¿CÓMO LA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE MEJORA TU LÍBIDO?

alimentacion consciente mejora el líbido

La alimentación es nutrición y la nutrición está relacionada con la madre, con la energía femenina, la forma en que tu madre te nutrió influye directamente en la manera en que hoy te alimentas. La madre también tiene que ver con las emociones, si te sentiste cuidada o cuidado por tu madre, esto se muestra también en la forma en la que comes. Ser consciente de esto te ayudará a mejorar tu conexión con la vida, con tu disfrute, con tu gozo y con tu placer. Esto es por lo que se da tanta importancia a la alimentación consciente.

Si te detienes a pensar en la forma en la que llevas tu alimentación, te darás cuenta que depende de tu estado emocional. Comer con prisa hace que no te fijes en lo que estás comiendo o que incluso, ni siquiera sepas si realmente tienes hambre o es un deseo de comer por comer.

Te invito a reflexionar conmigo sobre tus hábitos de alimentación y te daré las claves sobre CÓMO LA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE MEJORA TU LÍBIDO, tener una alimentación consciente y transformará tu sexualidad.

Alicia Amezcua - Propósito de vida

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En tu alimentación ¿comes por hambre o por deseo?

El deseo nace de la necesidad, cuando sientes deseo por algún alimento en concreto, tu cuerpo te está mostrando una necesidad. Si sientes hambre el cuerpo te pide alimento.

Si sientes deseo de comer sin tener hambre, tu cuerpo te está pidiendo que atiendas alguna de tus emociones. Te voy a poner un ejemplo:

Entre comidas sientes que te apetece comer algo, párate un momento y pregúntate, ¿me comería una manzana? si la respuesta es afirmativa, tienes hambre, si lo que te apetece es un dulce o patatas fritas o cualquier otra cosa procesada, entonces estás sintiendo deseo, sin hambre; en ese momento crucial, revisa cómo te sientes.

¿Sientes aburrimiento? ¿Quizás es cansancio? ¿Tal vez, incertidumbre? ¿Puede que sea frustración?

Pregúntale a tu cuerpo ¿Qué estás sintiendo en este momento? ¿Qué tratas de gestionar a través de la alimentación? ¿Qué estás tratando de compensar? ¿Por qué te estás premiando? si realmente has hecho un esfuerzo ¿Con qué te estás premiando?  ¿Con algo rico? o ¿Con algo SANO que además esté rico?

Ésta es la mejor forma que conozco para darme cuenta cuándo estoy gestionando mis emociones a través de la comida. El poder siempre es tuyo. Tú decides si te dejas llevar por tus emociones o si atiendes de forma consciente lo que estás sintiendo.

¡Solo tú puedes decidir cómo hacerlo!

La práctica del Mind-FOOD-ness o Alimentación Consciente te invita a estar presente en  tu cuerpo y en cómo te nutres. La alimentación es un acto que no solo es necesario para seguir viviendo, sino que es uno de los grandes placeres de la vida. ¡Saborear  lo que comes es saborear la vida!

¿Cuánta satisfacción te da la alimentación?

Otro tema importante es lo satisfecha o satisfecho que estás con tu vida, y esto lo ves claramente, observando la cantidad de comida que ingieres. Nos han enseñado culturalmente que no debemos dejar nada en el plato, de hecho, si en tu infancia no te lo comías todo, es muy probable que hayas escuchado eso de “Este niña/o es muy mala/o para comer” incluso puede que se lo hayas dicho a tus hijas o a tus hijos, por eso, inconscientemente en la mayoría de las ocasiones, sigues comiendo sin hambre.

Te voy a dar 2 trucos que a mí me funcionan y que hacen que mi mente no entre en conflicto con la alimentación.

  • El primero es dividir la comida en 2 platos, primer plato por ejemplo, verduras y segundo plato, proteínas. Esto hace que sienta que estoy comiendo dos cosas distintas y que saboreé cada una por separado. Si lo mezclas todo en el mismo plato, al tercer bocado no distinguirás un alimento de otro. Todo parecerá lo mismo.
  • El segundo truco consiste en utilizar dos platos de postre, uno por cada tipo de alimento. Esto hace que efectivamente te comas todo lo que hay en cada plato, pero las cantidades serán mucho menores. Por lo que después, no tendrás esa sensación de pesadez y somnolencia.

Cuando pongas en práctica estos trucos de alimentación consciente te darás cuenta que tu nivel de satisfacción con la alimentación aumenta, sin tener que atiborrarte de comida que no necesitas. Lo mismo ocurre con tu vida.

¿Cuánto estás tragando que no necesitas? cómete la vida de a poco, saborea cada situación, cada momento sin estar pensando en el siguiente.

De ti depende caer en la insatisfacción continua, queriendo siempre más y más o gozar con las pequeñas cosas que ya tienes en tu vida. Ábrete a la abundancia de lo que es, en vez de vivir en la escasez de lo que puede llegar a ser.

¿Te genera placer preparar tu alimentación?

Comer es un acto de amor hacia ti, hacia tu cuerpo y hacia la vida. Es un momento gozoso y puede llegar a ser incluso orgásmico. No obstante, la mayoría de las veces te verás llevando la alimentación de forma automática, como algo más que tienes que hacer en el día.

Te invito a que disfrutes comprando la comida, que disfrutes preparándola, que pongas toda tu creatividad en ello, que aprendas nuevas formas de cocinarla, que pongas atención al espacio donde comes, a la decoración y para ello, lo mejor es evitar distracciones como la tele, el móvil o el ordenador.

También puedes disfrutar del olor, saborea cada bocado, mastícalo lentamente, disfruta de su textura.

Convierte el momento de la alimentación en un encuentro amoroso contigo, recréate con tus cinco sentidos, deléitate en el placer de comer y no estoy hablando solo en el almuerzo, hazlo en el desayuno, al mediodía y en la cena.

Si llegas con mucha hambre la tendencia es a engullir y la propuesta es disfrutar dándote  placer poco a poco. Comer además, es un acto social, quedas con tu pareja, con familiares y con amistades para comer y esto te produce placer.

Cuando comes sola o solo es probable que te cueste hacerte de comer y que cojas cualquier cosa de la nevera para satisfacer tu apetito. Prepararías con ilusión algo rico para compartir con alguien, pero que no lo haces para ti.

¿Tu alimentación muestra a tus energías femenina y masculina en equilibrio?

Toda persona necesita de la alimentación para tener energía para vivir, en cada ser habitan dos energías:

  • Masculina: Es la que te permite hacer cosas.
  • Femenina: Es la que te permite sentir y disfrutar al no hacer nada.

Es muy importante que además de la alimentación saludable, le des otro tipo de alimento a tu cuerpo, se trata del descanso. Por eso te invito a hacer un ayuno de al menos 13 horas cada día, por ejemplo, cenar a las 8 p.m. y desayunar a las 9 a.m.

Este descanso es fundamental para el cuerpo y es aún más sorprendente, durante este tiempo es cuando más peso se pierde. No es una dieta, se trata de que te des cuenta que gastas energía también cuando no haces nada, es energía femenina. Te invito a que te peses por la mañana al levantarte, después de hacer pipí y siempre a la misma hora. Pésate también por la noche antes de acostarte y después de hacer pipí y también a la misma hora.

Para equilibrar tus dos energías dentro de ti, has de ser consciente del valor que tiene para tu cuerpo el no hacer nada y que el descanso es otra forma de nutrirlo de forma consciente. Como pasarán varias horas antes de que te acuestes, el sueño será más profundo y reparador y al día siguiente te sentirás vital.

Tu deseo sexual, tu libido depende de tu alimentación.

Cuando aparece el deseo es un síntoma claro de que tu cuerpo te está pidiendo placer. Puedes darte placer a través de la alimentación no saludable o puedes dártelo a través de la comida sana. Si además esta comida sana te la das en la cantidad y en los tiempos adecuados, te das permiso para descansar. Tu deseo sexual se despierta como por arte de magia. Si comes mal y en mucha cantidad, sientes cansancio y apatía sexual. Si apenas comes, tampoco tendrás energía para hacer el amor.

Cuando te alimentas de forma consciente hay tanta energía en ti, que tu fuego interno comienza a encenderse. Te sientes con más vitalidad, con más energía y con mayor deseo sexual. 

Puedes además, añadir a tu alimentación super-alimentos naturales como la Maca Andina para aumentar tu libido. Hay muchas personas que toman alcohol para desinhibirse en los encuentros amorosos. Sin embargo, es necesario que sepas que aunque el alcohol puede producir al principio sensación de euforia y excitación, también hace que las sensaciones orgásmicas sean más livianas, genera sequedad vaginal en la mujer, así como falta de erección o eyaculación precoz en el hombre.

Con una alimentación consciente descubrirás cómo tu cuerpo responde de manera increíble, a medida que lo vayas cuidando con una alimentación sana y amorosa. Despertarás tu deseo sexual, tus orgasmos serán más profundos, te sentirás más húmeda y lubricada si eres mujer y tus erecciones serán más duraderas y podrás controlar con mayor facilidad tu eyaculación si eres hombre.

Ahora ya conoces todo lo que necesitas saber para mejorar tu deseo sexual a través de la alimentación consciente. Porque el solo hecho de nutrirte de forma sana, será el inicio de la transformación de tu relación y de tu vida.

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LAS 5 HERIDAS EMOCIONALES

heridas emocionales de pareja

Te hago una pregunta, ¿qué tipo de relación de pareja te gustaría tener? Es de vital importancia reconocer cómo se manifiestan las heridas emocionales en nuestro presente y hallar su origen, aceptarlas sin juzgar para luego aprender de la experiencia. ¡Permitirnos soltar y fluir! Las 5 heridas del alma se producen en las relaciones con la madre, el padre y el entorno familiar y social.

  • ¿Vienes de una relación narcisista?
  • ¿Tenías problemas con el abuso de sustancias?
  • ¿Sientes que necesitas demasiado?
  • ¿Sientes que no eres suficiente?
  • ¿Vuelves una y otra vez a caer en patrones repetitivos?

Te invito a que descubras conmigo CUÁLES SON LAS 5 HERIDAS EMOCIONALES en este nuevo vídeo.

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¿Qué son los vínculos afectivos?

Los vínculos afectivos son la relación de amor y cariño que se establece entre dos personas. Se establecen en el entorno familiar, de pareja, de amistad, laboral, etc. Estos vínculos aportan seguridad, protección y equilibrio emocional, apego sano.

Se basan en la relación que tuviste en tu infancia con las personas que te cuidaron, y es ahí donde está el origen de las heridas emocionales. Desde que naciste tuviste necesidades y a medida que vas creciendo, han ido cambiando.

  • Si tus necesidades fueron cubiertas desarrollaste vínculos de apego sanos.
  • Si tus necesidades no fueron cubiertas desarrollaste vínculos de apego insanos.

Solo puedes lograr la autonomía, si has podido experimentar la completa dependencia. Si durante tu infancia contaste con alguien a quien podías acudir siempre que necesitabas protección, has podido desarrollar un sentimiento de confianza frente al mundo y los seres humanos. Esto te permite alcanzar la independencia en la vida adulta.

¿Cómo se desarrollan las heridas emocionales?

Existe vacío afectivo cuando la persona cuidadora:

  • Deja al niño o a la niña a cargo de otras personas.
  • Está tan ocupada con sus propios problemas que no puede estar plenamente cuando el/la menor la necesita.
  • Tiene tanta ansiedad, que vuelca sus inseguridades sobre el niño/a con sobreprotección, haciéndole sentir que el mundo es una amenaza.

Si has crecido con este vacío afectivo:

  • Te angustias excesivamente cada vez que tienes que enfrentar una situación o cuando tienes que tomar una decisión libre.
  • Añoras encontrar a esa figura que sustituya a la persona que no estuvo o que en un momento dado faltó.

Por eso, tratas de encontrar una pareja que te lo dé todo, sin esperar nada. Necesitas que te ame de forma incondicional y te frustras ante cualquier señal de indiferencia o desapego. Vives con miedo de perder a esa persona que supones, reparará el vacío que llevas dentro.

¿Cuáles son los estilos de apego?

Existen 4 tipos de apego que influyen de forma determinante en la dinámica de las relaciones de pareja:

  1.   Apego seguro.
  2.   Apego preocupado.
  3.   Apego huidizo (alejado o temeroso).
  4.   Apego desorganizado.

Es importante identificar tu apego para saber cuáles son tus heridas emocionales.

Apego seguro

Si el vínculo con tu pareja es de apego seguro serás una persona autónoma en diferentes áreas de tu vida. Te sientes segura/o porque confías en ti y en que tu pareja está ahí para ti. Es más, no desconfías de tu pareja. Tienes la certeza de que te ayudará cuando lo necesites.

  • Tus recuerdos de vínculos afectivos en tu infancia son positivos.
  • Eres una persona abierta, fácil de conocer, autónoma, con alta autoestima y tienes una imagen positiva de la gente.
  • No tienes conflictos graves con nadie y confías en las personas.
  • Disfrutas de un equilibrio entre tus necesidades de afecto y tu autonomía personal.

Apego preocupado

Si el vínculo con tu pareja es de apego preocupado, serás una persona dependiente. Te sientes insegura porque no confías en ti y en que tu pareja está ahí para ti. Además, desconfías de tu pareja porque no te sientes suficientemente querida/o, por lo tanto, buscas que te confirme constantemente su amor. Tienes miedo a que te rechace o te abandone.

  • Tus recuerdos de vínculos afectivos en tu infancia no son muy positivos.
  • Tienes falta de autoestima, lo que te lleva a mostrar una actitud dependiente y un deseo desmedido por conseguir la aprobación ajena.
  • Sientes una alta preocupación por tu relación de pareja.
  • Muestras una demanda constante de atención.

Apego huidizo

Alejado:

Si el vínculo con tu pareja es de apego huidizo, mostrarás distancia afectiva o frialdad emocional. Tendrás un concepto positivo de ti y negativo de tu pareja. Asimismo, pareces autosuficiente, pero solo es un mecanismo de defensa para protegerte del posible rechazo o abandono de tu pareja. No necesitas la aprobación de tu pareja.

  • En tu infancia sentiste el rechazo o la frialdad de tus progenitores.
  • Das más importancia a tus logros que a tus necesidades afectivas.
  • Te alejas para protegerte.
  • Piensas bien de ti y mal de otras personas.
  • Te sientes incómodo/a en la intimidad de pareja.
  • Ante la pérdida de pareja reprimes tus emociones.

Temeroso:

Si el vínculo con tu pareja es de apego huidizo temeroso, tendrás un concepto negativo de ti y también de tu pareja. Además, muestras falta de asertividad, te cuesta expresar tus deseos de una manera franca, abierta y adecuada. De hecho, tienes baja confianza en ti misma/o. Sientes un gran miedo a ser rechazada/o. Necesitas la aprobación de tu pareja.

  • Tu temor al rechazo te impide iniciar relaciones íntimas, por lo que has tenido pocas o ninguna relación de pareja.
  • En ti se presenta la dependencia extrema y la evitación.
  • Te sientes sola/o, frustrada/o y deprimida/o.
  • Tu comportamiento es pasivo.

Apego desorganizado

En tu infancia hubo maltrato o abuso. Las personas que te cuidaron son la fuente de tu temor o malestar. No podías recurrir a estas personas para buscar apoyo o seguridad. Buscas la cercanía física y a la vez muestras distancia mental.

  • Muestras una extrema necesidad de agradar y de cuidar a tu pareja.
  • Eres muy controlador/a.
  • Te cuesta valorar situaciones de peligro.
  • A menudo sientes estrés.

Sana tus vínculos afectivos

El apego es importante y necesario durante toda tu vida. Desde que naces hasta que mueres necesitas de otras personas para garantizar tu salud física y emocional. Todas las personas necesitan a otras personas, el problema aparece cuando esta necesidad se transforma en ansiedad. Para no sentir esa ansiedad hay diferentes estrategias:

  • Buscas desesperadamente la pareja ideal que esté ahí siempre para ti y no te deje sola/o.
  • Evitas a toda costa crear lazos de dependencia con una pareja para no sentirte abandonada/o.
  • Te vuelves desconfiada/o, celosa/o y excesivamente exigente y controlador/a con tu pareja.

Sin embargo, sufrirás para conservar lo que tienes:

  • Si no estás en pareja: sufres por no establecer vínculos íntimos.
  • Si estás en pareja: sufres por no ser capaz de valorar a tu pareja tal y como es.

No obstante, dejarás de sufrir cuando seas capaz de renunciar a ese deseo imposible de contar siempre con alguien que se comporte como la persona cuidadora que nunca tuviste. Aunque el apego que recibiste en tu infancia no fuese el más adecuado, puedes superar esa carencia que experimentaste cuando eras un niño o niña, ahora en tu vida adulta y lograr vínculos afectivos sanos.

La relación de pareja

La relación de pareja es un juego de riesgo, por eso anhelas estar en pareja y a la vez te da miedo. Correr riesgos te ayuda a generar confianza en la posibilidad de que tu vida puede ser mejor. ¿Corres riesgos sin confianza? ¿Asumes riesgos para desarrollar tu confianza? Correr riesgos no es lo mismo que ser imprudente. Necesitamos seguridad y aventura en la relación de pareja.

La confianza es un compromiso seguro con lo desconocido. Es la certeza de que suceda lo que suceda estarás bien. No es prometer que nunca os lastimaréis. Se trata de que el riesgo de que tu pareja te haga daño y de que tú se lo hagas a ella y la confianza de que, si lo hacemos, nos uniremos para sanar. Además, correr riesgos que te demuestren que tu pareja no es igual a las personas que te dañaron en el pasado. Se trata de abrazar tu vulnerabilidad. Si no arriesgas en absoluto, es posible que nunca conozcas que es amar con libertad.

Equilibra tu necesidad de seguridad y de libertad. El hecho es que necesitas las dos:

  • Si deseas libertad, ve a explorar, atrévete, toma riesgos, dirígete a donde no te has permitido ir, lleva a alguien nuevo a los lugares que amas, ábrele tu mundo y ábrete a explorar el suyo.
  • Si deseas estabilidad, busca estructura, quédate quieta/o y comienza a construir una relación vertical en lugar de una horizontal. Crea nuevos rituales para el día a día. Recuerda que el objetivo es la fluidez entre la libertad y la estabilidad, cuando encuentras ese equilibrio, tu vida se abre a nuevas posibilidades, nuevas historias, nuevas relaciones, culturas, personas y formas de vida.

Además, en mi Curso Online de Heridas Emocionales podrás descubrir más de 30 prácticas para sanarlas.

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EL CUERPO COMO MEDIO DE PLACER – LOS 5 CUERPOS

el cuerpo
Descubre cómo utilizar TUS 5 CUERPOS para aumentar tu placer y el de tu pareja presente o futura con Sexfulness, la Sexualidad Consciente.
 
  • Cuerpo físico.
  • Cuerpo mental.
  • Cuerpo emocional.
  • Cuerpo energético.
  • Cuerpo espititual.
Todas las personas tenemos 5 cuerpos, vamos  a hablar de cómo puedes utilizarlos para que disfrutes plenamente de tu sexualidad, siendo consciente de tus emociones, de tu momento presente, de tu forma de percibir ese momento con el cuerpo.
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El cuerpo físico y nuestra sexualidad:

Las percepciones de nuestro cuerpo físico las recibimos a través de nuestros 5 sentidos, algunas personas tienen algún sentido más desarrollado que otras, unas son más visuales y otras más auditivas en sus encuentros amorosos. Lo ideal es que tengamos nuestros 5 sentidos activados, para lograrlo, vamos a crear un espacio donde todos los sentidos estén presentes:

Vas a activar tu sentido de la vista, prestando atención a detalles como la iluminación,  si la iluminación permite que se puedan ver, que permita mirarse a los ojos.

El sentido del olfato lo desarrollamos cuando decidimos poner esencias florales, velas perfumadas, inciensos o cualquier olor que les agrade a los dos.

Para desarrollar el sentido del gusto puedes lamer el cuerpo de tu pareja o disfrutar sintiendo mientras besamos. También podemos poner cerca alimentos como frutas o frutos secos, que sirvan como complemento en el encuentro.

El sentido del oído lo activamos a través de la música, escuchando a nuestra pareja disfrutar del encuentro, con palabras amorosas o de deseo y placer que aumenten la euforia del momento.

El sentido del tacto lo podemos estimular acariciando y acariciándote, de distintas formas, más suave o más lento. También podemos utilizar objetos con temperaturas distintas.

Existen estas y muchas otras formas de activar nuestros sentidos, déjate llevar, vuélvete creativa al momento de poner tu cuerpo físico al servicio del placer.

El cuerpo mental para disfrutar de la sexualidad plenamente:

Nuestro cuerpo físico está aquí, ahora, en presente; las sensaciones son en el momento, a diferencia de nuestro cuerpo mental, nuestro ego nuestra mente, que está siempre divagando entre el pasado y el futuro.

Es ahí donde está la tarea, traer a nuestra mente al presente. Cada vez que te des cuenta de que tus pensamientos durante el encuentro amoroso, se está yendo a situaciones que ocurrieron en el pasado o a momentos que te gustaría que ocurrieran es ahí donde debes rescatarte y traer tu mente al momento presente.

El estado ideal, es el estado de no mente, el estado de Mahamudra, esto requiere bastante practica, y ser consciente de que cada vez que sientas que durante un encuentro amoroso, tu mente esta divagando, ¡rescátate! Tráete al presente y disfruta el momento.

El cuerpo emocional y cómo influye en nuestra sexualidad:

Lo que intentamos es conectar nuestras emociones durante el encuentro amoroso.

Durante cualquier encuentro, contigo o con tu pareja, te darás cuenta de que transitas por distintas emociones, debes estar muy atenta/o para saber qué emociones surgen de forma espontanea, sin ir a juzgar ninguna de ellas.

Ya sea que sientas necesidad de llorar o quizás entran en un proceso de risas espontaneas, hasta no poder parar de reír o un inesperado sentimiento de rabia, lo que sea que sientas.

Lo importante es que no te lo tomes personal, lo que le está pasando a tu pareja, es de tu pareja, no tiene nada que ver contigo, simplemente se están liberando emociones que muy posiblemente estaban bloqueadas. No las enjuicies, solamente obsérvalas y verás cómo puedes ir pasando de una emoción a otra, de la risa al llanto o empiezas en la rabia y terminas en las risas.

Todo esto es muy liberador y sanador para ti porque estás liberando todas esas emociones que tenías reprimidas en tu cuerpo

El cuerpo energético y la sexualidad consciente

El cuerpo energético, es esa parte que está muy dentro de ti, y que sin saber porqué, cuando estás cerca de otras personas, te sientes atraída o rechazas a esas personas, también puede suceder con algún espacio o situación; Sientes que tu cuerpo las aprueba o las rechaza.

Debemos estar muy atentos cuando esto ocurra, cuando hay una energía que rechazas o una energía que te atrae, sobre todo en los encuentros amorosos.

Durante este encuentro pueden existir momentos donde simplemente rechaces el contacto físico o no quieras miradas, algo que no sabes por qué tu cuerpo rechaza. En otros momentos, puede ser todo lo contrario y lo que quieres en ese momento es contacto físico, caricias. Reconoce esta percepción de energía y permítete sentirla.

También podemos reconocer tu cuerpo energético, cuando durante el encuentro amoroso te sientas poco activa/o o cansada/o, el encuentro sexual en ese caso puede servir para activar tu cuerpo energético.

También cuando entras al encuentro amoroso con mucho estrés y tienes una gran carga de “energía tóxica”, el encuentro sirve cómo vía de liberación.

Disfrutar plenamente de la sexualidad es maravilloso, el acto sexual puede servir como medio para recargarte energéticamente o para liberarte de esas energías que te sobrepasan en este momento presente.

No olvides estar siempre muy atento a tu nivel energético, sobre todo en los encuentros amorosos, contigo o con tu pareja, estar siempre atenta a qué cosas hacen que te alejes o te acerques de una persona, de un lugar o situación.

El cuerpo espiritual, cuando la sexualidad trasciende

Hacer el amor no es algo cómo cualquier otra cosa que hagas en la vida, es un momento muy especial, de trascendencia, de gran espiritualidad, igual cuando te das auto placer, es un momento de trascendencia si estás sintiendo que estás haciendo el amor y viviendo tu sexualidad con el todo.

Cuando dos personas se encuentran al hacer el amor, realmente hay una conexión de almas y cuando esas dos almas están alineadas hacia el mismo fin, su sexualidad puede ser trascendental, es una unión con el amor universal.

Para lograrlo lo primero es sentir que eres un ser divino, un ser divino que está dentro de un cuerpo físico. Conecta con tu esencia, con lo más profundo de tu ser; cuando sientes la divinidad que hay en ti, serás capaz de ver la divinidad que habita en el otro.

Al estar los dos conectados, viendo la divinidad que hay en cada uno y la divinidad que habita en el otro, es ahí cuando se logra la conexión almática.

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SEXO POR AMOR

Te has parado a pensar alguna vez, si cuando haces el amor, en realidad estás cambiando sexo por amor.

Quizás te haya sorprendido la pregunta pero muchas personas, más de las que imaginas, han cambiado en alguna ocasión sexo por amor.

Me atrevería a retarte a comprobar que tú también lo has hecho en alguna ocasión. ¿Te atreves?

Las señales más claras para saber si tienes tendencia a dar sexo por  amor:

  • La primera posibilidad es que estés o hayas estado en una relación infeliz, en la que sin embargo, el sexo es o era espectacular.
  • La segunda posibilidad es que al principio el sexo era fantástico y por algún motivo ahora no sientes ningún deseo por tu pareja.

En ambos casos estabas o estás cambiando sexo por amor.

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¿Estás en una relación infeliz cambiando sexo por amor?

Si estás en una relación infeliz en la que el sexo es estupendo, te diré que estás mirando al futuro, es decir, das sexo para que te amen en el futuro como tú necesitas.

Sin embargo, si estás en una relación en la que no sientes deseo por tu pareja, entonces estás mirando al pasado, es decir, has dejado de dar sexo porque no te han amado en el pasado como tú necesitabas.

Aunque parezca mentira, una relación sexual satisfactoria puede darse en una pareja infeliz.

Es importante recordar que el orgasmo constituye una descarga de tensiones, tanto físicas como emocionales.

Existen personas que evitan el contacto sexual con su pareja cuando hay conflictos y tensiones en la relación,

Hay otras personas a las que en circunstancias similares, el sexo les resulta una manera estupenda de liberar gran parte de esa tensión.

Aunque esta liberación solo sea pasajera. Estas cambiando sexo por amor.

¿Qué pasa cuando estás en una relación infeliz y das sexo por amor?

Cuando estás en una relación infeliz o tienes una pareja que no es adecuada para ti, el encuentro sexual puede ser el único aspecto gratificante de la relación,

De hecho, el grado de descarga sexual que experimentas guarda una relación directa con el grado de malestar que sientes con tu pareja.

Muchas parejas, tengan una relación sana o no, experimentan un contacto sexual particularmente bueno después de una pelea.

Por tanto, después de un conflicto hay varios elementos que aportan al sexo la intensidad y el éxtasis especiales que sientes.

Uno es la DESCARGA DE TENSIÓN.

Con frecuencia, más de lo que imaginas,  utilizas el sexo para aliviar la tensión y presión de tus emociones.

A veces el deseo de sexo no tiene nada que ver con el sexo en sí mismo, sino que es el resultado de un alto nivel de emoción.

El orgasmo, con su torrente de excitación en forma de placer, te permite liberar la carga emocional o tensión.

El sexo es una fuente de emociones y también puede utilizarse para liberar emociones a nivel superficial. Es decir, el sexo genera y libera emociones. Sin darte cuenta estas cambiando sexo por amor.

Así, durante el sexo se desarrollan dos procesos:

  • Por un lado, debido al alto grado de excitación, se deposita tensión en el organismo, lo que puede provocar un aumento del nivel de emocionalidad. Es cuando el sexo genera emociones.
  • Por otro lado, durante el orgasmo liberamos las tensiones que hemos acumulado y almacenado durante el día. Es cuando el sexo libera emociones.

Por supuesto, no generamos ni  liberamos estas emociones de forma intencionada, sino que son consecuencia del tipo de sexo tenso y estimulante que practicamos en nuestra sociedad.

Haces un gran esfuerzo cuando cambias sexo por amor

Otro de los elementos que hacen que el sexo después de una pelea sea algo especial, es el gran esfuerzo que pones para que el sexo funcione.

Sin darte cuenta tratas de conseguir restablecer el vínculo de la pareja, que se ha visto amenazado por la pelea.

El hecho de que la pareja disfrute una experiencia sexual especialmente placentera y satisfactoria, da la sensación de que la relación está bien, y entonces puedes llegar a pensar: “Mira qué unidos estamos, qué cariñosos podemos ser, qué bien podemos hacernos sentir, realmente debemos estar juntos”.

Como ya sabes, cuando el sexo es muy gratificante en el aspecto físico, tiene el poder de crear lazos profundos entre dos personas, y a la inversa también es verdad, es decir, cuando nos relacionamos con una pareja que no es un desafío tan grande, es posible que al sexo le falte fuego y pasión.

Esto se debe a que no estás en un estado constante de excitación por tu pareja y a que no necesitas el sexo para demostrar nada, por eso, una relación más fácil y tranquila te puede resultar algo insulsa, sobre todo si la comparas con relaciones tempestuosas anteriores.

Esta comparación te lleva inconscientemente a la conclusión de que la tensión, la lucha, el dolor y el drama realmente equivalen al “verdadero amor”.

¿Tu deseo sexual ha desaparecido y ahora cambias sexo por amor?

Esto no quiere decir que no ames a tu pareja o que no desees tener pareja, sino más bien que sientes que tu pareja no te ama como tú necesitas o que piensas que no hay nadie para ti.

Con cada beso y con cada caricia, trataste de comunicarle a tu pareja lo especial que es y cuánta admiración y adoración sientes por ella.

Dentro de ti, tenías la certeza de que, una vez que descubra tu amor, se transformaría en su verdadero yo y despertaría a todo lo que quieres y necesitas que sea.

El sexo por amor al principio fue bueno, porque pusiste mucha energía para hacerlo funcionar, para hacer el sexo maravilloso.

Y con cualquier reacción positiva que lograbas, te alentaba a esforzarte más y más.

Sin embargo, llegó un momento en el que te diste cuenta de que tu pareja no te daba lo que tú necesitabas y entonces te cerraste.

Cada encuentro sexual llevaba toda tu energía para cambiar a la otra persona y cuando viste que no lo conseguías, que las cosas no eran como tú habías imaginado, tiraste la toalla.

Para no sufrir, simplemente te cerraste.

Dejaste de desear a la otra persona para no sufrir por lo que no te podía dar.

Si no te vinculas, no sufres y empiezas a cambiar sexo por amor.

Sin embargo, no eres consciente de que cuando le niegas el sexo al otro, en realidad, te lo estás negando a ti.

No estoy diciendo que castigues a tu pareja sin sexo conscientemente, todo lo contrario.

Es algo que sucede de forma inconsciente.

Es tu forma de protegerte frente al dolor de no ser amado o amada como tú necesitas y te refugiaste teniendo sexo por amor.

Posibilidades a la hora de cambiar sexo por amor

Al principio la relación es apasionada y llena de conflicto y después se pasa a una relación tranquila pero sin pasión. Las dos caras de la moneda cuando cambias sexo por amor

Es decir, has pasado de un extremo al otro completamente.

Piensa sobre todo en el momento que inicias una relación:

  • ¿A menudo, le das más importancia a cuánto te ama o te necesita tu pareja, más que a cuánto la amas tú?
  • Cuando tienes relaciones sexuales con tu pareja, ¿buscas cómo hacer para que te ame o te necesite más?
  • ¿Te parecen excitantes las luchas de poder en la pareja?
  • ¿Te comportas de manera seductora para conseguir lo que quieres y te sientes estupendamente cuando da resultado y muy mal cuando no es así?
  • ¿Cuándo no consigues que tu pareja haga lo que tú quieres, hace que te esfuerces aún más?
  • ¿Confundes angustia, miedo y dolor con amor y excitación sexual?
  • ¿A la sensación de tener un nudo en el estómago la llamas amor?
  • ¿Te excitas a partir de la excitación de tu pareja?
  • Si no tienes el desafío de una relación no gratificante, ¿te inquietas?
  • ¿No te atraen sexualmente las personas con las que no luchas porque te parecen personas aburridas?
  • ¿Buscas parejas con menor experiencia sexual que tú para tener el control?
  • ¿Anhelas la intimidad física pero temes sentir tu necesidad de afecto por lo que buscas la distancia emocional creada y mantenida por la tensión en la relación?
  • ¿Sientes miedo cuando tu pareja te acompaña emocional y sexualmente llegando incluso a huir o alejarte de ella?

Si has contestado que sí a alguna de estas preguntas es muy probable que tengas tendencia a cambiar sexo por amor.

¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres hombre?

Es importante que sepas que hombres y mujeres funcionamos de manera diferente aunque ambos podemos cambiar sexo por amor.

Si eres hombre tienes tendencia a utilizar el sexo para liberar tus emociones porque has aprendido y estás condicionado a no mostrar tus emociones, lo que te causa un alto nivel de estrés.

Tienes tanto corazón y sentimiento como una mujer, sin embargo, mostrar tus emociones puede hacerte sentir débil y poco viril.

Esto hace que te veas forzado a echar a un lado tus auténticos sentimientos y a dejar de atender tus necesidades y sensibilidades.

Cuando eyaculas experimentas cierto tipo de relajación, es una relajación negativa, porque te quitas un peso de encima, solo temporalmente.

Es difícil que te sientas renovado y conectado con el amor después de eyacular, es posible pero es raro, lo mejor es dejar de cambiar sexo por amor.

Lo más normal es que te sientas cansado, un tanto vacío, por lo que prefieres darte la vuelta y dormir.

Si eyaculas de forma consciente podrás permanecer relajado y presente en ese instante, pudiendo indicar a tu pareja lo que te está sucediendo y acompañando la experiencia en todo momento con la respiración, el movimiento y el sonido.

Después de una eyaculación consciente puedes tener una experiencia de expansión y empoderamiento.

Un hombre descubre su verdadera masculinidad centrándose en el amor y manteniendo toda emoción fuera de su expresión sexual.

Cuando tu nivel de estrés y emoción disminuye, podrás permanecer más presente durante el acto, lo cual incrementará tu capacidad de hacer el amor durante más rato.

Utiliza tus genitales para el amor no para tu gratificación, convirtiéndolos así en órganos generativos y el sexo se convertirá en un encuentro para dar vitalidad, no para descargar tensión.

¿Cómo dejar de cambiar sexo por amor si eres mujer?

Si eres mujer, he de decirte que has de tener cuidado porque cuando das sexo por amor, tú puedes absorber las tensiones masculinas.

El hombre se derrama en ti dejando sin darse cuenta su tensión emocional y tú como mujer lo absorbes.

Esto afecta a tu propio cuerpo de emoción, por eso es importante que le ayudes a retrasar al máximo su eyaculación.

Has de estar atenta a no contribuir a que esto ocurra estando presente en tu cuerpo.

Las tensiones acumuladas en tu vagina además, pueden activar la eyaculación del hombre.

Otra forma que tienes de contribuir a liberar su tensión emocional es estimulando tu clítoris durante la penetración.

Cuando liberas tu tensión a través de tu clítoris, desciende un torrente de excitación sexual que puede hacer que el hombre eyacule de improviso.

Las tensiones acumuladas en el cuello del útero se activan debido a una potente estimulación y excitación sexual, y esta tensión extrae también la eyaculación del hombre.

Por eso es frecuente que un hombre eyacule unos segundos antes de que la mujer alcance su clímax.

En caso de que sean una pareja de mujeres igualmente se trata de no liberar tensión a través del sexo de fricción y sobre todo evitar tocar la cabeza del clítoris para así hacer que el encuentro dure más y podáis conectar a un nivel más profundo y amoroso.

Cuando una pareja empieza a hacer el amor de forma consciente evitando el sexo emocional, el estado emocional de la mujer cambia de forma asombrosa. Esto se debe a que ya no es sexo por amor, es amor consiente.

Ella se siente más receptiva, más cariñosa, más amada, más satisfecha, menos susceptible y por tanto, más presente en acompañar sus sensaciones.

El hombre se siente menos irritable o agresivo, más centrado en su cuerpo, más presente, consciente y cariñoso.

Ahora ya conoces todo lo que necesitas saber para dejar de cambiar sexo por amor y compartir una sexualidad consciente que enriquezca tu relación de pareja.

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SANA TU HERIDA DE INJUSTICIA DESDE EL PLACER

Injusticia

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana es la herida de INJUSTICIA. Para saber si llevas la herida de INJUSTICIA en ti responde a estas preguntas, las primeras preguntas son para el caso de que no tengas pareja y las siguientes para el caso de que sí tengas pareja:

Si en este momento no tienes pareja:

  • ¿Te cuesta encontrar la pareja perfecta?
  • ¿Los demás te ven como una persona inaccesible?
  • ¿Te cuesta mostrar tus sentimientos?
  • ¿No encuentras pareja por falta de tiempo?
  • ¿Eres una persona seria y te cuesta soltarte el pelo?
  • ¿Atraes parejas que son injustas contigo?

Si en este momento tienes pareja:

  • ¿Sientes que tu relación está bien y no entiendes por qué tu pareja piensa que tenéis problemas? 
  • Si eres mujer, ¿Te cuesta llegar al orgasmo e incluso puedes llegar a fingirlo?
  •  Si eres hombre, ¿Tienes dificultades con tu erección o te cuesta controlar tu eyaculación? 
  • ¿Te molesta ir a ciertos sitios sin tu pareja? 
  • ¿Te comparas con tu pareja?
  • ¿Crees que tu pareja es una persona estupenda y que no la mereces?

Si has contestado positivamente a alguna de estas preguntas quédate hasta el final porque te voy a dar claves para sanar tu HERIDA DE INJUSTICIA desde el placer.

Alicia Amezcua - Propósito de vida

Sana tu alma desde el placer y disfruta de la vida que mereces

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Causas de tu herida de injusticia

Esta herida de injusticia se da habitualmente con el progenitor del mismo sexo. Si eres mujer con tu madre y si eres hombre con tu padre.

  • Si viviste la relación con este progenitor como una relación fría o distante.
  • Si fue una relación en la que creías que no podías expresar lo que sentías o lo que pensabas.
  • Si este progenitor fue autoritario, crítico, exigente o te juzgó severamente.
  • Si fue demasiado intolerante contigo.
  • Si te regañaba por cualquier cosa.
  • Si esperaba mucho de ti y estas expectativas te resultaban prácticamente imposibles de alcanzar.
  • Si remarcaba principalmente tus errores.
  • Si no te valoraba o no te reconocía.

Creciste con la sensación de no ser valorada/o como te merecías. Te sentiste inútil, por no haber podido alcanzar lo que esperaba de ti. Tuviste que madurar demasiado pronto. Por eso llegaste a creer que no eras digna/o de su amor, de su reconocimiento y así creció la herida de injusticia.

Para soportar el dolor de esta herida de injusticia, te creaste el personaje de la rigidez. Tratas de controlar lo que sientes, tratas de no mostrar tu sensibilidad, das la impresión de ser una persona fría; te proteges con este personaje y no te das cuenta de que al final te comportas como se comportaron contigo. Ahora eres tú quien controla y quien es injusta/o con las demás personas.

Las 2 sensaciones principales que sueles tener son:

  • No sientes el aprecio o el reconocimiento de los demás.
  • Sientes que te dan más de lo que mereces.

Estas ideas que haz creado desde la herida de injusticia, te han llevado a desarrollar un cuerpo bien proporcionado, mantienes la espalda recta, mostrando así tu rigidez y perfección. Habitualmente te cruzas de brazos para protegerte. Cuidas tu peso y harás todo lo posible por mantenerte delgado/a, para ser perfecto/a.

Temes que te toquen física y emocionalmente. Por eso puedes desarrollar problemas en la piel como dermatitis o alergias.

También tienes tendencia a sufrir contracturas musculares debido a tanta exigencia y rigidez.

No te permites ninguna emoción o sentimiento y aunque en el fondo eres una persona muy sensible, te cuesta reconocer lo que sientes. Con la herida de injusticia has ocultado tanto tu sensibilidad para protegerte, que ahora te cuesta conectar con tus emociones. Y lo que más te cuesta es decir lo que realmente sientes. Tienes problemas para gestionar tu sufrimiento pudiendo llegar incluso a negarlo, como si no existiera.

Intentas ser una persona importante. Te muestras con fuerza y poder.

También puede que seas un fanático/a del orden. Eres perfeccionista por lo que solo confías en tu forma de hacer las cosas. Te gusta dar órdenes y dirigir.

Por otro lado, con la herida de injusticia, evitas los conflictos, porque no eres flexible. Ante una situación conflictiva, tratas de ocultar los problemas o los resuelves por ti mismo/a.

Habitualmente sientes que te falta tiempo. Esto se debe a que tardas mucho en hacer cualquier tarea ya que tratas de hacerla perfecta. Pierdes mucho tiempo.

Tienes dificultades con las figuras de autoridad porque sientes que te exigen y que son duras contigo.

Valoras mucho tener éxito pero, no tanto por el logro del objetivo cumplido, sino por el reconocimiento. Ganar algo para ti te hace sentir merecedor/a. Perder te hace sentir que no vales.

Te esfuerzas mucho. Para ti el éxito solo es fruto del esfuerzo. No crees en la suerte. Te cuesta recibir algo sin habértelo ganado. Y si lo recibes, no lo disfrutas porque no te parece justo.

Te da miedo equivocarte o fallar. Te exiges tanto que tratas de solucionarlo absolutamente todo, llegando incluso  a resolver cosas que no te corresponden.

Cuando llevas la herida de injusticia, siempre tienes muchas tareas por hacer. Y no te paras ni a preguntarte si te gustan hacerlas o no.

Eres una persona disciplinada y obediente. Te pones objetivos y los cumples aunque te vaya la vida en ello.

Te resulta difícil pedir ayuda o delegar tareas. Sobre todo porque buscas la perfección y crees que nadie lo hará como tú.

Te cuesta divertirte. No te permites hacer cosas que solo te den placer a ti. Te cuesta muchísimo no hacer nada porque lo ves como una pérdida de tiempo. Prefieres no divertirte antes que hacer el ridículo.

Logras contener todas las emociones excepto la ira. Cuando algo no está a tu gusto atacas con toda tu rabia. Aunque en realidad con quien estás enfadada/o es contigo. Te flagelas echándote la culpa por no haber visto venir la situación. Con la herida de injusticia, el estrés y el enfado son dos características que están muy presentes en ti, sobre todo el enfado.

Te resulta muy difícil dar y recibir amor. Estás siempre pensando lo que vas a decir para hacerlo perfecto y no equivocarte. Por eso, te cuesta ser espontáneo/a. Das la impresión de ser una persona fría, calculadora y poco o nada afectuosa.

Sientes que no te aprecian por tu verdadero valor. Por eso, crees que no recibes lo que te mereces. O te sientes mal cuando recibes más de lo que crees merecer.

Tus reacciones tienden a la autodestrucción. Tienes miedo a equivocarte y buscas la perfección, lo cual hace que sientas cansancio y frustración. Buscas la perfección tanto en los demás como en ti. Te cuesta recibir cumplidos y tampoco te los haces a ti mismo/a. Eres muy exigente y controlador/a.

Estás todo el tiempo haciendo cosas. Piensas que vales por lo que haces no por lo que eres. Crees que para conseguir lo que quieres, has de esforzarte mucho. Tienes un gran sentido del deber. Lo que hay que hacer, lo que se debe hacer. No te permites el error.

Tiendes a exagerar por lo que muchas veces eres muy injusta/o. El sentido de la justicia para ti es muy importante. Todo lo valoras como bueno, malo, correcto o incorrecto. Eres muy extremista, o todo o nada. Eres una persona injusta con los demás y contigo mismo/a.

Con la herida de injusticia, elpensamiento inconsciente es “No puedo sentir sin sufrir y por eso no puedo ser yo mismo” y “Tengo que hacerlo todo perfecto”.

Pautas de comportamiento en tu relación de pareja si llevas la herida de injusticia

Si has sufrido la herida de INJUSTICIA es muy probable que sigas alguna de estas 5 pautas de comportamiento cuando inicias o estás en una relación de pareja:

Te cuesta admitir que tienes dificultades con tu pareja.

Aunque te acabes de conocer con tu pareja o aunque lleven años juntos, no ves problemas en tu relación. Sientes que todo está bien y no entiendes por qué tu pareja piensa que tienes dificultades.

En realidad, evitas los problemas porque temes el conflicto. Por eso prefieres no hablar,  te desconectas de tus emociones para no sufrir.

Crees que las diferencias en la relación de pareja se resolverán con el tiempo. Prefieres pensar que todo está bien y que si hay algo mal, se arreglará. Y si ves que no se arreglan, tratarás de resolverlas tú, buscando una solución racional. La cuestión es no implicarte emocionalmente.

Te cuesta negociar con tu pareja porque eres muy radical en tus posturas. Además, da la impresión de que nada te afecta porque te muestras insensible.

Tu pareja te dice con frecuencia que no te implicas en la relación y te niegas a buscar ayuda para resolver los conflictos. Piensas que si es tu pareja quien ve los problemas, es el/ella quien necesita ayuda, porque tú estás bien.

Te controlas para parecer la pareja perfecta.

Cuando algo te disgusta lo reprimes para que no se note. Sin embargo, el tono de tu voz  refleja tu disgusto. Si tu pareja por ejemplo te pregunta: ¿Te pasa algo? Le respondes diciendo “No pasa nada” o simplemente cambias el tema. Por mucho que quieras evitarlo, el tono de tu voz  y tus gestos muestran lo que realmente estás sintiendo.

Tienes una gran capacidad para controlar tus emociones. No te permites ser espontáneo/a para no equivocarte. Estás pendiente de todo lo que dices y haces con el fin de que tu pareja no se dé cuenta que te afecta lo que está sucediendo.

Tienes ideas preconcebidas de lo que debe ser una pareja. No te permites la libertad dentro de la relación y tampoco se la permites a tu pareja. El deber es más importante que el placer. Hacer lo correcto socialmente es fundamental para ti, y cuando tu pareja quiere algo diferente, te parece injusto que no piense como tú.

Tu nivel de exigencia no solo afecta a tu pareja, sino también a ti mismo/a. Es muy probable que te metas en situaciones que no te agradan, para ti lo importante es hacer lo correcto. Quieres ser perfecta/o. aunque esto te genere mucha frustración. Puedes incluso llegar a enfadarte y no saber por qué.

Te cuesta dar y recibir amor de tu pareja.

Te cuesta recibir amor de tu pareja porque piensas que no lo mereces. Tampoco te permites demostrarle tu amor. Reprimes tus emociones y por tanto tus señales de afecto por miedo a sufrir.

Tu pareja te ve como una persona fría y poco o nada afectuosa. No te das cuenta que cuando actúas así, eres injusto/a con tu pareja y también contigo. Porque en realidad lo que estás haciendo es reprimir tus sentires.

No te gusta cuando tu pareja es fría contigo. Por eso intentas, mostrarte cálido/a pero no es algo natural, se nota que es algo forzado. Como intentas mostrar tu calidez, crees que eres una persona afectuosa y no entiendes por qué tu pareja te considera insensible.

Solo cuando hay un conflicto piensas que deberías haber actuado de otra forma. Mostrando más cariño y cercanía, pero la realidad es que en otra ocasión lo vuelves a hacer igual.

Habitualmente haces regalos que crees que le gustarán a tu pareja, sin embargo no es así, porque piensas en cosas útiles, en vez de regalar lo que despierte tus emociones o las de tu pareja.

Te cuesta mostrar tu vulnerabilidad por eso tratas de no conectar con tus emociones. Te preocupa lo que los demás piensen de ti. Tienes el concepto de que ser buena persona es dar amor por eso tratas de no mostrarte insensible, porque entonces dejarías de serlo.

Le pides a tu pareja que sea afectuosa contigo porque te cuesta amarte o darte afecto. Cuando tu pareja no se muestra afectiva, te cuestionas lo que tú has hecho mal para provocar esa reacción en tu pareja.

Te cuesta disfrutar plenamente de tu sexualidad.

Hasta en el placer sigues controlando, conviertes el acto amoroso en un encuentro mental. Estás pensando lo que hay qué hacer y cómo hay que hacerlo para que sea perfecto.

No fluyes con tus emociones y tu cuerpo se tensa, se pone rígido. Aunque aparentemente pareces una persona sensual por tu forma de vestir y de seducir, pero en realidad, eres una persona rígida.

Te muestras con la frialdad de una Mantis Religiosa. Te gusta seducir y atraer aunque después puedes rechazar sin pestañear, sobre todo si sientes que estás perdiendo el control.

Pones altas expectativas en el encuentro sexual y te decepcionas fácilmente cuando no se da como tú esperabas, sobre todo porque son expectativas muy altas y prácticamente imposibles de cumplir.

Además, tienes ideas de lo que sí se puede o lo que no se puede hacer en el acto sexual. Esto limita tu libertad para explorar nuevas sensaciones y nuevas formas de hacer el amor.

Si eres mujer y te cuesta llegar al orgasmo fingirás haberlo alcanzado para mostrar lo perfecta que eres haciendo el amor. Si eres hombre te costará controlar tu eyaculación o tu erección porque tu cuerpo expresa de este modo tu rigidez emocional. Cuanto más quieras controlar el placer menor será tu capacidad de gozar y disfrutar.

Atraes a personas que son mejores que tú y esto te genera inseguridad.

Si tu pareja es una persona muy guapa o atractiva te parecerá injusto que esté contigo porque te sientes en deuda al no poder ofrecerle lo mismo. De este modo y de forma inconsciente, saboteas la relación porque no es justo para ti recibir más de lo que mereces.

Ves a tu pareja mejor que tú y esto te hace creer que la gente se preguntará por qué te ha elegido a ti. En realidad lo que te está pasando es que tú crees que eres peor que tu pareja.

Te enfadas cuando tu pareja habla de tus defectos porque te duele que no te vea perfecta/o.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de injusticia desde el placer?

Te cuesta admitir que tienes dificultades con tu pareja.

Las diferencias generan conflictos, sin embargo, cuando empiezas a darte cuenta que donde está el conflicto está la oportunidad de sanación, todo cambia. Las diferencias con tu pareja solo te muestran las partes de ti que no puedes ver.

Hay 4 clases de características en ti:

  • Las cualidades de las que eres consciente y te gusta mostrar.
  • Las cualidades de las que eres consciente pero no te gustan y tratas de esconder para que los demás no las conozcan.
  • Las cualidades de las que no eres consciente pero cuando aparecen te gustan.
  • Las cualidades de las que no eres consciente y cuando aparecen no te gustan y te hacen sentir mal.

Eres consciente de las dos primeras y al llevar la herida de injusticia tratarás de controlar lo máximo posible las segundas. Es decir, tratarás con todas tus fuerzas que la gente no las vea.

La tercera y la cuarta son cualidades inconscientes, éstas solo las podrás descubrir a través de otra persona. La mejor persona para mostrártelas es tu pareja, tu espejo.

Lo que te gusta de tu pareja es lo que llevas inconscientemente tú, solo puedes ver lo que eres. Son cualidades y valores que tú también tienes pero que aún no te has permitido explorar.

Igualmente lo que no te gusta de tu pareja, está mostrándote  aquello que escondes de forma consciente o de lo que huyes de forma inconsciente. Pero, por mucho que trates de no verlo, está ahí y te pertenece.

El mejor modo de autoconocimiento y de desarrollo personal es mirarte en tu pareja. Cuanto más te veas en ella, más flexible te volverás.

Te controlas para parecer la pareja perfecta.

Ya eres un ser perfecto, no tienes que demostrar que lo eres. Eres perfecto con tus luces y con tus sombras. Deja de parecer para empezar a ser. Mostrarte tal cual eres es el reto.

Solo un ser divino puede ver a otro ser divino. En Tantra, practicamos la mirada amorosa.

Mírate en el espejo y trata de verte, de ver tú esencia, de ver la divinidad que hay en ti.

Solo un ser divino puede ver a otro ser divino. Mírate después en el espejo que es tu pareja. Mírala a los ojos y descubre quién eres realmente.

Suelta el control de la mente, acércate a tu corazón y pregúntate, ¿Cuáles son los verdaderos deseos de mi corazón?

La mente es pensamiento, el corazón es emoción. El cuerpo es sensación, la mente puede engañarte; el corazón a veces también, sin embargo, el cuerpo es sabio. Ábrete a la sabiduría de tu cuerpo y siente tus pensamientos. Siente tus emociones en él, deja de parecer y comienza a SER.

Atrévete a salir de tu zona de confort, disfruta, haz el ridículo, suéltate el pelo, date permiso para meter la pata, date permiso para ser tú.

Te cuesta dar y recibir amor de tu pareja.

Has blindado tu corazón. Sentiste tanto dolor que te protegiste cerrándote al amor. En un corazón cerrado no puede haber dolor pero tampoco sentirás placer, gozo o disfrute.

Sana tu herida de injusticia siendo justo o justa contigo.

Permítete salir de esa cárcel, la cárcel que tú misma/o creaste. Date permiso para vivir, date permiso para amar y ser amada/o. No solo se trata de abrir tu corazón, también tienes que sentir dentro de ti que mereces el amor.

Deja de esforzarte por ser cariñoso o cariñosa. Deja de abrazar y comienza a pedir abrazos, deja de besar y comienza a pedir besos, deja de acariciar y comienza a pedir caricias. No eres menos por pedir; cuando abrazas, escondes tu necesidad de ser abrazado/a. Deja de esconderte y simplemente, pídelo.

Cuando empiezas a pedir muestras de amor a tu pareja y tu pareja a ti, ambos se están mostrando vulnerables, de este modo ambos pueden empezar a dar y recibir amor sin miedo. Siendo vulnerable conectas con el amor que hay en ti, cuanto más conectas con el amor, más amor atraerás a tu vida.

Te cuesta disfrutar plenamente de tu sexualidad.

En Tantra y Sexualidad Consciente, una de las cosas que más practicamos es el soltar el cuerpo, dejar la mente a un lado, no esperar nada del encuentro sexual, no buscar el orgasmo, ni la erección.
Simplemente estar ahí, presente para ti y para tu pareja, esperando a sentir qué es lo que tu cuerpo quiere, esperando a que sea el cuerpo quien tome el control y no la mente.

Cuando sabes esperar, cuando pones la mente de tu lado, al servicio del amor, empieza a suceder, sucede la experiencia del amor; tu ser se abre, tu placer se amplía hasta límites insospechados.

Aprender a meditar en el cuerpo, aprender a ser consciente de cada caricia, de cada mirada, de cada sensación. Aprender a poner la mente de tu lado, a tu servicio. Son prácticas milenarias que funcionan.

Da igual el nivel de estrés al que estés sometido/a, da igual lo mental que seas, da igual que hoy pienses que no es posible para ti. Te aseguro que cuando te comprometes contigo, tu sexualidad se abre como una flor.

Atraes a personas que son mejores que tú y esto te genera inseguridad.

Cuando piensas que una persona es mejor que tú, te estás enfocando en lo que te falta, no en lo que eres. Si te comparas con tu pareja puedes sentir admiración o puedes sentir envidia. En realidad, es lo mismo. En ambos casos admiras cualidades que valoras de tu pareja.

La admiración te puede servir como inspiración  y como te he dicho antes, solo puedes ver en tu pareja lo que tú eres. Pero probablemente estas cualidades positivas que estás viendo en tu pareja no las reconozcas en ti; y no las reconoces porque te dijeron que a ti te faltaron y te lo creíste. Es hora de desmontar estas ideas limitantes.

Si ves que tu pareja es una persona atractiva, busca el atractivo que hay en ti, si ves que tu pareja es una persona inteligente, busca la inteligencia que hay en ti.

No se trata solo de repetirte una y otra vez lo atractiva/o o lo inteligente que eres. Se trata de sentirlo en todo tu ser.

Aprovecha para conocerte y valorarte a través de las cualidades de tu pareja. Cuando sientas envidia, te estás enfocando en lo que crees que te falta, comprueba si alguna de esas cosas que te dices hoy, tienen que ver con los mensajes que recibiste en el pasado. No hagas tuyos estos mensajes que te limitan a ver lo que realmente eres.

Si te has sentido identificada puedes aprender a superar tu herida de injusticia con mi Curso Online de Heridas Emocionales

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5 PRÁCTICAS PARA SUPERAR LA TIMIDEZ SEXUAL

timidez sexual en tu parejja

Quiero compartir contigo 5 prácticas de Tantra para superar tu timidez sexual y que aprendas a gestionar tu vergüenza en los encuentros amorosos.

  • La Timidez Sexual es ese pensamiento de “Me gustaría, pero no puedo hacerlo”.
  • Es ese dragón que quiere salir y al que tratas de controlar para que nadie vea el fuego y la pasión que llevas dentro.
  • Es cuando encuentras dificultad para expresar tus deseos, tu placer o de ir más allá en el sexo.

Te adelanto que todo el mundo siente algo de vergüenza al tener relaciones sexuales. Solo que algunas personas la gestionan de un modo diferente.

Te invito a que descubras conmigo 5 PRÁCTICAS DE TANTRA PARA SUPERAR TU TIMIDEZ SEXUAL en este nuevo vídeo.

Alicia Amezcua - Propósito de vida

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Amor consciente y timidez sexual

La mayoría de las personas sentimos vergüenza sexual en algún momento. La timidez sexual no es más que tu forma inconsciente de tener bajo control a tu dragón interior, a tu deseo, a tu fuego, a tu pasión. Todas las personas sentimos deseo, la mayoría, tratan de controlar a su dragón y cuando lo consiguen sienten un gran vacío y mucha frustración.

Las formas habituales de mantener a raya a tu dragón son:

  • Te cuesta mostrar tu cuerpo.
  • Te cuesta  iniciar el encuentro amoroso.
  • Te cuesta pedirle a tu pareja lo que te gustaría que te hiciera.
  • Te cuesta expresar con palabras, con gestos o caricias tu deseo erótico.
  • Te cuesta proponer otras formas de hacer el amor.
  • Te cuesta verte como un ser que desea.
  • Te cuesta verte como un ser deseable.

Las causas que te llevan a querer controlar a tu dragón y mostrar timidez sexual pueden ser:

  • La educación recibida.
  • Tu baja autoestima.
  • Los cánones sociales.
  • Desconoces tus deseos.
  • Te cuesta poner límites.
  • En definitiva, tu miedo al rechazo.

Vence tu timidez sexual

Las razones por las que puedes sentir timidez sexual son ilimitadas:

  • Puede que no te guste tu cuerpo o que tengas complejos de una zona de tu cuerpo en particular.
  • Puede que te consideres torpe al hacer el amor.
  • Puede que tuvieras algún accidente en el pasado y temas volver a tenerlo de nuevo.
  • Si eres mujer y tienes la menstruación, es posible que sientas vergüenza de tu sangrado.
  • Quizás piensas que alguna zona de tu cuerpo huele mal y te genera inseguridad.
  • Es posible que tengas gases, sobre todo cuando estés nerviosa o cuando estás nervioso.
  • Tus cicatrices te generan inseguridad.
  • Puede que temas que por los nervios, empieces a sentir deseos de ir al baño durante el encuentro amoroso.
  • Tienes vergüenza por los sonidos que haces al excitarte.
  • Te avergüenzas de las expresiones de tu cara al sentir placer.
  • También puede que te dé pudor eyacular si eres mujer.

Todo esto puede ser relativamente normal, pero se convierte en un problema:

  • Cuando te impide acercarte a tu pareja para iniciar el encuentro amoroso.
  • Cuando te cuesta pedirle lo que deseas.
  • Cuando la timidez sexual te bloquea y te impide disfrutar de las relaciones sexuales plenamente, incluso llegando a hacerte imposible alcanzar el orgasmo.

La razón más común es sentir vergüenza de mostrarte desnuda o desnudo sobre todo al principio de una relación. Muchas mujeres, dejan de tener relaciones sexuales porque no aceptan su cuerpo. Independientemente de la talla o de si eres mujer u hombre, sentir timidez sexual o ansiedad por el cuerpo, es algo que le ocurre a muchas personas.

Es una cuestión de autoestima y la autoestima no se resuelve escondiendo tu cuerpo o adaptándolo a los cánones de belleza, lo que sí, es que seguir una alimentación consciente, te ayudará a cuidar tu cuerpo y amarlo como se merece. 

Otra posibilidad, es darte o recibir de tu pareja o de una persona profesional un Masaje Tántrico como terapia corporal para volver a reconectarte con tu cuerpo y sanar tus memorias sexuales y timidez sexual, estas son las que te impiden disfrutar de tu placer.

Vergüenza o timidez sexual, emoción aprendida

La vergüenza es una emoción secundaria, es una emoción que has aprendido y que has creado, porque quizás sientes que si tienes algún defecto y alguien lo descubre te podría rechazar, la creaste para sentir si tu entorno te acepta o no, la vergüenza te lleva a esconder tus errores y caes en una excesiva crítica y entramos en lo que se denomina: El ciclo de la vergüenza.

  • Primero, te equivocas, haces algo que no querías o te comparas con otras personas.
  • Después, te sientes culpable, tienes ansiedad y llegas a creer que hay algo malo en ti.
  • Cuando esto ocurre, te aíslas, ocultas lo que te avergüenza y te propones cambiar, pero son metas irreales.
  • Como son metas irreales, te abrumas cuando no logras alcanzar lo que te habías propuesto y te aíslas en tu soledad.
  • Para intentar que te acepten de nuevo, recurres a conductas poco sanas para lidiar con la carga emocional que te produce sentir el rechazo.

Y así, vuelves a equivocarte y empiezas de nuevo el ciclo. La vergüenza está por tanto, asociada a la herida de RECHAZO,  que explico con más detalle en otro vídeo de mi canal. Si aún no lo has visto te invito a que vayas a verlo ahora aquí, porque es importante para entender el origen de esta emoción de vergüenza que estás sintiendo.

¿Cómo superar tu timidez sexual?

Con las prácticas de Tantra y Sexualidad Consiente que te comparto en el vídeo, vencerás la timidez sexual y podrás empezar a disfrutar de tus relaciones sexuales. Te mostraré cómo avivar el fuego de tu dragón interior sin quemarte. Y sobre todo, te enseñaré a recuperar tu Intimidad Inocente venciendo la timidez sexual.

¡Vamos allá!

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SANA TU HERIDA DE TRAICIÓN DESDE EL PLACER

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana es la herida de traición.

Para saber si llevas la herida de traición en ti responde a estas preguntas, las primeras preguntas son para el caso de que no tengas pareja y las siguientes para el caso de que sí tengas pareja:

Si en este momento no tienes pareja:

  1. ¿Te traicionaron en alguna de tus relaciones anteriores?
  2. ¿Sientes que no te puedes fiar de nadie?
  3. ¿Necesitas controlarlo todo?
  4. ¿Te aseguras de que la otra persona cumpla con su compromiso?
  5. ¿Te das cuenta con facilidad cuando te están mintiendo?
  6. ¿Atraes parejas que te traicionan?

Si en este momento tienes pareja:

  1. ¿Sientes que tu pareja no se compromete tanto como tú en vuestra relación?
  2. ¿Ayudas a tu pareja con sus asuntos?
  3. ¿Tu pareja te miente?
  4. ¿Mientes a tu pareja?
  5. ¿Te cuesta confiar en tu pareja?
  6. ¿Tu pareja te engañó en el pasado y ahora te cuesta confiar en ella?

Si has contestado positivamente a alguna de estas preguntas quédate a ver este vídeo hasta el final porque te voy a dar claves para sanar tu herida de traición desde el placer.

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Causas de tu herida de traición

Esta herida de traición se da principalmente con el progenitor del sexo opuesto. Se da cuando, el progenitor del sexo opuesto ha traicionado al progenitor del mismo sexo. Si tu padre le fue infiel a tu madre y tú eres niña, es muy probable que lleves esta herida. Si tu madre le fue infiel a tu padre y tú eres niño, es muy probable que lleves esta herida. Lo viviste como si te estuviera traicionando a ti.

También se puede dar cuando sentiste que tu padre o tu madre te dejaron de lado al nacer por el nacimiento de un nuevo bebé, por tu nueva hermana o hermano. Puedes sentir que tus padres te han traicionado:

  • Si te hicieron promesas que nunca cumplieron
  • Si te generaste expectativas que no pudieron cumplir
  • Si eligieron a otra persona en vez de a ti

Esto provocó en ti un sentimiento de desconfianza. Sentiste que no merecías la lealtad o el compromiso.

Para poder sostener este dolor creaste el personaje del controlador. Cuando llevas la herida de traición, necesitas controlarlo todo para evitar que los demás te traicionen.

Para poder controlar has desarrollado un carácter fuerte. Con este carácter tratas de asegurarte que los demás mantengan sus compromisos y sean fieles y responsables contigo.

Has desarrollado un cuerpo muy fuerte que muestra tu poder. La forma de tu cuerpo dice de ti que eres muy responsable y que se puede confiar en ti. No fuiste un niño/a gorda, sino fuerte. Como pensabas que no ocupabas mucho espacio en la vida del progenitor del sexo opuesto te hiciste  grande.

Así se ve en ti la herida de traición

Tu fortaleza proviene de ti mismo/a. Haces todo lo posible por ser una persona responsable, fuerte, admirada, respetada y así sentirte orgullosa/o de ti.

No aceptas la traición o la deslealtad. Eres una persona desconfiada, ya que no te permites confiar en nada ni en nadie. Pero si eres tú quien no cumples tus compromisos inventarás cualquier razón lógica e incluso puedes llegar a mentir para justificarte.

Sin embargo, para los demás nunca hay justificación suficiente. Y como lo tienes todo bajo control, la mentira puede llegar a ser casi perfecta. Incluso buscas que el otro tenga la culpa. Y a pesar de que tu mayor miedo es la mentira, buscarás de manera inconsciente situaciones en las que acabarás siendo traicionado/a.

Con la herida de traición, esperas cosas de la gente  para poder comprobar si cumplen tus expectativas o no. Como son expectativas muy difíciles de alcanzar, por tu alto nivel de perfeccionismo, cuando no las consiguen, te sientes traicionada/o.

Necesitas controlarlo todo por lo que te cuesta relajarte. Vives con estrés continuamente. Te asustas si la otra persona no accede a tu control.

Te gusta llevar siempre la razón. Tus opiniones son tajantes y te cuesta ceder. Llegando a ser cruel, muy dura/o y sobre todo, muy exigente. Y esperas que los demás acepten tu opinión sin rechistar. Te gusta tener siempre la última palabra.

¡Las personas con herida de traición tienen la mente muy rápida!

Haces lo que sea necesario, incluso eres capaz de manipular porque odias perder el control. Una forma de manipulación es hacer creer que estás ayudando a los demás, cuando en el fondo tu intención es más de control que de ayuda. No soportas la incertidumbre.

Tienes una agilidad mental increíble. Por eso, huyes de personas con carácter fuerte como el tuyo o de personas de mente rápida porque tienes miedo a perder el control. Eres una persona muy inteligente y te impacientas con personas que no lo son tanto o que tienen dificultades para aprender. Esta agilidad mental te permite hacer interpretaciones aceleradas sobre lo que dice o lo que hace la otra persona.

Eres una persona puntual y te molesta muchísimo la gente impuntual. Tratas de controlar hasta el tiempo.

Tampoco te gustan las personas que hacen trampas, porque sientes que no te puedes fiar de ellas.

Cuando le debes algo a alguien tratas de saldar tu deuda lo antes posible, para mostrar que eres una persona en la que se puede confiar.

Cuando la herida de traición esta en ti, el pensamiento va por delante, por eso utilizas expresiones como “yo ya lo sabía” o “te lo dije”.

Puedes tener cambios de humor drásticos pasando del amor al odio en segundos, sobre todo cuando pierdes el control. Eres una persona muy sensible. Por eso te duele tanto cuando una persona no cumple con sus compromisos. Von la herida de traición, te cuesta abrirte a los demás porque tienes miedo a ser vulnerable y que los demás te traicionen y te hagan daño. Tus altibajos emocionales hacen que te vean como una persona inestable. Y por tanto, poco o nada confiable, justo la imagen que no quieres mostrar.

Cuando estás en pareja tratarás por todos los medios de no romper la relación, porque la separación la vives como un fracaso. Sientes que la relación se ha escapado de tu control.

Pautas de comportamiento en tu relación de pareja si llevas la herida de traición

Si has experimentado celos en tus relaciones, es muy probable que hayas sentido la traición en tu infancia. Tienes fobia a las mentiras, a la traición y a las infidelidades.

Tu capacidad de imaginación es alucinante sobre todo para imaginar lo peor. Te justificas diciendo cosas como “Piensa mal y acertarás”.

El pensamiento inconsciente desde el que te muestras es: “No puedo confiar, porque si confío me traicionarán”

Si has sufrido la herida de traición es muy probable que sigas alguna de estas 5 pautas de comportamiento cuando inicias o estás en una relación de pareja:

  1. La herida de traición, hace que no confíes en tu pareja y tratas de que no vea tus puntos débiles

Lo que más te cuesta es confiar en tu pareja y mostrarte tal y como eres, porque te da miedo que te controle o se aproveche de ti. Evitas compartir con tu pareja tus debilidades o las cosas que no te gustan de ti. No te gusta que tu pareja te diga lo que haces mal y por eso mientes o escondes aquello que crees que a tu pareja no va gustarle. Odias que tu pareja esté pendiente de ti porque crees que lo que quiere es controlarte.

Nunca pides ayuda porque te gusta mostrar lo fuerte que eres y das la impresión de que puedes con todo. Haces las cosas a tu manera y cuando tu pareja te da su opinión defiendes tu postura a capa y espada.

Cuando tienes la herida de traición, tienes grandes expectativas sobre tu pareja y le exiges que las cumpla. Quieres que reconozca todo lo que haces pero esperas que lo haga por voluntad propia porque eres incapaz de pedírselo.

Buscas indicios de que tu pareja siente atracción por otras personas o de que te es infiel. Y provocas conflictos en la relación poniendo continuamente a prueba a tu pareja.

  1. Manipulas para controlar a tu pareja.

Eres el mejor o la mejor en el arte de la manipulación.

  • Te enfadas para que tu pareja esté pendiente de ti.
  • Le haces chantaje emocional para que vea cuánto te preocupas por la relación.
  • Lloras o gritas para llamar su atención.
  • Mientes si es necesario para que no se dé cuenta de que tratas de controlarle o controlarla.
  • Seduces para salirte con la tuya y llevar así siempre la razón.
  • Te quejas y amenazas esperando que tu pareja confiese su traición. De este modo evitas admitir que necesitas saber que te ama y que tienes miedo a que te traicione.

Temores a una nuevo pareja cuando la herida de traición está en ti.

Te da miedo y rechazas el compromiso. Si has sufrido traición en relaciones anteriores, ahora te cuesta comprometerte con una nueva pareja. No se puede romper un compromiso si no te comprometes. Eliges no comprometerte porque te da miedo que tu nueva pareja te traicione o porque te das cuenta de que tú no puedes cumplir este compromiso.

Cuando la herida de traición está en ti, te sientes atrapada/o en una relación que requiera compromiso. Crees que tu nueva pareja te puede traicionar. Pero como para ti romper un compromiso es un fracaso, temes quedarte en esa relación. Para que esto no ocurra, mejor ni empezar. Por eso antes de romper un compromiso, prefieres no comprometerte.

Sin embargo, quieres que tu nueva pareja se comprometa contigo y si no lo hace te sentirás traicionado/a. No te quieres comprometer pero si no te llama o no te escribe un whatsApp lo vives como una traición y dices cosas como “no se puede confiar en nadie”. No eres consciente del nivel de tu exigencia, en comparación con lo poco que das.

Das la impresión de que eres una persona independiente pero en el fondo escondes tu temor a que la relación acabe debido a la herida de traición.

Ayudas a tu pareja en todos sus asuntos pero en realidad lo haces para controlar lo que hace. Como eres tú quien se ocupa de sus cosas, piensas que tu pareja sin ti no podría hacerlo, por lo que tienes la idea de que es una persona débil que te necesita. Sin embargo, esta forma de ayudar a tu pareja esconde tu miedo a que te traicione y te aseguras de este modo que cumpla con el compromiso que tiene contigo. Tu necesidad de controlar a tu pareja es tu verdadera debilidad.

La herida de traición hace que quieras tener la razón en todo.

Eres capaz de mentir con tal de conseguir lo que quieres.

Odias las mentiras en una relación, sin embargo, no te das cuenta de cuánto mientes porque es tal tu nivel de control que incluso llegas a creer que tus mentiras son ciertas. Lo más importante para ti es salirte con la tuya y para ello, eres capaz de transformar la verdad con tal de tener razón.

Le dices a tu pareja lo que crees que quiere escuchar, con la intención de conseguir algo a cambio. Te comprometes con cosas que desde el principio sabes que no vas a cumplir.

Si tu pareja te coge en una mentira, darás mil excusas antes de confesar que has mentido. Y si tu pareja no te cree, te sientes traicionada/o, porque no puedes entender por qué no te cree.

Creerte tus propias mentiras es la mejor forma de seguir teniendo el control y sobre todo, de seguir teniendo la razón. Al final, consigues que tu pareja no confíe en ti y que crea que siempre le estás engañando.

¿Atraes a personas que te traicionan cuando llevas la herida de traición?

Es probable que en tus relaciones anteriores te traicionaran y aunque no lo hicieran o no pudieras demostrarlo, nunca llegaste a confiar plenamente en aquellas parejas. Ahora seguirás teniendo la sensación de que tu nueva pareja te engaña y por eso pones más atención en todo lo que hace o dice.

Te pones a la defensiva tratando de protegerte continuamente del posible dolor que esta pareja pudiera hacerte. Igualmente si sigues con una pareja que te traicionó en el pasado, por mucho que hayas dicho que la perdonabas, no puedes confiar en ella.

La Ley de la Atracción dice que atraemos lo que somos. Atraes relaciones que no se comprometen contigo porque en el fondo tú todavía no puedes comprometerte con ellas, ya que llevas la herida de traición.

Temes el compromiso porque temes la separación. Por esta razón, si en tu vida aparecen parejas que te traicionan o que no desean comprometerse, es una señal para que te des cuenta de que eres tú quien no quiere comprometerse o de que estás dispuesto/a a traicionar al otro.

Puede que en este momento solo quieras tener encuentros sexuales sin compromiso, pero aunque tu nueva relación quiera lo mismo que tú, en el momento que no le apetece hacer el amor contigo, piensas que te está rechazando y te sientes traicionado/a.

Como esta herida se da con el progenitor del sexo opuesto es importante que veas si lo tienes idealizado/a. Si es así, inconscientemente estarás comparando a todas tus parejas con este progenitor y nunca darán la talla. Cuando tu pareja no cumple tus expectativas, te decepcionas.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de traición desde el placer?

  1. Si no confías en tu pareja y tratas de que no vea tus puntos débiles

El control es un proceso de la mente. Es un acto egóico. Querer controlar a algo o a alguien es querer controlar la vida. Es ponerte por encima de la vida. Dejar de controlar es aceptar la vida tal y como es.

La confianza en la vida la da la madre y si tu madre no pudo o no supo dártela, ahora es el momento de hacerte responsable de ti. De que tu madre interna con todo su amor incondicional le dé la confianza a tu niña/o interior. Solo desde la confianza podrás ser tú y podrás abrirte al Amor.

Experimenta la vulnerabilidad en tu cuerpo y serás consciente de:

  • Que no pasa nada por ser, que eran solo ideas locas de tu mente
  • Que cuando abres tu corazón lo que te devuelve el otro es amor y más amor
  • Que ser un NO para alguien, no significa que haya algo malo en ti
  • Que tu gran fortaleza reside precisamente ahí, en tu vulnerabilidad
  1. Si manipulas para controlar a tu pareja.

Diferencia entre manipulación e inspiración. Antes de tratar de manipular con tus palabras o tus acciones para conseguir que la otra persona haga lo que tú quieres, te invito a que pruebes a ser su inspiración.

Inspirar a alguien es darle una bocanada de aire fresco. Es decirle que hay otras formas de estar en la vida. Muéstrale con tus palabras y con tus actos cómo ser amor e inspirarás a tu pareja a ser el amor de su vida y de la tuya.

Aun si llevas la herida de traición, muestra los verdaderos deseos de tu corazón y ábrete a recibir los verdaderos deseos de su corazón. Alcanza el nivel de intimidad más profundo abriéndote a amar y a ser amada/o.

  1. Si temes y rechazas comprometerte con una nueva pareja.

Tú decides dónde quieres estar, ¿en el miedo o en el amor? Si estás en el miedo solo encontrarás miedo. Si estás en el amor a ti llegará amor a raudales.

¿Qué pasaría si digo la verdad? Un pensamiento frecuente si la herida de traición está en ti.

eres capaz de mentir con tal de conseguir lo que quieres.

La mentira es la ausencia de verdad. Busca tu verdad, la verdad más profunda e íntima que hay dentro de ti. Vive desde tu verdad. Muéstrate al mundo desde tu esencia.

  • ¿Cuánto te mientes?
  • ¿Cuánto te escondes?

Cuando estés diciendo una mentira pregúntate, ¿Qué pasaría si dijese la verdad?, ¿Qué es lo peor que pueda pasar? Ese es tu verdadero miedo. Si dejas de pensar eso, si dejas de darle poder a ese miedo, ¿crees que ahora podrías decir la verdad?

Por ejemplo:

Si quieres tener sexo, di que quieres tener solo eso y nada más. Si quieres tener amor, di que quieres tener amor. Si no quieres tener sexo, dilo también. Si no quieres compartir tu amor con esa persona, dilo, porque esa es tu verdad. Deja de traicionarte y de mentirte cambiando sexo por amor o amor por sexo o cualquier otra cosa por la que hoy creas que necesitas mentir.

Atraes a personas que te traicionan o evitan comprometerse contigo.

Como te he comentado antes la Ley de la Atracción dice que atraemos lo que somos. Cuanto más te comprometas contigo, más personas comprometidas atraerás. Cuánto más estés en el amor, más personas en el amor encontrarás. Esperas que el otro cambie, o que la suerte te sonría con esa persona ideal que solo existe en tu cabeza.

Practica la compasión, la compasión no es sentir pena. Es amar poniéndote en el lugar del otro. Ten compasión de ti, ámate sin condiciones. Ten compasión del otro y ábrete a amar sin condiciones. Así lleves en ti la herida de traición, esto es posible, no es una utopía.

Solo cuando eres amor, cuando vives en el amor, atraes amor consciente a tu vida.

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CLÍTORIS

clítoris, orgasmo femenino

Siempre digo que el placer de la mujer no solo es un derecho, sino que es una obligación que tienes para contigo misma. El clítoris es la única parte del cuerpo que está diseñada solo y exclusivamente para dar placer a la mujer. Sea cual sea tu situación te acompaño a descubrir la salud mental, emocional y física que puedes alcanzar a través del toque consciente de tu clítoris.

  • Si te han extirpado el útero y quieres volver a sentirlo.
  • Si por cualquier motivo te falta uno o ambos pechos.
  • Si has sufrido la ablación de clítoris.
  • Si te han hecho cualquier tipo de intervención médica que te ha desconectado de tu placer.
  • O aunque ninguna parte de tu cuerpo físico se haya visto afectada pero te sientes desconectada de tu gozo.

En este vídeo cuento la historia del CLÍTORIS y cómo nos ha limitado de generación en generación en el inconsciente colectivo de las mujeres. 

Alicia Amezcua - Propósito de vida

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El órgano para dar placer a la mujer

Cuando hablamos del clítoris todas pensamos en la parte que es visible, pero este órgano es mucho más. En el vídeo puedes observar gracias al modelo en 3D todas las partes de tu clítoris.

La cabeza del clítoris es la zona más visible. No obstante, dependiendo de la anatomía y del nivel de excitación de la mujer puede estar más tapado o más al descubierto.

¿Sabes cómo son tus bulbos o los bulbos del clítoris de tu pareja?

Los bulbos del clítoris también dan placer a la mujer. Tienen una forma más estrecha por la parte de arriba y se va ampliando por abajo. Cuando una mujer está excitada los bulbos del clítoris se inflaman, se llenan de sangre. Puedes tocarlos en la parte baja de tu vulva.

También tiene dos ramificaciones alargadas que están dentro de la vagina y que producen mucho placer en la penetración vaginal.

La ablación de clítoris

Durante toda la historia y dependiendo de las culturas, el placer de la mujer siempre ha sido algo prohibido e incluso se trataba de evitar. La persecución del placer femenino ha llegado incluso a que en algunas culturas se produzca la ablación de clítoris de forma habitual.

La ablación de clítoris consiste en extirpar la cabeza del clítoris, es decir, la parte visible. Hay ocasiones que incluso se llegan a coser los labios para evitar la penetración.

Dejando aparte los problemas de salud y las condiciones en las que se realiza, la ablación afecta no solo al cuerpo físico sino también al estado emocional de la mujer. Es un trauma con el que vivirá toda su vida.

¿Sabes cómo sentir placer si te falta el clítoris o si esa zona la tienes insensible?

En Tantra trabajamos con estos  tres cuerpos:

  • Cuerpo físico.
  • Cuerpo emocional.
  • Cuerpo sutil o energético.

Si con la ablación o con cualquier tipo de intervención se ha visto afectado tu cuerpo físico es probable que esto haya tenido repecusiones en tu cuerpo emocional. Sin embargo, tu cuerpo sutil o energético sigue estando ahí, por eso con Tantra puedes recuperar las sensaciones conectándote con tus órganos a través de tu energía.

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SANA TU HERIDA DE HUMILLACIÓN DESDE EL PLACER

Una de las heridas que te impiden disfrutar de tu vida y más concretamente disfrutar de una relación de pareja sana es la herida de humillación.

Para saber si llevas la herida de humillación en ti responde a estas preguntas, las primeras preguntas son para el caso de que no tengas pareja y las siguientes para el caso de que sí tengas pareja:

Si en este momento no tienes pareja:

  1. ¿Sientes que no atraes a una pareja por tu físico, pero sí por tu carisma?
  2. ¿Muchas personas te dicen, yo no me imaginaba que fueses así?
  3. ¿En un grupo destacas por tu simpatía y don de gentes?
  4. ¿Rechazas tu propio cuerpo y te preocupa lo que el otro va a pensar de ti?
  5. ¿Tienes dificultades para disfrutar de tu sexualidad?
  6. ¿Atraes parejas que se avergüenzan de ti?

Si en este momento tienes pareja:

  1. ¿Sientes que si no fuese por ti, esta relación ya hace tiempo que se hubiera acabado?
  2. ¿Te ocupas de todo y de todos?
  3. ¿Tu pareja te manda a callar?
  4. ¿Tu pareja te ridiculiza delante de otras personas en tono de broma?
  5. ¿Sientes que tú tienes la culpa de que tu pareja te humille?
  6. ¿Te avergüenzas de tu pareja?

Si has contestado positivamente a alguna de estas preguntas quédate a ver este vídeo hasta el final porque te voy a dar claves para sanar tu herida de humillación desde el placer.

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Causas de tu herida de humillación

Uno de tus padres o ambos se avergonzaban de ti y esto lo notabas a través de sus palabras o sus gestos. Te criticaban por tu aspecto físico o por tu comportamiento. Te comparaban con otras personas, especialmente con tus hermanos/as o con otras niñas/os.

Se creó en ti una sensación de culpa y de vergüenza que te ha llevado a sentirte indigna/o.

Mostrabas un comportamiento rebelde. Te metías en problemas haciendo cosas no permitidas. Generabas situaciones de forma inconsciente para que te regañaran y te compararan con otros niños/as que no se comportaban así.

Experimentaste humillaciones, comparaciones, fuiste ridiculizada/o por tu aspecto físico. Tuviste experiencias de todo tipo de abusos, incluyendo el abuso sexual, situaciones que provocaron la herida de humillación.

Sufriste vergüenza por tus actitudes y comportamientos durante la infancia.

La relación con tu madre fue de mucho amor por eso tratabas de hacer todo lo posible para complacerla, para no avergonzarla, pero esto no siempre lo conseguías. A la vez puede que quisieras resolverle todos los problemas a tu madre, ayudando esto a formar tu herida de humillación.

La apariencia física y la herida de humillación

En la herida de rechazo el niño o la niña suele tener una apariencia física delgada para que no le vean, para huir del mundo. Sin embargo, en la herida de humillación se da todo lo contrario. La apariencia física es de sobrepeso, de acumulación de grasa, porque necesita ocupar más espacio que los demás.

Considerabas que valías menos, que tenías algo malo, que eras una persona sucia o mala, por eso construiste un caparazón, aumentando así de peso.

Otra causa que pudo provocar tu herida de humillación, puede ser que haya secretos embarazosos en la familia y aunque sea algo secreto, es decir, que no los conozcas de forma consciente, te avergüenzas inconscientemente de los secretos familiares.

Eras un niño/a graciosa que le gusta hacer reír a los demás. Pero, si critican su sentido del humor también se siente humillada/o.

Para sobrellevar el dolor de esta herida de humillación  te creaste el personaje del masoquista. Has tolerado dolor, humillación y no te has sentido merecedor/a. Aprendiste a castigarte porque te castigaron cuando eras pequeña/o.

Aprendiste a humillarte antes de que lo hicieran otras personas. Y por eso, buscas situaciones de humillación de forma inconsciente. Te castigas a ti misma/o creando situaciones humillantes.

Te pones en un lugar donde otras personas pueden utilizarte o aprovecharse de ti. Cuando llevas la herida de humillación, te pones en último lugar porque los demás siempre están para ti antes que tú y así refuerzas que eres una buena persona, una buena amiga/o, una buena pareja.

¿Cómo te relacionas contigo mismo cuando llevas la herida de humillación?

Esta herida de humillación afecta a tu relación contigo, es decir, no afecta a tu relación con otras personas. Si alguien hace un comentario desagradable sobre ti, sobre tu forma de vestir o sobre tu peso, no se lo tienes en cuenta. Al contrario puede que te burles de ti misma/o e incluso estés de acuerdo con el comentario.

Percibes que todo el mundo te rebaja, te avergüenza o te compara y llegas a convertirte en una persona sumisa en determinadas situaciones. Llegas incluso a sentir placer al sufrir. Ya que necesitas estar atado/a a otras personas y cargar con los problemas de los demás.

Te haces cargo de otras personas en exceso. Llegas a olvidarte de ti para ocuparte de los demás. En realidad, lo que te pasa es que sientes mucha culpa y por eso te sacrificas tanto por los demás. Con la herida de humillación no te cuidas ya que los demás siempre son más importantes que tú.

Deseas ser libre. Tu gran deseo es la libertad pero justamente es lo que más miedo te da, porque crees que en un estado de libertad puedes crear situaciones donde te ves más humillada/o. Quieres sentirte libre pero después cuando está sola/o compras demasiado, comes demasiado, bebes, deseas, gastas, trabajas demasiado, y después te avergüenzas de lo que has hecho. Y te dices cosas como soy gorda/o, soy floja/o.

La relación con tus padres suele ser muy complicada. Tratas de satisfacerles, pero en el fondo esto te hace sentir una gran carga y responsabilidad que no te corresponde.

Pautas de comportamiento con tu pareja cuando llevas la herida de humillación

Las necesidades de tu pareja son más importantes que las tuyas:

Das la imagen de ser una persona independiente y odias que te controlen. Prefieres ser responsable de todo antes que depender de lo que haga tu pareja.

Para ser una buena pareja te ocupas de todo. Pones las necesidades de tu pareja por delante de las tus verdaderas necesidades. Dedicas mucho tiempo y esfuerzo para que la relación vaya bien, pero en realidad no te das cuenta de que lo haces para no tener tiempo para ti.

Este esfuerzo te genera cansancio físico y emocional, por eso te quejas de hacerlo todo y de que tu pareja no hace nada, sin darte cuenta de que eres tú misma/o quien se ha creado estas obligaciones.

Cuando le haces todo a tu pareja, sin darte cuenta te vas poniendo por encima de ella y le haces sentir que no podrá hacer nada sin ti. Y para aumentar esa humillación se lo cuentas a todo el mundo para que sepan lo que tú haces. No te das cuenta de que en vez de ponerte al servicio, estás cayendo en la servidumbre al hacerlo todo tú, así se manifiesta la herida de humillación.

Tratas de no decir nada que perjudique a tu pareja y justificas su comportamiento:

Piensas que eres poco o nada importante. Este pensamiento te lleva a ponerte por debajo de tu pareja.

Sientes culpa por lo que disgusta a tu pareja de ti e incluso eres capaz de cargar con la culpa de lo que hace o dice tu pareja. Te haces responsable de todo, por eso cuando algo sale mal, la culpa es tuya, por no haber prestado más atención, por no haber adivinado sus necesidades o deseos.

Te sientes desconectada/o de tu sexualidad por la herida de humillación

En tu educación has recibido mensajes que relacionan la sexualidad con el pecado, con lo obsceno o te han dicho que es algo sucio, de lo que incluso es mejor no hablar. Es probable que en tu adolescencia controlases tu deseo sexual para no avergonzar a tu madre.

Puede que tus primeros encuentros amorosos no hayan sido experiencias placenteras, por lo que piensas que el sexo es algo desagradable.

Fantaseas con una vida sexual muy diferente a la que vives, pero con la herida de humillación, no te atreves a reconocerle tus verdaderas necesidades sexuales a tu pareja. Esto te lleva a hacer cada vez menos el amor, ya que necesitas algo que tu pareja no puede darte y esperas a que lo adivine. Y al mismo tiempo, te encierras en ti y no te permites expresar lo que deseas de verdad.

Tienes fantasías sexuales de las que nunca hablarías con nadie, ni siquiera con tus amistades más íntimas por vergüenza. La herida de humillación te hace sentir vergüenza de casi todo.

Sientes vergüenza de tu cuerpo pero no haces nada para cambiarlo. Tienes dificultades con tu sexualidad debido a la vergüenza que sientes de mostrar un cuerpo que a ti te desagrada, porque no te parece sensual. Crees que si tuvieras mejor cuerpo disfrutarías más del sexo y del amor.

Sustituyes el placer sexual por el placer de comer. Después te sientes mal por ello y te culpas. Con la herida de humillación entras en un círculo de comida y culpa que en el fondo te lleva a privarte de sentir placer porque piensas que tú no lo mereces.

Tienes deseo y eres una persona muy sensual, pero a la vez sientes que no mereces experimentar ese placer y engordas auto castigándote.

Quieres libertad, pero cuando llevas la herida de humillación no te la permites.

Para ti lo más importante es sentirte libre y hacer lo que quieras cuando quieras. Que nadie te controle. Sin embargo, de forma inconsciente, cuando llevas la herida de humillación, te niegas la libertad sobre todo en la relación de pareja.

Una de los principios fundamentales de la libertad es poner tus necesidades por encima de todo. Con la herida de humillación, esto es lo que más miedo te da, porque crees que no se puede ser libre en una relación de pareja. Ya que una buena pareja para ti, es quien lo hace todo por la otra persona. Y esto significa poner atención a las necesidades de tu pareja y olvidarte de ti. Por eso te las ingenias para no ser libre en tu pareja.

Si tu pareja te da libertad, no pasando tanto tiempo contigo, entonces tú buscas ocupaciones  o compromisos que hagan que tu pareja reclame tu atención y sin darte cuenta, generas conflictos entre vosotros porque te vas al otro extremo.

Te ocupas de tu pareja en exceso o te ocupas de otras personas también en exceso, la cuestión es no ocuparte de ti.

Atraes a personas que te hacen sentir vergüenza o que se avergüenzan de ti.

  • Puedes enamorarte de alguien que coquetea con otras personas sin ningún pudor delante de ti poniéndote en evidencia.
  • Puedes estar con una persona que bebe demasiado o grita o crea situaciones incómodas que te hacen sentir vergüenza.
  • Puedes estar con una pareja que no dice que estáis juntos porque le da vergüenza decir que está contigo.
  • Tu pareja puede decirte que te comportes o que hables de una determinada forma porque se avergüenza de lo que haces o dices.

También puede que sientas que tu pareja se avergüenza de tu aspecto físico.

¿Cómo cambiar este patrón de comportamiento y sanar tu herida de humillación desde el placer?

Si las necesidades de tu pareja son más importantes que las tuyas: Una de las herramientas que se trabajan en Tantra es la NO DUALIDAD, que sirve para mostrarte que en una pareja no hay partes separadas, sino que una pareja funciona como una unidad. En cada miembro de la pareja existen dos polaridades, una polaridad yang o masculina y una polaridad ying o femenina. Ninguna de las dos es más importante que la otra, ambas son igual de esenciales para el buen funcionamiento de la relación.

En ocasiones, al tener la herida de humillación, te relacionas con tu pareja desde la polaridad masculina, es decir, te encargas de hacer todo por el otro. Sin embargo, tu polaridad femenina, que es la parte con la que sientes, con la que te conectas con los verdaderos deseos de tu corazón, la reprimes o directamente la abandonas.

Esta polaridad ying es igual de importante que tu polaridad yang. Por eso es necesario dejar de hacer por el otro, como un acto de amor en sí mismo a ti y a tu pareja. De esta manera tus dos polaridades se equilibran.

Además, cuando estás más en una polaridad que en la otra, la relación también se desequilibra porque solo un miembro de la relación da y el otro recibe. Negándole por tanto, a tu pareja que pueda hacer algo por ti. Es una forma de castrar su energía dadora, su energía masculina.

En una relación de pareja sana es esencial que tus dos polaridades estén en equilibrio, al mismo tiempo que permites que las dos polaridades de tu pareja lo estén. Si solo das tú, tu pareja sentirá que nunca va a poder compensarte, por lo que se rinde, tira la toalla y ni siquiera lo intenta. Sin embargo, su necesidad de dar sigue presente por lo que simplemente en vez de darte a ti, se lo dará a otra persona, a su trabajo, a sus aficiones o a cualquier otra cosa en la que sienta que lo que tiene para dar es bien recibido.

La herida de humillación hace que siempre justifiques tu pareja.

Tratas de no decir nada que perjudique a tu pareja y justificas su comportamiento: Con lo que haces te pones por encima, mientras que con lo que piensas te pones por debajo. Es importante que diferencies entre responsabilidad y culpa. Cada persona es responsable de lo que dice y de lo que hace. Mientras que la culpa es un concepto judeo cristiano que te limita por temor al castigo.

Te ha dolido tanto cuando te castigaban en el pasado, que crees que eres culpable de todo lo que haces e incluso de cómo tu pareja reacciona, cuando haces o dices algo. Sin embargo, la realidad es que tú eres responsable de tus actos y tu pareja es responsable de los suyos.

No obstante, lo que tú haces le sirve a tu pareja para crecer y lo que tu pareja hace te sirve a ti en tu evolución. Cuando eres capaz de verte como una maestra/o en tu relación, dejas de tener miedo a perjudicar a la otra persona.

Mostrarte tal y como eres te lleva a dos caminos, por un lado muestras tu vulnerabilidad y por otro lado, permites que tu pareja muestre la suya.

La herida de humillación hace que actúes desde un personaje y como reacción tu pareja se mostrará también desde su personaje. Creando de este modo un alto grado de insatisfacción para los dos y poco a poco irás buscando a otras personas con las que verdaderamente puedan ser.

La sexualidad y la herida de humillación

¿Cómo puede ser la sexualidad algo sucio o pecaminoso cuando es el germen de la vida?

Tú no estarías hoy aquí, si no fuese por un acto sexual entre tu padre y tu madre. Gracias a ese acto sagrado de amor, se produjo tu concepción. Por tanto, el acto sexual en sí mismo es un momento sagrado, generador de vida.

Además, en el momento de tu nacimiento fue la primera vez que penetraste una vagina, saliste del útero para entrar en la vagina de tu madre y de ahí cruzar la puerta de la vida. Es una experiencia tan sublime que algunas mujeres han llegado incluso a sentir éxtasis durante el nacimiento de su bebé.

Sin embargo, en nuestra religión se ha desvirtuado tanto el momento de la concepción como el momento del parto y esto lo vemos en la virginidad de María, con su inmaculada concepción, sin mácula, sin pecado y por supuesto, el parto ni se menciona.

Si en tu caso la desconexión de tu sexualidad no viene por creencias limitantes externas, sino porque no aceptas tu cuerpo y te avergüenzas de él, es importante que comprendas que tu cuerpo es el hogar sagrado de tu alma, es el templo donde tu alma habita. Honrar tu cuerpo es dar gracias por la vida. Gracias a tu cuerpo puedes sentir con tus 5 sentidos. Puedes oler, ver, saborear, oír y tocar. Si no tuvieras cuerpo, esto no sería posible.

No importa lo grande que sea, ni la forma que tenga, si cumple los estándares de la moda o no, lo importante es que estás sana, que estás sano y por tanto, que puedes disfrutar de la vida. Tenemos cuerpo para disfrutar del placer de vivir. Si niegas tu placer, te estás negando a la vida.

Tu padre y tu madre te dieron la vida, y la mejor forma de reconocerlos, de honrar la vida que te viene de ellos, es disfrutándola plenamente. Esto significa disfrutando con todo tu ser, incluido tu maravilloso cuerpo, el templo de tu alma, aunque en ocasiones la herida de humillación no te deja sentirlo así.

Con la herida de humillación limitas tu libertad

Limitas tu libertad por el bien de la relación:

Para que realmente haya intimidad en la relación de pareja es necesario que exista el apego sano, la común-unión de la pareja. Cuando ésta se da, la pareja se siente como una unidad, no hay separación entre ellos.

Y para que no te pierdas en las necesidades de la otra persona y dejes a un lado tus propias necesidades es fundamental que aprendas el desapego sano. La libertad de ser, sin sentirte encadenada/o, esposada/o a tu pareja.

  • Cuando el desapego ocurre desde el amor, no renuncias al otro, sino que te unes a tu esencia.
  • Cuando el apego ocurre desde el amor, te fundes en el otro para conectar conjuntamente con la esencia.

Son dos caminos para llegar al mismo sitio, por eso uno, no es mejor que el otro. Sino que ambos son necesarios para la verdadera conexión de almas, para que forméis una verdadera unión trascendental.

Atraes a personas que te hacen sentir vergüenza o que se avergüenzan de ti:

Cada persona que llega a ti es una oportunidad de autodescubrimiento. Cuando te encuentras con una persona que se avergüenza de ti o cuando sientes vergüenza por lo que hace o dice la otra persona, observa qué ocurre dentro de ti desde la herida de humillación.

Existen 3 posibilidades:

  • La primera es que te esté mostrando una parte de ti de la que tú misma/o te avergüenzas.
  • La segunda opción es que te muestra lo que no te estás permitiendo hacer, es decir, esa persona dice o hace algo que tú no te permites por vergüenza.
  • Y la tercera es que te está enseñando algo con lo que tú no estás bien en tu vida.

Vive con ilusión cada nueva relación. Observa, descubre, indaga sobre ti, no desperdicies esta oportunidad. Cuanto más practiques, más fácil te será determinar en función de qué sientes esa atracción por esa persona.

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SANA A TU NIÑA INTERNA

sanar a tu niña interna

Llevas una niña interna en ti, hasta el día de hoy, como mujer madura que eres, a la niña que fuiste en el pasado y esa niña sigue ahí, contigo.

En la infancia, sufriste heridas emocionales que dañaron a tu niña interna. Cuidar a esa niña va a mejorar tu autoestima y tu bienestar emocional. Cuando liberas tus emociones, es la mejor forma de sanar a tu niña interior.

¿Sabes qué parte es la parte que está activada dentro de ti? Te ayudaré a descubrirlo con unos ejercicios y así poder empezar a curar esas heridas emocionales que te están afectando.

Te invito a que descubras conmigo CÓMO SANAR A TU NIÑA INTERNA en este nuevo vídeo.

Alicia Amezcua - Propósito de vida

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Si al ver este vídeo sientes inspiración, no dudes en compartir la frase o aquello que te llame la atención. 

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¿Cómo sanar a tu niña interna?

Atender a tu niña interna te va a permitir sanar tu herida emocional y te dará mayor capacidad y fuerza para amar. Recuerda que dentro de ti hay tres partes diferenciadas:

  • Tu madre interna
  • Tu padre interno
  • Tu niña interna

¿Cómo sé cuál es la parte que está activada dentro de mí?

La madre es la parte que te cuida, la que te aconseja, la que te guía.

Tu padre sería esa parte de ti que te da órdenes, te dice lo que hay que hacer, cómo hacerlo, el que te da la dirección.

La niña interna es esa parte de ti que quiere disfrutar. Lo que pasa cuando esa niña interior tiene heridas es que estás reprimida, sientes vergüenza, y se empiezan a manifestar las heridas de tu niña interior a través del personaje de la dureza. Eres tirana y caprichosa, esa es tu niña interior mostrándote que la han dañado y se expresa con reacciones infantiles.

También ves que tu niña interior se está mostrando porque a nivel físico puedes llegar a sufrir enfermedades autoinmunes. Cuando hay dolor en la niña, la mujer adulta se enferma y produce estas enfermedades: diabetes, artritis reumatoide, esclerosis múltiple y muchas otras.

A nivel emocional, el dolor de tu niña interior se ve a través de tu hipersensibilidad o pobreza emocional. Te cuesta conectar con tus emociones, tal vez ahora estés híper feliz y en cuestión de minutos estás muy triste, vas de un extremo a otro.

Recuerda a tu niña interna

Si fueras  una niña, recuerda por un segundo ¿Qué harías? ¿Cuál era tu juego favorito?

Trata de ser una niña al menos por un día, recuerda cómo eras, qué era lo que te gustaba, a qué te gustaba jugar, qué es lo que más echas de menos, qué querías ser de mayor, cómo te imaginabas que sería tu vida de adulta… de esta forma recuerdas a la niña interior que vive en ti.

Vamos a empezar, busca una foto de cuando eras pequeña, puedes ponerla en tu cartera o en el móvil como fondo de pantalla. Cada vez que veas a tu niña interior dile algo cariñoso, háblale como te hubiera gustado que te hablaran. De esta forma llevarás a tu niña interior siempre contigo. Recuerda, cuida, protege y ama a tu niña interior.

Deja el pasado atrás

Es importante que dejes atrás viejos enfados y resentimientos, seguramente todavía lleves contigo situaciones dolorosas donde te enfadaste, donde todavía te duele aquello que ocurrió o incluso se te ha olvidado pero sigues resentida con esa persona. Lo más importante para sanar a la niña interior es aprender a perdonar. Puedes cambiar esa mirada del pasado por una mirada mucho más amorosa, esto te dará mayor claridad y perspectiva para tu futuro, date la vuelta y mira el futuro.

Agarra un cuaderno y responde estas preguntas:

  • ¿Quién eras?
  • ¿Qué esperaba tu madre o tu padre de ti?
  • ¿Qué valoraba tu familia de ti?
  • ¿Qué hacías para que te amaran en la infancia?
  • ¿Cómo fue tu niñez?
  • ¿Cómo te sentías?

Pregúntate también:

  • ¿Cuáles son tus mejores recuerdos?
  • ¿Y cuáles son los peores?
  • ¿Por qué llorabas?
  • ¿Cuál era tu mayor miedo?
  • ¿Qué cosas odiabas hacer?
  • ¿Cuáles eran tus secretos?
  • ¿Quién te decía palabras cariñosas?
  • ¿Cómo lo pasabas en el colegio?
  • ¿Alguien sabía lo que te pasaba?
  • ¿Quién te protegía?

Escribir todo esto es fácil y a medida que te vas haciendo consciente de lo que llevas tanto tiempo reprimiendo vas a liberar tus emociones, puedes sentir llanto, rabia, miedo, vergüenza, también puedes sentir alegría al recordar cómo fue tu infancia.

Haz feliz a tu niña interna

Empecemos intentando recordar lo siguiente:

  • ¿Cuál era tu sueño?
  • ¿Por qué lo dejaste?
  • ¿Por qué no lo has hecho todavía?

La niña interior necesita cumplir sus sueños y nunca es tarde para empezar a cumplir los verdaderos deseos de tu corazón, pregúntate ¿por dónde podrías empezar?

Soñar es devolverle la ilusión a tu vida, cuando vives sin ilusión estás como apática con la vida. Este ejercicio es perfecto para conectar con los verdaderos sueños de tu niña interior. Haz una lista de todos los sueños de tu infancia, numéralos en orden de importancia. Escoge uno de ellos, el que más te haga ilusión o el que creas que es más fácil de alcanzar.

Luego elije un plan para conseguirlo y aunque te perezca imposible, escríbelo, empieza a soñar cómo sería la estrategia o el plan que tendría tu niña interior para conseguir ese sueño.

El primer paso para materializar un sueño es escribirlo.

En el vídeo te muestro muchos más ejercicios que te ayudarán a seguir el camino de sanar a tu niña interna.

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