas. Puede ser debido a diferentes causas, por ejemplo:

  • Que tus padres te hayan abandonado, te dieron en adopción o te dejaron al cuidado de otras personas,
  • Que alguno de los dos o los dos muriesen.
  • Que al terminar la relación entre ellos dejases de ver a uno.
  • Por trabajo dejaron de estar contigo o cualquier otra razón por la que puedes sentir la ausencia física de tu padre o de tu madre.

También puede ser que hayas sentido el abandono emocional, es decir, aunque estaban físicamente, no se hicieron cargo de tus emociones porque fueron unos padres fríos o distantes.

Pautas de comportamiento en tu relación de pareja si llevas la herida de abandono

Si has sufrido la herida de ABANDONO, seguirás estas 6 pautas de comportamiento cuando inicias o estás en una relación de pareja:

Necesitas que tu pareja esté contigo continuamente

En cuanto conoces a alguien te enganchas emocionalmente. Desde el principio sabes que esa persona no te conviene, pero te autoengañas diciéndote que cambiará en el futuro por arte de magia.
Vives con la sensación de que la relación es muy frágil y que por cualquier cosa te va a dejar por eso necesitas que estéis juntos el mayor tiempo posible.
Para estar con esa persona le dices a todo que SÍ y te cuesta poner límites por lo que cedes constantemente.
Te quedas con esa persona aun sabiendo que no te hace bien, ya que piensas que te va a dejar porque en el fondo sientes que no vales y que nunca vas a encontrar a nadie.
La meta en tu relación es que te elija a ti y si eso es así, estará siempre contigo.
Entras en una danza donde no puedes ser tú.

  • Sientes que no vales lo suficiente.
  • Haces todo lo posible por demostrarle que sí vales para que te elija.
  • Consigues pasar tiempo con tu pareja.
  • Te sientes mal porque no puedes ser tú.
  • Vuelves a pensar que no vales lo suficiente y que te va a abandonar.

Esta danza te lleva a tener cambios de humor extremos proyectando tu malestar en tu pareja de forma dramática, debes buscar sanidad para el alma para que tu relación con otros sea más armoniosa

Sufres una tristeza en lo más profundo de tu ser, sin saber muy bien por qué.

También puede que seas una persona independiente, ya que llevas mucho tiempo viviendo sola/o, pero cuando conoces a alguien tratas de mostrar que necesitas a la otra persona.

Piensas que si descubre que te vales por ti misma/o, no se ocupará de ti en el futuro.

En realidad lo que te cuentas es que nunca serás capaz de valerte por ti misma/o y que necesitas a alguien en quien apoyarte. Cuando llevas la herida de abandono, de este modo validas que es bueno ser dependiente, porque así te aseguras de que alguien te cuide.

Crees que tu bienestar no depende de ti, sino que tu felicidad depende de cuánto se ocupe tu pareja de ti. Llegas incluso a aguantar lo inaguantable con tu pareja con tal de no estar sola/o.

Provocas situaciones para llamar la atención.

Te amas tan poco que buscas continuamente pruebas de amor en tu pareja. Cuando llevas la herida de abandono tienes ideas locas como “No valgo, por favor no me dejes”.

Esto te lleva a adoptar el papel de víctima de forma inconsciente, poniendo a tu pareja por encima y tú te pones por debajo. Puedes llegar a hacer cualquier cosa con tal de llamar su atención llegando incluso a provocar, de forma inconsciente, dramas o enfermedades para llamar la atención o para darle lastima.

Crees que tu mala relación de pareja se debe a la otra persona porque no te hace caso, o también puede que creas que tu destino es que no te quieran o que tú tienes mala suerte. Te compadeces de ti y lloras por tu situación.

Crees que te cuesta mucho tomar decisiones y buscas continuamente el apoyo de tu pareja. Necesitas sentirte apoyada por tu pareja porque así sientes que te ama aunque es muy probable que después hagas otra cosa porque en el fondo lo que buscas es su atención, no su apoyo.

Eres capaz de hacerte pasar por tonta/o con tal de recibir ayuda, pero no porque no sepas o no puedas hacerlo, sino por tener su atención. O puede que te pases todo el día pidiendo perdón por ser como eres.

Cuando hay un conflicto y tu pareja se enfada y eleva la voz, lo normal es que te asustes y te paralices como una niña cuando le regañan. En muchas ocasiones tratas de terminar con la relación, aunque en el fondo es lo que más miedo te da, sin embargo, tensas la cuerda cada vez más y más, para que te muestre su amor. En definitiva, la herida de abandono te convierte en la reina o en el rey del drama para llamar la atención.

Cuidas para que te cuide.

Tienes facilidad para conectar con las emociones de otras personas y con tu pareja esta habilidad la utilizas para manipular la situación a tu favor.

Dar es lo tuyo pero siempre estás buscando que te compense y si no lo hacen, te quejarás diciendo que tú siempre estás dando, mientras que tu pareja no te da lo que necesitas de ella.

Te vuelves una dador/a para hacer méritos para que no te dejen.

Piensas que te falta energía para hacer cosas por ti misma/o, por eso buscas que tu pareja te apoye y si no lo hace, renuncias porque lo que en el fondo buscas es que te cuide.

Cuantos más años van pasando sin sanar la herida de abandono, más necesidad sientes de envejecer al lado de alguien para que te cuide, por eso prefieres aguantar a su lado aunque no seas feliz antes de estar sola/o.

Puede que incluso estés ya buscando o tengas a otra persona para sustituir a tu pareja actual, porque crees que es probable que te cuide mejor.

El sexo es una de tus armas favoritas para retener a tu pareja.

Cuanto más fuerte es el conflicto, más pasión sexual habrá. Las discusiones os separan y crees que el sexo es la forma para volver a uniros. Sientes que eres importante en su vida cuando te desea. Piensas que si te desea mucho es que te quiere mucho.

El sexo es la forma de sentirte unida/o a tu pareja por eso tu líbido es mayor que la de tu pareja y habitualmente te quejas de que no son suficientes los encuentros que tenéis.

También puede ocurrir que no tengas deseo sexual y sin embargo, cedes a las necesidades de tu pareja porque crees que si te desea, es una muestra de que eres importante para ella.

Otro caso puede ser que aun sabiendo que tu pareja tiene un amante, no digas nada para evitar ser abandonada/o, renunciando incluso al sexo.

Atraes parejas una y otra vez que no te quieren como necesitas.

Si piensas en todas las parejas que has tenido, lo más probable es que o bien te abandonaron o bien hayas sido tú quien acabase con la relación, porque en el fondo pensabas que esa persona dejó de quererte antes y por eso tuviste que abandonarla.

Este tipo de personas aparecerán una y otra vez hasta que hayas sanado tu herida de abandono.

El personaje que creaste te ayuda a ocultar tu herida de abandono por eso cuando abandonas a tu pareja crees que la causa de tu dolor está en que ella no te quiere y esa es la razón por la que no te da la atención que necesitas, de este modo volverás a repetir la historia en tu próxima relación de pareja una y otra vez.

Decides no estar en pareja porque no hay nadie para ti:

Es probable que durante etapas largas de tu vida hayas renunciado a estar en pareja porque pienses que lo has intentado muchas veces y en vista de los resultados prefieres estar sola/o.

Sin embargo, en lo más profundo de tu ser quieres estar en pareja.

Para superar estas etapas sin pareja, generas una vida muy agradable donde todo parece que está en calma, pero en el fondo la verdad es que tienes miedo a exponerte una vez más, porque si te expones a estar en pareja, puede que te deje y para ti es mejor la opción de renunciar a compartirte con otra persona, que sufrir cuando la relación acabe.

Te quedas atrapada/o en tu vida ideal, detrás de un muro infranqueable pensando que lo que tú quieres no es posible.

Tienes tanto miedo a que te abandonen que al final te metes en ti, te encierras.

Otra forma de validar la idea de que no hay nadie para ti, es que lo intentas un poco pero al final lo boicoteas. Estás todo el día buscando el defecto que tiene que tener tu nueva pareja.

Estás esperando a que pase algo que te confirme que tienes razón y que confirma además que todo el mundo te abandona.

Inconscientemente antes de empezar algo ya te lo estás cargando.

Y vuelves a encerrarte en ti.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de abandono desde el placer?

Necesitas que tu pareja esté contigo continuamente:

Una de las herramientas que se trabajan en el tantra, es el apego y el desapego sano.

Consiste en aprender a estar con tu pareja en un nivel de intimidad profundo, mostrándo incluso tu herida de abandono, abriéndote completamente a tu vulnerabilidad y a la vez aprender a desprenderte de ella, de tu pareja, con amor.

Desapegarte no es abandonar ni que te abandonen, es separarte para que esta separación  ayude a fomentar la verdadera unión de vuestras almas, sin tener que estar juntos continuamente.

Se trata de respetar los espacios privados de cada uno para volver después a compartiros desde la verdadera elección de vuestros corazones.

Ya no necesitas el personaje de dependiente para que quiera estar contigo, ni tampoco necesitas ser independiente para desvincularte del dolor emocional, sino que aprenderás a estar en la interdependencia, es decir, a unirte desde el amor y a separarte desde el amor.

Provocas situaciones para llamar la atención:

Es importante que te observes para identificar cuándo estás provocando situaciones con el único objetivo de llamar la atención de tu pareja.

La mente tratará de sabotearte diciéndote cosas como haz valer tus derechos, tú tienes razón, lucha por lo que consideras justo para ti, pero puedes aprender a poner la mente al servicio del amor.

No se trata de decir a todo que sí y tampoco a montar un pollo cuando no te sales con la tuya.

Se trata de revisar lo que verdaderamente es un sí para ti y lo que es un no para ti. Para ello la mejor herramienta que tienes a tu alcance es la meditación.

En tantra existen muchas formas de meditar, por ejemplo, cantando mantras, bailando o simplemente poniendo atención a tu respiración.

Cuando no sepas qué hacer con una situación de conflicto o pienses que quizás es una llamada de atención, medita y con la meditación le darás la paz suficiente a tu mente para que ella sepa cómo expresar los verdaderos deseos de tu corazón desde el amor.

Cuidas para que te cuide:

Según las Constelaciones Familiares el equilibrio en la pareja está en el dar y el recibir mutuo. Una vez da uno y otra vez da otro y así la pareja poco a poco se va equilibrando.

Si consideras que das mucho, es momento de parar de dar, no se trata de exigir o reclamar que tu pareja te dé más, cuando das y das a tu pareja, al final esta cree que no podrá darte nunca todo lo que le has dado y cómo se siente incapaz, renuncia a dar.

Sin embargo, si dejas de dar, le das espacio para que comience a ofrecerte lo que sí puede darte.

Si aún así, tú necesitas dar, puedes poner el foco en otras personas que sí estén dispuestas a recibir y a darte a ti.

Hay muchas formas de dar y recibir amor y no solo tiene que venir de tu pareja, también es muy importante reconocer cuando tu pareja te da.

Por ejemplo, dándole las gracias por esa palabra, por ese gesto o por cualquier cosa que estés recibiendo de ella.

Y por último, aprender a pedir:

Pedir no es reclamar o exigir, pedir es solicitar lo que tú necesitas, por eso es fundamental que sepas realmente qué es lo que quieres y no esperar que tu pareja lo adivine por ti.

Si en algún momento realmente sientes enfado con tu pareja porque no te da lo que necesitas, aprende a transformar toda esa energía de rabia en algo valioso.

Exprésate con tu cuerpo, baila, muévete, saca toda tu rabia y cuando por fin consigas liberarte de ella, abre un espacio de intimidad que os conecte a un nivel superior, incluso sin palabras, desde el amor, esto es buscar sanidad para el alma

El sexo es una de tus armas favoritas para retener a tu pareja.

Cuando te descubras utilizando el sexo para retener a tu pareja, cambia tu forma de hacer el amor.

Normalmente las parejas que tienen sexo después de una pelea suelen tener encuentros muy apasionados, debido a la sobrecarga energética que ha traído la discusión; si en vez de liberar toda esa energía con sexo rápido y de fricción, aprendes a conservarla para la verdadera unión de vuestras almas, la intimidad de vuestra relación de pareja será más profunda que nunca.

Para ello, practica la sexualidad consciente, disfruta de la mirada amorosa, de los besos interminables, de las caricias tiernas, despierta tus sentidos, juega, goza con la verdadera reconciliación, aquietando vuestros cuerpos para llevaros a un estado de unión trascendental, de sanidad para el alma.

Atraes parejas una y otra vez que no te quieren como necesitas.

Cada persona que llegue a ti es una oportunidad de autodescubrimiento, vive con ilusión cada nueva relación. Observa, descubre, indaga sobre ti, no desperdicies esta oportunidad.

Cuanto más practiques más fácil te será determinar porqué sientes esa atracción por esa persona.

Querer a alguien significa quererlo para ti.

Amar a alguien significa amarlo para él o para ella.

Querer es un acto egoísta, amar es un acto desinteresado.

Poco a poco irás descubriendo que dejar a una persona no es abandonarla, es permitir que siga su camino, es respetar su destino.

Decides no estar en pareja porque no hay nadie para ti.

El mito del amor romántico dice que sólo alcanzarás la felicidad estando en pareja.

Pero esto no es así, para nada, puedes ser muy feliz en soledad con tu propia compañía.

Sin embargo, si dentro de ti anhelas estar en pareja, te invito a que salgas de tu zona de confort, sin miedo, con la ilusión de una niña/o que quiere descubrirse a sí mismo y ver de lo que es capaz.

Porque sí hay alguien para ti ahí fuera, lo único que pasa es que todavía no lo puedes ver, porque tus ojos miran desde el miedo, desde tu herida de abandono y necesitas aprender a mirar con amor, de este modo encontrarás sanidad para el alma.

En cada persona hay un ser consciente y tú tienes la gran oportunidad de descubrirlo.

Por eso te invito a dejar de decir eso de que no hay hombres buenos o todas las mujeres son malas, estos pensamientos solo esconden tu capacidad de abrirte a amar y a ser amada/o.

Para terminar quiero hacerte algunas recomendaciones sobre la herida de abandono:

– Recuerda, solo quédate con quien te elija.
– No te empeñes en que te elija.
– Si no te elije, retírate, simplemente no es para ti.
– Toma conciencia de que nadie puede abandonarte, solo se apartan de tu camino para que puedas crecer por ti misma/o.
– En el fondo, la única persona que puede abandonarte eres tú mismo/a cuando dejas de estar en conexión con los verdaderos deseos de tu corazón.
– Enamórate, pierde la cabeza por alguien y si al final la relación no funciona, abrázate, cuídate, es solo parte de tu aprendizaje, no te desanimes y vuelve a intentarlo otra vez.
– Quédate solo con quien estés bien, esto no significa que no habrá discrepancias, utiliza vuestras diferencias para sanar tu herida de abandono, porque tu pareja te muestra lo que no puedes ver de ti.

– Si tu pareja te maltrata, pregúntate, ¿de qué forma te maltratas tú?
– Si tu pareja te ignora, pregúntate, ¿de qué forma te ignoras tú?
– Si tu pareja te humilla, pregúntate, ¿de qué forma te humillas tú?

Y así con cada una de las dificultades que tengas con tu pareja, después, busca la forma de dejar de maltratarte, ignorarte, humillarte o lo que sea.

Será entonces cuando la relación tomará fuerza o desparecerá por sí sola, cuando cambias tú, tu relación cambia.

Pero este cambio no es solo un cambio en tu mente, es un cambio en tu cuerpo, lo tienes que experimentar en todo tu ser.

Cuando transformas situaciones dolorosas a través del placer, tu cuerpo se expande, te sientes con mayor vitalidad y con más ganas de disfrutar de todo lo que la vida tiene preparado para ti.

Si crees que no puedes hacer este proceso de transformación por ti misma/o, estaré encantada de acompañarte haciendo contigo un trabajo profundo y personal para sanar tu herida de abandono, te brindare sanidad para el alma y  así dejar atrás al personaje que hasta ahora te ha estado cuidando como mejor ha podido, para que le des espacio a la persona consciente que hay en ti y que realmente quiere comprometerse consigo misma para estar en una relación sana de pareja.

Repítete este mantra “Merezco a alguien que me elija cada día” “merezco sanidad para el alma”.

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SANA TU HERIDA DE RECHAZO DESDE EL PLACER

herida de rechazo sanar con placer

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana, es la herida de rechazo, sanar el alma y atraer la vida que sueñas está en ti, aprende a sanar el alma desde el placer, aquí te cuento cómo:

Si en este momento no tienes pareja:

  1. ¿Te sientes asfixiada/o en la relación de pareja y huyes del compromiso?
  2. ¿Si sientes que tu pareja te rechaza a nivel sexual, evitas el sexo?
  3. ¿En un grupo te metes en tu coraza, no dices nada, no opinas nada porque no vas a aportar nada?
  4. ¿Rechazas tu propio cuerpo y te preocupa lo que el otro va a pensar de ti?
  5. ¿Rechazas a tu progenitor del sexo opuesto y restringes o eliminas el contacto con el sexo opuesto?
  6. ¿Atraes parejas que te rechazan?

Si en este momento tienes pareja:

  1. ¿Sientes que no recibes de tu pareja la atención que necesitas?
  2. ¿Sientes rencor hacia tu pareja porque no te acepta como eres?
  3. ¿Sientes que tú tienes la culpa de que tu pareja te rechace?
  4. ¿Cuando tu pareja te eligió, no te lo podías creer?
  5. ¿Cuándo tu pareja no te elogia, te sientes rechazada/o?
  6. ¿Consideras que estás muy comprometida con tu pareja, pero no te sientes reconocida por ella?
Alicia Amezcua - Propósito de vida

Sana tu alma desde el placer y disfruta de la vida que mereces

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Causas de tu herida de rechazo

Los padres enseñan a dar amor y a recibir amor.

Esta herida tiene que ver con el progenitor del mismo sexo, porque es quien te enseña la función de amarte a ti, mientras que el progenitor del sexo contrario te enseña a dejarte amar.

Voy a ponerte un ejemplo: imagina la situación en la que tus padres se hayan separado y tú eres mujer, como consecuencia de su ruptura, dejaste de ver a tu padre, entonces llevas la herida de ABANDONO y también como consecuencia de ese dolor que sintió tu madre, hay partes de ti que rechaza porque le recuerdan a tu padre, es entonces cuando llevas en ti la herida de RECHAZO. Por tanto, como ves son dos heridas que pueden ir juntas.

Sin embargo, tienes que tener en cuenta que cuando la herida de abandono es más fuerte, tu necesidad en la relación de pareja será de UNIÓN, mientras que si la herida de RECHAZO es más fuerte, tu necesidad en la relación será de SEPARACIÓN.

No obstante, como con la herida de ABANDONO tienes miedo a ser abandonada/o reaccionas con el pensamiento “Te abandono para que no me abandones”. Mientras que con la herida de RECHAZO tienes miedo a ser rechazado/a por lo que el pensamiento es “Me protejo para que no me rechaces”. Sanar el alma es la clave.

Con la herida de ABANDONO estás más disponible para las relaciones aunque no funcionan como a ti te gustaría. Con la herida de RECHAZO es más probable que hayas tenido pocas o ninguna relación significativa por tu miedo inconsciente al compromiso.

Otras causas por las que puedes llevar la herida de RECHAZO son:

  • Puede que tus padres no quisieran tener un bebé en aquel momento o que hubiesen preferido tener un bebé pero del sexo opuesto.
  • Si tus padres fueron muy sobreprotectores puede que te hicieran sentir que no eras suficiente, que no tenías las capacidades para valerte por ti misma/o.

Las personas que llevan la herida de rechazo suelen haber sido niñas/os con el cuerpo muy delgado ya que te contraes físicamente y también emocionalmente.
No quieres ocupar mucho espacio para que no te vean y así no tienes que estar huyendo continuamente, puedes tener tendencia a sufrir anorexia.

En cuanto al comportamiento, puede que hayas sido una niña/o buena que no hacía ruido, porque intentabas pasar desapercibida/o, no te dabas por tanto, derecho a ser tu misma/o.

Viviste tu infancia en un mundo imaginario porque la imaginación es un espacio seguro para ti.

  • Otra causa puede ser que tus padres se rechazaban a sí mismos, por su propia historia familiar, es decir, ellos también fueron rechazados por sus progenitores.
  • O bien simplemente, eran fríos y distantes, no supieron dar amor, ni recibir amor.
  • Puede que fuesen muy exigentes y solo remarcaban los fallos, los errores y no le daban importancia a tus cosas buenas porque solo veían las cosas que no estaban bien.
  • Si te hospitalizaron durante mucho tiempo, puede que cuando se iban a casa o a trabajar te sintieras rechazada/o porque no te llevaban.
  • Si escuchaste mensajes dolorosos como apártate, no vales nada, quítate de ahí, me molestas; todos esos mensaje o situaciones, iban dejando en ti la huella de la herida de rechazo.

Cuando has vivido experiencias de rechazo en tu infancia, tendrás la tendencia a rechazarte a ti y a otras personas, incluida tu pareja.

También rechazarás experiencias placenteras y de éxito, por el profundo sentimiento de vacío interno que te causa tu herida y porque tienes la creencia errónea de ser “poco merecedor/a”.

Además, vas a tener la tendencia de culpar a los demás de que te rechacen sin darte cuenta de que eres tú quien se aísla de todos, creando de esta manera un círculo vicioso de rechazo del que no sabes salir.

Te cuesta por tanto, aceptarte tal y como eres, amarte y valorarte, sanar el alma es tú tarea personal, es un acto de amor propio.

Pautas de comportamiento en tu relación de pareja si llevas la herida de rechazo

Si has sufrido la herida de RECHAZO seguirás alguna de estas 5 pautas de comportamiento cuando inicias o estás en una relación de pareja:

Te alejas de una nueva pareja porque crees que no le vas a interesar.
Piensas que no tienes nada que ofrecer a una futura pareja así que es mejor no intentarlo. Eres muy perfeccionista.
En la infancia aprendiste a sentirte valorada cuando obedecías y cumplías las normas por eso te exiges mucho a ti misma/o para ser perfecta/o y crees que nunca eres lo suficientemente buena/o en el amor.

Esa es la razón por la que no te valoras y tiendes a anularte. Por eso te exiges la perfección, para considerarte así, una persona válida para que alguien pueda enamorarse de ti.

Y como tienes miedo de molestar con tus comentarios a esa persona que acabas de conocer y que te resulta atractiva, prefieres callarte y no decir nada antes que meter la pata y no parecer interesante. El caso es que por miedo a no parecer interesante, te vuelves invisible. Así se ve la herida de rechazo.

Cuanto tu pareja te rechaza puedes llegar a justificarlo porque piensas que tú mismo no vales nada y te dices cosa del tipo “No me extraña que se fuera porque no tengo nada que pueda interesarle”.

Esta herida de rechazo hace que te compares con otras personas para demostrarte que no eres suficiente. Te sientes menos que el resto. Ya que siempre hay alguien que lo hace o lo dice mejor que tú. Estás a menudo comparándote con otras personas y te creés con menos valía que los demás. Por eso te cuesta mucho creer que alguien se haya fijado en ti o que alguien se haya enamorado de ti.

Ésta es la forma que tienes de sabotear tus propios éxitos porque no te sientes merecedor/a de ellos. Y te quejas de que nadie quiere estar a tu lado.

Te sientes asfixiada/o en la relación de pareja.

Es posible que hayas recibido una protección excesiva de tu madre o de tu padre. Esto te ha hecho sentir que te trataban así porque no confiaban en que fueses capaz de valerte por ti misma/o.

Esta sobreprotección te agobiaba por eso ahora tienes la creencia de que recibir amor es agobiante, asfixiante y que te anula como persona. En el fondo de ti piensas que “Si te aman no puedes ser tu misma/o”, debes empezar a sanar el alma.

Por eso ahora, tiendes a no estar disponible, a no comprometerte en la relación de pareja porque tienes miedo a sentirte asfixiado. Huir te protege porque asocias sentirte amada/o a sentirte rechazada/o, anulada/o y no valorada/o por lo que realmente eres.

Como temes sentirte así cuando estás en pareja y te agobia recibir tanta atención, tiendes a estar en soledad. Al mismo tiempo al aislarte sientes más la marginación y la herida de rechazo. Es un círculo vicioso del que no puedes salir. Para evitar el rechazo te aíslas y al aislarte no te sientes valorada/o ni querida/o.

Huyes de situaciones desagradables de la relación para evitar el sufrimiento. 

Tiendes a huir de las situaciones desagradables. Cuando tu pareja se enfada y levanta la voz, abandonas rápidamente la situación, es la herida de rechazo protegiéndose.

Tiendes a abandonar las relaciones que inicias en cuanto hay un conflicto. Interpretas el conflicto como la forma que tiene tu pareja de rechazarte, de decirte que NO.

Evitas crear relaciones sólidas de pareja porque en el fondo tienes miedo a sufrir y pesa en ti más el dolor que el amor que puedas llegar a sentir.
Crees que las relaciones de pareja solo funcionan bien al principio pero en cuanto hay discusiones la felicidad se acaba y comienza el sufrimiento.
Te obsesiona que tu pareja te acepte y te reconozca.
Buscas el perfeccionismo y tratas de hacerlo todo lo mejor posible para que tu pareja no te rechace.
Le dedicas a todo mucho tiempo y esfuerzo con el único objetivo de hacerlo perfecto. Para ti solo lo perfecto tiene valor y si tú no eres perfecta/o no lo tienes.

Como siempre se puede hacer mejor, nunca alcanzas la perfección para ti, por lo que pides a tu pareja que te valore lo que tú no puedes valorarte. Si te sentiste rechazada/o en la infancia ahora exiges a tu pareja que te dé la protección y valoración que no te dieron. Cualquier crítica sobre lo que haces o lo que dices te afecta muchísimo y sientes que tu pareja no te quiere como necesitas.

Atraes a personas no disponibles y rechazas a personas que se sienten atraídas por ti.

Tienes tendencia a atraer a personas que no están disponibles, personas con pareja, que no quieren comprometerse en este momento, o cualquier otra situación que te muestre con claridad que no están abiertas a la relación de pareja.

Incluso a veces has descubierto que no estaban disponibles para ti, pero más adelante sí lo han estado para otras personas. Esto te lleva a reforzar aún más la creencia de que hay algo malo en ti.

Cuando conoces a alguien y sientes rechazo por esa persona, por su forma de actuar o de expresarse es porque la ves insuficiente, que no es perfecta, que le falta algo. Si esa persona se siente atraída por ti y te lo hace notar, el rechazo puede llegar a ser incluso mayor. Porque en ti está la creencia de cómo voy a estar con una persona así, con tantas cosas que me desagradan de ella o de él.

Piensas que no hay nadie para ti, que solo quedan personas que no merecen la pena y que los o las mejores ya están cogidas.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de rechazo desde el placer?

Te alejas de una nueva pareja porque crees que no le vas a interesar

Una de las herramientas que se trabajan en Tantra es la mirada amorosa que sirve para mostrarte tal y como eres. Consiste en aprender a estar con tu pareja en un nivel de intimidad profundo, mostrándole incluso tu herida de rechazo, abriéndote completamente a tu vulnerabilidad. Se trata de quedarte delante de la persona mirándola fijamente a los ojos. Los ojos son las ventanas del alma. Con esta práctica amorosa, penetras en el alma del otro y te dejas penetrar.

Esto para muchas personas que llevan la herida de RECHAZO puede ser muy impactante porque no pueden mantener la mirada, cierran los ojos o agachan la cabeza.

Sin embargo, cuanto más la practiques te irás dando cuenta de que ya no tienes que esconderte más, que ya no es necesario que huyas, que ya puedes mostrarte desde tu esencia y la vida se transforma completamente para ti.

Te sientes asfixiada/o en la relación de pareja.

Es importante que te observes para identificar cuándo estás huyendo del compromiso, cómo te pones en modo no disponible. La mente tratará de sabotearte diciéndote cosas como estas: mejor sola/o, lo único que quiere es cazarte, al final te va a rechazar y sufrirás. Pero, puedes aprender a poner la mente al servicio del amor.

No se trata de decir a todo que NO y tampoco de salir corriendo cuando hay más intimidad. Se trata de revisar lo que verdaderamente es un sí para ti y lo que es un no. Para ello la mejor herramienta que tienes a tu alcance es la meditación.

En tantra existen muchas formas de meditar, por ejemplo, cantando mantras, bailando o simplemente poniendo atención a tu respiración.

Cuando no sepas qué hacer con una situación que requiere mayor grado de intimidad o pienses que quizás estás huyendo, medita y con la meditación le darás la paz suficiente a tu mente para que ella sepa cómo expresar los verdaderos deseos de tu corazón desde el amor.

Huyes de situaciones desagradables de la relación para evitar el sufrimiento.


Es importante que diferencies entre dolor y sufrimiento. El dolor se siente en un momento determinado por una situación concreta, mientras que el sufrimiento sucede cuando alargas el dolor en el tiempo, esto lo hace tu mente.

Tiendes a evitar el dolor porque sufriste mucho en el pasado, en tu infancia o con relaciones de pareja anteriores. Sin embargo, esto lo puedes sanar desde el placer. El dolor y el placer van de la mano, solo los separa un hilo muy delgado.

La mente trata de recordarte los momentos dolorosos y huyes para evitarlos. Sin embargo, también en el pasado hubo momentos placenteros. Pues bien, si te ilusionas por volver a sentir momentos de gozo, de disfrute, de placer y dejas de pensar en cuánto durarán es el primer paso para sanar tu herida de rechazo, para sanar el alma.

El segundo paso consiste en ser coherente. Si quieres que te acepten tal y como eres, esto significa que tú también tienes que aprender a aceptar a tu pareja tal y como es.

Si tú tienes derecho a decir NO, tu pareja también tiene derecho a decir NO cuando no esté de acuerdo con algo. Esto es lo que genera las discusiones o los conflictos. Sin embargo, en vez de huir te invito a quedarte y hablar sobre el tema. Negociar es la clave. Llegar a un punto intermedio en el que para ambas personas sea un SÍ.

En tantra se practica la escucha silenciosa, esto es escuchar a tu pareja sin esperar a responderle, solo escuchar su punto de vista. Después podrás expresarte tú y tu pareja no te interrumpirá. No se trata de convencer a nadie. Después de esto, aunque no hayáis llegado a ningún acuerdo, practicad la recarga energética.

A veces las mentes no pueden llegar a acuerdos a los que el cuerpo sí llega. Cuando estés en una discusión no te separes, todo lo contrario, muy a tu pesar, quédate al lado de tu pareja. Energéticamente os equilibraréis y desde ahí podréis más tarde llegar a acuerdos satisfactorios para ambas partes.

Te obsesiona que tu pareja te acepte y te reconozca.

La obsesión por alcanzar la perfección solo genera malestar porque es imposible lograrla. La mente siempre verá fallos y aspectos a mejorar.

En tantra aprendes a ver la perfección en ti. Cuando eres consciente de tu divinidad, eres consciente de la perfección que hay en ti.
Hasta que tú no te sientas un ser divino no podrás verte como el ser perfecto que eres. Y tampoco podrás ver la perfección en tu pareja, porque solo un ser divino puede ver a otro ser divino. Sanar el alma es un gran paso para aceptar y conocer a fondo tu divinidad.

Existen muchos rituales que te ayudarán a ver la divinidad en ti y en tu pareja. Cuando ves tú divinidad dejas de obsesionarte por lo que dices o por lo que haces y te das permiso a ser. Esto no es una frase más, es una experiencia en tu propio cuerpo.

Atraes a personas no disponibles y rechazas a personas que se sienten atraídas por ti. Cada persona que llega a ti es una oportunidad de autodescubrimiento. Cuando te encuentras con una persona no disponible o cuando sientes rechazo por alguien a quien sí atraes, observa qué ocurre dentro de ti. 

Existen 3 posibilidades:

  • La primera es que te esté mostrando una parte de ti que tú misma/o rechazas en ti.
  • La segunda opción es que te muestra lo que no te estás permitiendo hacer, es decir, esa persona dice o hace algo que tú no te permites, por tanto se despierta en ti la comparación.
  • La tercera es que te está enseñando algo con lo que tú no estás bien en tu vida.

Vive con ilusión cada nueva relación. Observa, descubre, indaga sobre ti, no desperdicies esta oportunidad. Cuanto más practiques, más fácil te será determinar en función a qué sientes esa atracción por esa persona.

Querer a alguien significa quererlo para ti. Amar a alguien significa amarlo para él o para ella. Querer es un acto egoísta. Amar es un acto desinteresado.

Poco a poco irás descubriendo que el hecho de que alguien no te elija no significa que no seas válida/o, sino que esta persona está mostrando que tú tampoco estás disponible.

Esto no siempre es evidente, sobre todo porque tu mente está todo el tiempo diciéndote que los demás te rechazan a ti, pero la realidad es que eres tú quien rechaza de forma inconsciente la relación de pareja al atraer personas no disponibles y de forma consciente al rechazar a personas sin darles la oportunidad de mostrarte quién son de verdad.

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MASAJE TÁNTRICO SESIÓN INDIVIDUAL

Con el Masaje Tántrico despertaremos la energía Kundalini que permanece dormida en muladhara, en el chakra raíz, en tu perineo.
 
La energía Kundalini también es conocida como la energía sexual ya que se aloja en nuestro centro sexual y algunas de sus manifestaciones pueden ser a través del orgasmo, del placer.
 
La energía Kundalini es también la energía vital porque cuando logramos despertarla, nos sentimos con mayor vitalidad, con más ganas de disfrutar de la vida.
 
La energía Kundalini además es la energía creativa puesto que al activarla nuestra creatividad florece, nos ilusionamos, imaginamos futuros proyectos vitales y comenzamos a crearlos.
 
El Masaje Tántrico nos ayuda a recuperar nuestra líbido, a sentirnos más vitales y a crear.

¿PARA QUÉ TE SERVIRÁ EL MASAJE TÁNTRICO?

  • Activarás tu energía Kundalini
  • Armonizarás tus chakras
  • Purificarás tus canales energéticos
  • Sentirás más seguridad en ti misma/o, más confianza y autoestima
  • Disfrutarás de una sexualidad más plena con mayor apertura y libertad
  • Aumentará tu capacidad de intimar, de mostrarte con más cercanía
  • Cambiarán tus relaciones, tu comunicación será más suave y amable
  • Desbloquearás tu falta de deseo o apatía sexual
  • Recuperarás tu capacidad de orgasmar
  • Fluirás con tu creatividad

SESIÓN INDIVIDUAL

Es necesaria una sesión previa de una hora de duración para descubrir cuál será el objetivo del Masaje Tántrico, donde podrás exponerme tu caso particular y donde veremos la idoneidad de esta técnica en tu momento vital actual.

En esta sesión te informaré de cómo será el Masaje Tántrico, la utilidad que tendrá para ti, las partes que contiene, los requisitos básicos para recibirlo, las cosas que tienes que traer, cómo debes prepararte antes del encuentro y los efectos que puedes vivenciar durante y después del masaje energético. 

Esta sesión podrá ser presencial o por videoconferencia.

MASAJE TÁNTRICO

Tendrá una duración de 3 horas. Todos los detalles se explicarán en la sesión previa.

CONFERENCIAS GRATUITAS

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FORMACIÓN EN MASAJE TÁNTRICO

Si quieres formarte en esta especialidad de masaje consciente, te ofrecemos tres módulos de fin de semana eminentemente prácticos. Puedes asistir con tu pareja, con un amigo, una amiga o de forma individual.

  • MÓDULO 1 – INICIACIÓN

En este módulo practicaremos el arte del masaje tántrico en el cuerpo completo, excepto genitalidad.

No es necesaria la desnudez completa pudiendo utilizar un bañador o un pareo.

No es necesario tener experiencia ni en Masaje ni en Tantra.

Se entregará material teórico con todos los pasos, además de la música recomendada que indicará los tiempos aproximados del masaje tántrico para seguir practicando después del taller.

  • MÓDULO 2 – INTERMEDIO

En este módulo practicaremos el arte del masaje tántrico en el cuerpo completo, incluyendo masaje de Lingam y de Yoni. 

No es necesaria la desnudez completa pudiendo utilizar un pareo.

Es imprescindible haber asistido al módulo 1.

Se entregará material didáctico con todos los pasos, además de la música recomendada que indicará los tiempos aproximados del masaje tántrico, para seguir practicando después del taller.

  • MÓDULO 3 – AVANZADO

En este módulo practicaremos el arte del masaje tántrico en el cuerpo completo, incluyendo masaje de Lingam y de Yoni y masaje de punto sagrado.

No es necesaria la desnudez completa pudiendo utilizar un pareo.

Es imprescindible haber asistido al módulo 1 y 2.

Se entregará material didáctico con todos los pasos, además de la música recomendada que indicará los tiempos aproximados del masaje tántrico, para seguir practicando después del taller.

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SEXO POR AMOR – 1

Te has parado a pensar alguna vez, si cuando haces el amor, en realidad estás cambiando SEXO POR AMOR.

Quizás te haya sorprendido la pregunta pero, muchas personas, más de las que imaginas, han cambiado en alguna ocasión sexo por amor.

E incluso, me atrevería a retarte a comprobar que tú también lo has hecho en alguna ocasión. ¿Te atreves?

Las señales más claras para saber si tienes tendencia a dar sexo para recibir amor y cómo dejar de hacerlo, para tener una Relación Consciente.

La primera posibilidad es que estés o hayas estado en una relación infeliz, en la que sin embargo, el sexo es o era espectacular.

La segunda posibilidad es que al principio el sexo era fantástico y por algún motivo ahora no sientes ningún deseo por tu pareja.

En ambos casos estabas o estás cambiando sexo por amor.

Alicia Amezcua - Propósito de vida

Aprende Tantra Gratis

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Si al ver este vídeo sientes inspiración, no dudes en compartir la frase o aquello que te llame la atención. 

¡Y etiquétame para que me llegue! #tantraaliciaamezcua.

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¿Estás en una relación infeliz con buen sexo o no sientes deseo por tu pareja?

Si estás en una relación infeliz en la que el sexo es estupendo, te diré que estás mirando al futuro, es decir, das sexo para que te amen en el futuro como tú necesitas.

Sin embargo, si estás en una relación en la que no sientes deseo por tu pareja, entonces estás mirando al pasado, es decir, has dejado de dar sexo porque no te han amado en el pasado como tú necesitabas.

Si estás en una relación infeliz con buen sexo

Aunque parezca mentira, una relación sexual satisfactoria puede darse en una pareja infeliz.

Es importante recordar que el orgasmo constituye una descarga de tensiones, tanto físicas como emocionales.

Mientras que hay personas que evitan el contacto sexual con su pareja cuando hay conflictos y tensiones en la relación,

hay otras personas a las que en circunstancias similares, el sexo les resulta una manera estupenda de liberar gran parte de esa tensión.

Aunque esta liberación solo sea pasajera.

Cuando estás en una relación infeliz o tienes una pareja que no es adecuada para ti, el encuentro sexual puede ser el único aspecto gratificante de la relación,

y la única manera efectiva de relacionarte con el otro o con la otra.

De hecho, el grado de descarga sexual que experimentas guarda una relación directa con el grado de malestar que sientes con tu pareja.

Muchas parejas, tengan una relación sana o no, experimentan un contacto sexual particularmente bueno después de una pelea.

Por tanto, después de un conflicto hay dos elementos que aportan al sexo la intensidad y el éxtasis especiales que sientes.

  1. Uno es la DESCARGA DE TENSIÓN.

Con frecuencia, más de lo que imaginas,  utilizas el sexo para aliviar la tensión y presión de tus emociones.

A veces el deseo de sexo no tiene nada que ver con el sexo en sí mismo, sino que es el resultado de un alto nivel de emoción.

El orgasmo, con su torrente de excitación en forma de placer, te permite liberar la carga emocional o tensión.

El sexo es una fuente de emociones y también puede utilizarse para liberar emociones a nivel superficial.

Es decir, el sexo genera y libera emociones.

Así, durante el sexo se desarrollan dos procesos:

  • Por un lado, debido al alto grado de excitación, se deposita tensión en el organismo, lo que puede provocar un aumento del nivel de emocionalidad. Es cuando el sexo genera emociones.
  • Por otro lado, durante el orgasmo liberamos las tensiones que hemos acumulado y almacenado durante el día. Es cuando el sexo libera emociones.

Por supuesto, no generamos ni  liberamos estas emociones de forma intencionada, sino que son consecuencia del tipo de sexo tenso y estimulante que practicamos en nuestra sociedad.

Tanto si eres mujer como si eres hombre tiendes a liberar tensiones de emoción durante el orgasmo.

Los hombres lo hacen en mayor medida, ya que eyaculan con más facilidad y más frecuencia, mientras que las mujeres a menudo tienen dificultades para alcanzar el orgasmo, lo que les imposibilita liberarse de sus tensiones.

 

  1. Otro de los elementos que hacen que el sexo después de una pelea sea algo especial, es el GRAN ESFUERZO que pones para que el sexo funcione.

Sin darte cuenta tratas de conseguir restablecer el vínculo de la pareja, que se ha visto amenazado por la pelea.

El hecho de que la pareja disfrute una experiencia sexual especialmente placentera y satisfactoria, da la sensación de que la relación está bien.

Y entonces puedes llegar a pensar:

“Mira qué unidos estamos,

qué cariñosos podemos ser,

qué bien podemos hacernos sentir,

realmente debemos estar juntos”.

Y cosas por el estilo que te hagan reafirmarte del por qué continuas en esta relación infeliz.

Como ya sabes, cuando el sexo es muy gratificante en el aspecto físico, tiene el poder de crear lazos profundos entre dos personas.

Y a la inversa también es verdad.

Es decir, cuando nos relacionamos con una pareja que no es un desafío tan grande, es posible que al sexo le falte fuego y pasión.

Esto se debe a que no estás en un estado constante de excitación por tu pareja y a que no necesitas el sexo para demostrar nada.

Por eso, una relación más fácil y tranquila te puede resultar algo insulsa.

Sobre todo si la comparas con relaciones tempestuosas anteriores.

Esta comparación te lleva inconscientemente a la conclusión de que la tensión, la lucha, el dolor y el drama realmente equivalen al “verdadero amor”.

Si tu deseo sexual ha desaparecido

Esto no quiere decir que no ames a tu pareja o que no desees tener pareja, sino más bien que sientes que tu pareja no te ama como tú necesitas o que piensas que no hay nadie para ti.

Con cada beso y con cada caricia, trataste de comunicarle a tu pareja lo especial que es y cuánta admiración y adoración sientes por ella.

Dentro de ti, tenías la certeza de que, una vez que descubra tu amor, se transformaría en su verdadero yo y despertaría a todo lo que quieres y necesitas que sea.

El sexo al principio fue bueno porque pusiste mucha energía para hacerlo funcionar, para hacerlo maravilloso.

Y con cualquier reacción positiva que lograbas, te alentaba a esforzarte más y más.

Sin embargo, llegó un momento en el que te diste cuenta de que tu pareja no te daba lo que tú necesitabas y entonces te cerraste.

Cada encuentro sexual llevaba toda tu energía para cambiar a la otra persona y cuando viste que no lo conseguías, que las cosas no eran como tú habías imaginado, tiraste la toalla.

Para no sufrir, simplemente te cerraste.

Dejaste de desear a la otra persona para no sufrir por lo que NO te podía dar.

Si no te vinculas, no sufres.

Sin embargo, no eres consciente de que cuando le niegas el sexo al otro, en realidad, te lo estás negando a ti.

No estoy diciendo que castigues a tu pareja sin sexo conscientemente, todo lo contrario.

Es algo que sucede de forma inconsciente.

Es tu forma de protegerte frente al dolor de no ser amado o amada como tú necesitas.

En ambos casos cambias sexo por amor

Como puedes ver estas dos posibilidades a la hora de cambiar sexo por amor son dos caras de la misma moneda y de hecho a veces, van una detrás de la otra.

Al principio la relación es apasionada y llena de conflicto y después se pasa a una relación tranquila pero sin pasión.

Es decir, has pasado de un extremo al otro completamente.

Por eso es importante que te preguntes las siguientes cuestiones para ver si tienes tendencia a dar sexo para recibir amor.

Piensa sobre todo no en el momento en el que estás ahora, sino más bien cuando inicias una relación:

  • ¿A menudo, le das más importancia a cuánto te ama o te necesita tu pareja, más que a cuánto la amas tú?
  • Cuando tienes relaciones sexuales con tu pareja, ¿buscas cómo hacer para que te ame o te necesite más?
  • ¿Te consideras una persona promiscua?
  • ¿El sexo es una de las herramientas que usas para manipular o cambiar a tu pareja?
  • ¿Te parecen excitantes las luchas de poder en la pareja?
  • ¿Te comportas de manera seductora para conseguir lo que quieres y te sientes estupendamente cuando da resultado y muy mal cuando no es así?
  • ¿Cuándo no consigues que tu pareja haga lo que tú quieres, hace que te esfuerces aún más?
  • ¿Confundes angustia, miedo y dolor con amor y excitación sexual?
  • ¿A la sensación de tener un nudo en el estómago la llamas amor?
  • ¿Te excitas a partir de la excitación de tu pareja?
  • Si no tienes el desafío de una relación no gratificante, ¿te inquietas?
  • ¿No te atraen sexualmente las personas con las que no luchas porque te parecen personas aburridas?
  • ¿Buscas parejas con menor experiencia sexual que tú para tener el control?
  • ¿Anhelas la intimidad física pero temes sentir tu necesidad de afecto por lo que buscas la distancia emocional creada y mantenida por la tensión en la relación?
  • ¿Sientes miedo cuando tu pareja te acompaña emocional y sexualmente llegando incluso a huir o alejarte de ella?

 

Si has contestado que sí a alguna de estas preguntas es muy probable que tengas tendencia a cambiar sexo por amor.

¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres hombre?

Es importante que sepas que hombres y mujeres funcionamos de manera diferente aunque ambos podemos cambiar sexo por amor.

Ahora vamos a ver qué hacer en cada caso.

Si eres hombre tienes tendencia a utilizar el sexo para liberar tus emociones porque has aprendido y estás condicionado a no mostrar tus emociones, lo que te causa un alto nivel de estrés.

Tienes tanto corazón y sentimiento como una mujer, sin embargo, mostrar tus emociones puede hacerte sentir débil y poco viril.

Esto hace que te veas forzado a echar a un lado tus auténticos sentimientos y a dejar de atender tus necesidades y sensibilidades.

Cuando eyaculas experimentas cierto tipo de relajación, es una relajación negativa, porque te quitas un peso de encima, solo temporalmente.

La auténtica relajación es la experiencia de sentirte empoderado, más vital, más abierto y amoroso.

Es difícil que te sientas renovado y conectado con el amor después de eyacular, es posible pero es raro.

Lo más normal es que te sientas cansado, un tanto vacío y alienado, por lo que prefieres darte la vuelta y dormir.

Si eyaculas de forma consciente podrás permanecer relajado y presente en ese instante, pudiendo indicar a tu pareja lo que te está sucediendo y acompañando la experiencia en todo momento con la respiración, el movimiento y el sonido.

Después de una eyaculación consciente puedes tener una experiencia de expansión y empoderamiento.

Un hombre descubre su verdadera masculinidad centrándose en el amor y manteniendo toda emoción fuera de su expresión sexual.

Para que liberes tus emociones acumuladas es preciso que practiques ejercicio a diario.

Cuando tu nivel de estrés y emoción disminuye, podrás permanecer más presente durante el sexo, lo cual incrementará tu capacidad de hacer el amor durante más rato.

También podrás decidir conscientemente cuándo quieres eyacular.

Utiliza tus genitales para el amor no para tu gratificación, convirtiéndolos así en órganos generativos y el sexo se convertirá en un encuentro para dar vitalidad, no para descargar tensión.

¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres mujer?

Por otro lado, si eres mujer he de decirte que has de tener cuidado porque tú puedes absorber las tensiones masculinas.

El hombre se derrama en ti dejando sin darse cuenta su tensión emocional y tú como mujer lo absorbes.

Esto afecta a tu propio cuerpo de emoción, por eso es importante que le ayudes a retrasar al máximo su eyaculación.

Has de estar atenta a no contribuir a que esto ocurra estando presente en tu cuerpo.

Tu propia tensión sexual puede provocar que él se derrame sin ningún control.

Las tensiones acumuladas en tu vagina además, pueden activar la eyaculación del hombre.

Otra forma que tienes de contribuir a liberar su tensión emocional es estimulando tu clítoris durante la penetración.

Cuando liberas tu tensión a través de tu clítoris, desciende un torrente de excitación sexual que puede hacer que el hombre eyacule de improviso.

Las tensiones acumuladas en el cuello del útero se activan debido a una potente estimulación y excitación sexual, y esta tensión extrae también la eyaculación del hombre.

Por eso es frecuente que un hombre eyacule unos segundos antes de que la mujer alcance su clímax.

En caso de que seáis una pareja de mujeres igualmente se trata de no liberar tensión a través del sexo de fricción y sobre todo evitar tocar la cabeza del clítoris para así hacer que el encuentro dure más y podáis conectar a un nivel más profundo y amoroso.

 

Cuando una pareja empieza a hacer el amor de forma consciente evitando el sexo emocional, el estado emocional de la mujer cambia de forma asombrosa.

Ella se siente más receptiva, más cariñosa, más amada, más serena, más satisfecha, menos susceptible, menos propensa a disgustarse y por tanto, más presente en acompañar sus sensaciones.

El hombre se siente menos irritable, nervioso o agresivo, más centrado, más asentado en su cuerpo, más presente y consciente, más relajado y cariñoso.

Ahora ya conoces todo lo que necesitas saber para dejar de cambiar sexo por amor y compartir una sexualidad consciente que enriquezca tu relación de pareja.

Confío que ahora que tienes esta información cambies tu forma de dar y recibir amor de tu pareja presente o futura.

Porque el solo hecho de practicar una sexualidad consciente, será el inicio de la transformación de tu relación y de tu vida.

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